La construcción social del patrimonio a través de los espacios urbanos en Zacoalco de Torres, Jalisco. Lorena Anaya Ortega. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Lorena Anaya Ortega
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги о Путешествиях
Год издания: 0
isbn: 9786078676590
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está cambiando, los espacios con carga simbólica tienden a permanecer sin cambio durante mucho tiempo, porque representan la imagen que la población tiene de sí misma.

      Este «nosotros para nosotros» se enriquece cuando las prácticas culturales de un lugar son compartidas y observadas por visitantes, es decir, se crea un «nosotros para otros». De esta forma, la identidad toma un sentido importante en la imagen de los espacios para el turista cultural, donde esta misma va más allá de la imagen en el espejo, que es percibida principalmente por quien se refleja en él; la identidad, en un sentido más amplio, implica la diferencia con todos los demás, y esta diferencia no puede ser claramente marcada si no se refleja en los ojos de alguien que no soy yo, y si la imagen en el espejo no tiene al resto del mundo detrás, para hacer un contraste más fuerte entre lo que se es y todo lo que no se es. El contacto de diversas culturas en un espacio urbano con carga simbólica y patrimonializado para recibir a los propios y a los visitantes refuerza la identidad de los unos y el reconocimiento por parte de los otros.

      La ausencia de planeación turística a partir de los espacios vincula la falta de reconocimiento del patrimonio cultural por parte de organismos internacionales, ignorando la importancia que tiene esa construcción social del patrimonio para sus habitantes, para una identidad clara y definida, así como para el reconocimiento de su propia población. Zacoalco de Torres muestra una gran capacidad de sus recursos culturales materiales e inmateriales que al ser tratados a partir de una planeación turística pueden llegar a formar parte de un producto turístico.

      El patrimonio y el turismo cultural son dos realidades íntimamente ligadas, aunque no siempre con intereses comunes. Si bien el patrimonio es, desde un punto de vista cultural, una construcción social con una importante función en la representación simbólica de la identidad; desde el punto de vista utilitario ha pasado a ser considerado un motor de desarrollo económico y social, al ser capitalizado como recurso turístico; visiones ambas ciertas y válidas, pero no siempre coordinadas entre sí, ya que en muchos casos una promoción económica basada en el turismo, pero no planeada para la conservación de los bienes patrimoniales, puede destruir o afectar lo que busca promover (Grande 2001, pp. 15-40).

      El patrimonio cultural forma parte de una sociedad, localizada en un territorio geográfico que identifica a un lugar de otro a partir de una identidad, reflejo de sus costumbres, tradiciones, formas de vida y característica únicas del lugar. El conjunto de bienes tangibles e intangibles de un lugar forman el atractivo principal para que un turista visite un sitio. Cuando por vez primera una persona quiere conocer un lugar, una de las primeras formas de informarse, de acuerdo con la modernidad, que nos ha acostumbrado a las respuestas preseleccionadas proveídas de manera inmediata, es a través de los medios de comunicación, principalmente a través de las diferentes imágenes que proyecta la consulta de internet, que presenta folletos y guías turísticas, páginas de agencias de viajes, planes de vuelo, hoteles de gran turismo, así como la recomendación de boca a oído.

      ARTICULACIÓN ENTRE LA IDENTIDAD Y SUS FUENTES TRADICIONALES

      En las ciudades, sobre todo en los municipios metropolitanos con partes urbanas y semi-urbanas, existe una tendencia a la desarticulación entre la identidad y las fuentes tradicionales de identidad, creando en el territorio nociones de comunidad, de pertenencia y titularidad de derechos que cambian, lo cual, sin un adecuado reconocimiento de sus recursos culturales y de su mantenimiento, sufren constantemente en peligro de desaparecer. El cambio del uso de los espacios en las ciudades destinadas al turismo, debido al crecimiento que, pese a los planes propuestos, tiende a exceder siempre los lineamientos, provocando cambios no previstos en la demografía, lo que afecta tanto el uso y distribución de los recursos naturales, como la pérdida de identidad, al sustituir en grandes zonas a la población local, con población atraída de otras partes de las metrópolis y de las comunidades cercanas.

      Zacoalco de Torres muestra aún una identificación con sus espacios culturales y la población, sin embargo, el desempleo y en ocasiones la baja venta en equipales y la baja de las actividades primarias, está originando que su población cambie de giro a la producción pequeños frutos llamados berries, provocando el uso de suelo y actuando de forma negativa no solo hacia la población, sino con consecuencias para el cambio climático de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

      La experimentación de la construcción de la realidad del patrimonio cultural fue la identificación del espacio urbano con los bienes culturales a los cuales el turista se motivó para conocer, y en el cual se recomienda implementar la infraestructura adecuada y los servicios públicos, así como confirmar o refutar la idea de que los turistas que quieren visitar Zacoalco para conocer su patrimonio cultural, pasan más tiempo sin conocer la localización de las fuentes tradicionales de la identidad del lugar que quedan en este municipio restringidas por trámites administrativos.

      Un ejemplo de este es su antigua estación del tren: espacio cultural y rural histórico que forma parte de su patrimonio tangible e inmaterial de este municipio; el cual es muy atractivo para sus visitantes, debido a que en este sitio se suscitaron hechos que forman parte de la identidad de Zacoalco de Torres: el nacimiento de su gastronomía tradicional; sus famosos «tacos enchilados» que surgieron en este sitio cuando las mujeres, esposas de los hombres que salían a trabajar y tenían que trasladarse en este antiguo transporte «el tren», corrían a dejarles tacos con carne de res y cerdo acompañados de una salsa que diera sabor y energía para el trabajo arduo del mexicano que trabajaba principalmente en el cultivo de la tierra y en la ciudad. Estos hombres trabajadores del tren y otros de lugares aledaños se trasladaban entre Colima- Manzanillo y de Guadalajara a México para llevar a cabo su jornada de trabajo.

      Existen también construcciones en el primer cuadro del centro histórico de este sitio que han sido demolidos para la construcción de nuevas casas, olvidando fuentes de tradición importantes dentro de ellos como: «las antiguas pilas» que se usaban para el lavado de loza, así como para el baño de limpieza diaria de niños y niñas que, por su practicidad y ausencia de regadera, podían ser bañados en este lugar. Este tipo de sitios dan cuenta de la forma de vida, que se tejen a partir de sus fuentes tradicionales y quedan de resguardo de su identidad para poder ser mostradas al turismo cultural.

      LA MEMORIA COLECTIVA Y EPISÓDICA

      La representación de la memoria colectiva, y el espacio urbano, atractivos para el turismo, como materia prima del turismo cultural: (Boullón, 2003) forman parte de la imagen. Sin la memoria colectiva, no se puede dar la creación de una identidad, sin identidad no hay cultura y sin cultura no hay patrimonio, nos podemos preguntar: ¿cómo se forma una memoria colectiva?, y después, ¿cómo se sostiene? Maurice Halbwachs, en Los marcos sociales de la memoria, de 1925, investiga los mecanismos que operan en los grupos humanos para mantener actuales las experiencias colectivas de un pasado. Concluye que la repetición es un factor clave, ya que los hechos de la memoria colectiva son reinterpretados cada vez que son repetidos, pero que esa reinterpretación puede tanto fijarse al margen de un ejercicio crítico, como vaciarse de sentido precisamente por la misma razón.

      Ralph Linton (1945, p.12) identifica el desarrollo de la identidad como parte de un patrimonio cultural, de una memoria colectiva, producto del cúmulo de experiencias que guardan en su retina resaltando para su estudio la cultura e identidad cultural. Zacoalco de Torres mantiene su memoria colectiva a través de sus artesanos de equipal y de sus costumbres y tradiciones que permean a través del patrimonio cultural material e inmaterial.

      A partir de este estudio se pudo identificar que la memoria colectiva de este municipio mantiene la práctica del equipal y de los hechos que se han suscitado en la plaza principal, donde el cien por ciento de ellos conocía el lugar y además algunos de los entrevistados mencionaron que ellos disfrutaban demasiado estar sentados disfrutando de la tranquilidad del lugar, con sus hijos o familiares, así como que también les gustaba ir y disfrutar del ambiente de la plaza, haciendo mención que desde pequeños sus padres los llevaban a ese lugar.

      Otro de los sitios de la memoria colectiva fue nombrado como: «el Cerrito», donde realizan a través de una mayordomía, la bienvenida a sus «hijos ausentes», y la población local, así como sus visitantes, regresan