Secretos de Mujeres. Fernanda de Alva. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fernanda de Alva
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789878681368
Скачать книгу
que se querían comprar o hacer. Otras tardes, la actividad consistía en acompañarla a visitar a una amiga que, ¡oh, casualidad!, tenía una hija con la que podíamos jugar.

      Las mujercitas, desde muy pequeñas, nos iniciamos en el aprendizaje de esa trama compleja e inigualable que es la amistad entre mujeres, primero guiadas por nuestras madres y, luego, por nuestro propio instinto.

      Las féminas somos, por condición, más suaves y comunicativas que los hombres, así que la acción de la palabra se vuelve un condimento irremplazable y todo se va tejiendo desde su uso como una red eterna de confidencia, complicidades, coincidencias, encuentros y desencuentros con nuestras compañeras de género y de camino.

      Todo nos sirve para comentar, para explicar algo más de nuestras propias vidas o para demostrar lo que sentimos. Y, por sobre todas las cosas, para charlar entre nosotras... ¡Nada en el mundo nos gusta más!

      Quién no ha vivido la siguiente situación:

      - Salgo.

      - ¿A dónde vas?

      - Voy a ver a Luciana, tenemos que hablar…

      Entonces, nos responde nuestra pareja:

      - Pero, decime, ¿qué tanto tenés que hablar con Luciana? Si hablaste ayer, antes de ayer y antes de antes de ayer.

      ¿Qué sucede entonces? ¡Gran Portazo Gran! Salida teatral y… ¡Grrrrrrrr! Nos marchamos ofendidas al encuentro de nuestra amiga. Porque lo que no entienden ellos es la simple respuesta: ¡COSAS NUESTRAS!

      La amistad suele ser un bálsamo de construcción emocional que ninguna mujer se quiere perder de vivir. ¿Hay algo más doloroso que un momento de angustia en soledad sin el cariño incondicional de una amiga? A veces las circunstancias de la vida nos pueden llevar a perder estas relaciones tan fundamentales. Por ejemplo, por exceso de trabajo, responsabilidades de familia o alejamientos por mudanza o enfermedades. Nada nos hace sentir más doloridas o desorientadas que la pérdida de esos vínculos tan preciados. No hay maridos, ni hijos, ni desafíos próximos, ni terapias que nos hagan olvidar ese vacío, como una daga en nuestro corazón. Aunque todo lo demás esté de mil maravillas y nosotras estemos haciendo algo importante para nuestras vidas, sentirnos acompañadas y comprendidas por otras mujeres hace a nuestro bienestar.

      Pero no todo es color de rosa en las relaciones entre mujeres, porque nosotras, además de ser conversadoras y “simpáticonas”, también podemos encontrarles un uso poco elegante y bastante más agresivo a nuestras uñas esculpidas y/o barnizadas… Y darle más de una razón a Dios por haber echado a Eva del Jardín del Edén.

      Entre amigas, ¿todo se perdona?

      ¿Puede una amiga ser envidiosa? ¿Competitiva? ¿Existe el “te lo digo por tu bien” o esconde una intención algo alejada de un verdadero sentimiento de amistad? ¿Dónde está el límite? Repasemos algunas situaciones con amistades difíciles –de esas que todas tenemos o hemos tenido- y aprendamos a reconocerlas.

      Lo tuyo es mío y lo mío es… mío

      ¿Quién no ha tenido esa amiga que todo el tiempo quiere acercarse para pedirte o “tomar” algo de tu persona? A este tipo de mujeres les encanta pensar que, si pasan mucho tiempo a tu lado, como en un proceso de mágica clonación celular, podrían convertir en una copia tuya.

      Primero, se presenta como una mujer excelente que quiere hablar y hacerte algunas preguntas, luego te pasa a contar que está “medio sola”, porque tuvo varios problemas. Te da pena y te decís: “¡Pobre, parece buena! y aunque es medio ‘collar de melones’, tal vez es cierto que tuvo mala suerte”. Así que la sumás a alguna salida. Le decís que pase por tu casa a buscarte para ir juntas al cine. Toca el timbre de tu edificio y le avisás por el portero eléctrico que ya bajás, pero cuando estás diciendo “ya voy…”, escuchás una voz desde la puerta que dice: “No, abrime, estoy aquí arriba”. Sorprendida abrís, pasa y mientras te terminás de vestir, ella te va preguntando por cada sillón, cuadro, platito y mantelería de la casa… ¿Dónde lo compraste? ¿Cuánto te salió? ¿Qué tal te resultó? Después de un rato, cuando lográs sacarla de tu casa y llegan finalmente al cine, ella te invita con las entradas y con la cena. Entonces, te arrepentís de haberla querido mandar al diablo, te da culpa y pensás que sos una malvada. Así que cuando te vuelve a llamar, a los dos o tres días, aceptás salir nuevamente y, al poco tiempo, no sabés cómo, pero esta nueva amiga está metida en cada cosa de tu vida.

      Un día decidís presentársela al resto de tu grupo. Salen todas juntas y notás que a las chicas ella no les cae bien, y que tu amiga sólo quiere seguir a tu lado y si habla con las otras, es de temas tuyos. Al día siguiente recogés comentarios de las otras féminas y te dicen que “Está ‘chica’ vive colgada de tu cuello, que es un plomo y que está dispuesta a tomar cualquier cosa que se caiga de tus manos”. Una piensa que las amigas de siempre tal vez estén un poco celosas y vuelve a sentir pena por esta nueva compañera. Todo sigue igual. Ella al lado tuyo y vos negociando con las demás para que te la dejen llevar a alguna de las salidas. Hasta que un día te invita a cenar a su casa y cuando llegás te llevás la sorpresa de tu vida. ¡Su casa es como una fotocopia de la tuya! Cuando le preguntás dónde compró esto o lo otro, te cuenta contenta que siguió todas tus indicaciones o que las compró luego de haberlas visto con vos. Esa noche salís despavorida pensando que las brujas de tus amigas, ¡tenían razón!, ¡te habías topado con una “tomadora”!

      Yo, la más linda, la más viva, la más… divina de todas

      Aquí otro caso de amistades difíciles. Empezás a incluirte en un grupo nuevo. Todas son agradables, pero no sabés muy bien cómo hacer, no das con los códigos ya instalados… En fin, te cuesta. En eso, se te acerca ELLA, la mujer más cool y guapa. No lo podés creer, le estás tan agradecida… Además, es súper divertida y pega con tu humor a las mil maravillas. Al poco tiempo, son “carne y uña”. Te gusta tener una amiga tan compinche. Esta mujer actúa como la mayor de las dos y la seguís porque te está enseñando. Pero pronto te empezás a sentir algo presionada… Siempre hay que hacer lo que a ella le parece. Después empieza a ayudarte con tu ropa (está bueno porque te guía a estar más en onda), sin embargo, un día uno de tus hijos te dice que te le estás pareciendo mucho y eso ya no te gusta. Otro día te pide que la apoyes diciendo tal o cual cosa en el grupo, como si fueras ella. Aceptás, por todo lo agradecida que estás, no obstante, la situación te va gustando cada vez menos. Por último, un día en una conversación, como quien no quiere la cosa, te explica que “sos divina, linda, buena y sexy”. Pero ella es más linda, más viva y mucho más… brava, y para rematarla dice que siempre logra que todos hagan lo que ella quiere, demostrándote todo lo manipuladora que puede ser. Ese día decidís que puede ser una buena amiga para algunas ocasiones y que le estás profundamente agradecida por todo lo que hizo, pero que es una mujer muy competitiva y digitadora a quien es mejor mantener a una distancia prudencial.

      Pensar que éramos amigas…

      Son amigas desde la infancia, se criaron prácticamente juntas. Luego con los años se separaron, ella se fue a vivir al exterior. En tanto, te casaste, tuviste hijos y, por último, te divorciaste. Después de años se vuelven a encontrar. Estás feliz, tu amiga de la infancia se ha convertido en una mujer mundana y exitosa. Ella te dice: “Nada es porque sí”. Sentís que la historia vuelve a comenzar y así empiezan a salir de nuevo.

      Ella es liberal, atrevida y se come el mundo. Vas detrás aprendiendo todo lo que hace, mientras se integran a un grupo y la pasan genial. A veces te enseña, otras, te corrige y en algunas oportunidades te das cuenta de que te deja de lado. Pero, bueno, no te fijás porque tenés muchas obligaciones y no vas a pretender estar en todas...

      Un día llega al grupo de amigos un nuevo hombre que está bárbaro. Te encanta y a ella también, pero él se fija en ti y eso hace que te encante todavía más. Empiezan a salir y la pasan bárbaro. En eso, tomás nota de