Con unidades de excelente calidad que desarrollan una gran eficacia en el combate, y con un número determinado de tropas se puede, multiplicando su fuerza combativa, atenuar los problemas de organización, de dirección, de efectivos complementarios y de abastecimiento; este es para nosotros un problema de importancia estratégica.
Para garantizar a nuestras tropas una potencia de combate siempre en aumento y éxitos cada vez mayores en una guerra prolongada y encarnizada, hemos ido organizando y desarrollando las fuerzas paralelamente con el combate: combatir para organizar y desarrollar, organizar y desarrollar para librar combates cada vez más importantes y lograr mayores victorias. Debemos desarrollar progresivamente nuestras fuerzas y avanzar también a saltos cuando se presentan momentos favorables, susceptibles de conducir a grandes victorias.
Nuestras fuerzas armadas, gracias a la línea correcta de nuestro partido en cuanto a su organización, se desarrollaron, crecieron rápidamente y con paso seguro, hasta lograr en la actualidad una capacidad combativa invencible. Este es el secreto de sus prestigiosos hechos de armas. Esta tesis de nuestro partido en lo concerniente a la organización de las fuerzas armadas del pueblo, demostró ser correcta en la propia práctica de la guerra del pueblo.
Su gran fuerza reside en el hecho de haber movilizado, templado y organizado las fuerzas de todo nuestro pueblo y de toda nuestra nación, para hacer de ella una colectividad férrea a la que le son confiadas tareas de manera racional y científica; desarrollando una gran potencia combativa para atacar sin descanso y vencer a todos los ejércitos de agresión por más feroces, numerosos y bien equipados que sean. Esta tesis fue traducida, de manera vívida y en términos muy emotivos, por nuestro presidente Ho Chi Minh en su histórico llamamiento: “Los treinta y un millones de compatriotas de las dos zonas, tanto los viejos como los jóvenes, las mujeres como los hombres, deben ser treinta y un millones de valerosos combatientes en la lucha contra la agresión norteamericana, firmemente determinados a conseguir la victoria final”.
1 V.I.Lenin, Obras Completas, Editorial Cartago, Buenos Aires, t. 28.
2 V.I.Lenin, Obras Completas, Editorial Cartago, Buenos Aires, t. 27.
IV. Problemas de las bases y de la retaguardia en la guerra popular
“Para hacer la guerra con seriedad, es preciso tener una retaguardia sólidamente organizada”3. La retaguardia es un factor permanente de victoria, porque es la que provee al frente de hombres, víveres, materiales y la que lo alienta constantemente desde el punto de vista político y moral. Sin una retaguardia sólida, el frente no podría vencer: esa es la ley general de toda guerra.
El problema con que se enfrentó nuestro partido es el siguiente: ¿Cómo conducir a un pueblo partiendo de cero, sin una pulgada de tierra libre, en un país de dimensiones modestas, poco populoso y con una economía agrícola atrasada, para lograr su liberación, organizar bases de retaguardia sólidas, a fin de vencer a los imperialistas agresores?
Nuestro partido resolvió ese problema en forma original. En el curso de una larga lucha revolucionaria, acumuló una valiosa experiencia en la organización de las bases políticas, de las bases de retaguardia y de la retaguardia para la insurrección del pueblo y la guerra del pueblo, en las condiciones concretas de nuestro país.
1. Apoyarse totalmente en el pueblo, comenzar a organizar bases políticas de masas para arribar a la organización progresiva de las bases de retaguardia y de una retaguardia cada vez más sólida.
Cada vez que nuestro pueblo se levantó para reconquistar o proteger la independencia nacional, nuestros antepasados supieron constituir una base de apoyo. Contaban con ventajas fundamentales para establecerla —la buena moral del pueblo y el perfecto conocimiento del terreno— ya sea en regiones montañosas, pantanosas o en la llanura, aprovechando los recursos humanos y materiales disponibles para organizar y desarrollar las fuerzas armadas.
Desde su fundación, nuestro partido, aunque eligió el camino de la revolución violenta, de la insurrección armada y de la guerra revolucionaria para conquistar el poder y acabar con los enemigos de clase y de la nación, planteó igualmente el problema de la organización de una base de apoyo. Al ritmo del desarrollo de la lucha revolucionaria, partimos de la organización de las bases políticas hasta llegar a la creación de las bases de retaguardia y de la retaguardia. Esas bases primeramente fueron pequeñas, pero luego se fueron ampliando progresivamente; al comienzo estuvieron aisladas, pero después se unieron poco a poco hasta convertirse en una gran retaguardia, es decir, en lo que actualmente es el Norte socialista, dotado de una defensa nacional popular formada por la totalidad de sus habitantes.
En los primeros tiempos de la preparación para la lucha y la insurrección armada, no teníamos ni un pedazo de tierra libre. Nuestro único apoyo era entonces la organización revolucionaria del pueblo, el patriotismo candente de las masas y su fidelidad ilimitada a la revolución. Por medio de incesantes esfuerzos de agitación revolucionaria, de educación y de organización, nuestro partido llamó a las masas a llevar a cabo la lucha política de múltiples formas. Para ese trabajo, aumentó y reforzó sus propias filas, creó y desarrolló organizaciones políticas de masas, organizó por todas partes bases políticas de acuerdo con la consigna “Allí donde hay masas, es preciso construir bases políticas y organizaciones revolucionarias”. A partir de esas bases políticas y, aplicando directivas impartidas por el presidente Ho Chi Minh a las primeras unidades guerrilleras —realizar la propaganda armada y conceder mayor atención a la acción política que a las actividades militares—, el partido se esforzó en organizar bases armadas secretas e impulsar la lucha política en coordinación con la lucha armada según formas cada vez más perfeccionadas. Luego desencadenó la guerrilla e insurrecciones armadas parciales, constituyó la región liberada del Viet Bac y bases guerrilleras en otras regiones desarrollando vigorosa y ampliamente las bases políticas en todo el país, provocando un impulso revolucionario en las masas. Así nuestro pueblo organizó la insurrección general, conquistó el poder a escala nacional y fundó la República Democrática de Vietnam.
En la larga guerra de resistencia contra el imperialismo francés, tratamos de mantener y reforzar vastas regiones libres para ser usadas como bases sólidas para la guerra del pueblo, y luchamos por ampliar incesantemente las zonas de guerrilla y las bases guerrilleras en la retaguardia enemiga. El continuo fortalecimiento de nuestra retaguardia en todos los sectores constituyó un poderoso estímulo político y moral para el pueblo y una fuente considerable de aprovisionamiento para las necesidades cada vez mayores del frente. En las regiones temporariamente ocupadas por el enemigo, la regla de organización de las bases de retaguardia era, en lo esencial, la misma : a partir de las bases políticas clandestinas de masas, y en el curso de una lucha encarnizada que iba desde las formas simples a las más elevadas, de la acción legal a la acción ilegal, de las reivindicaciones económicas y políticas a la lucha armada, se transformaba poco a poco las regiones ocupadas en zonas o bases guerrilleras; las cuales cada día eran más grandes.
En la actualidad la población sudvietnamita que se sublevó en pos de su liberación, se apoya en una grande y sólida retaguardia: el Norte socialista. Al mismo tiempo, se dedica a construir en el lugar bases de retaguardia y su retaguardia inmediata en las regiones liberadas. Esas regiones cada vez más vastas desempeñaron y desempeñan un papel muy grande, en múltiples aspectos, en la guerra revolucionaria. Aplicando de manera original y desarrollando la experiencia adquirida en el contexto histórico actual, la población sudvietnamita construyó no solo fuertes bases de retaguardia en las montañas y en los llanos, sino también seguros trampolines de asalto en sectores neurálgicos próximos a los centros urbanos, a los puestos y hasta en algunas ciudades. Aparecieron “regiones liberadas con enclaves enemigos” aún en lugares muy cercanos a las grandes bases militares enemigas. Son regiones donde los norteamericanos y los fantoches, a pesar de la existencia de una red bastante densa de puestos y el empleo combinado de medidas militares de una crueldad inconcebible y de maniobras demagógicas extremadamente perversas, no lograron poner en funcionamiento un aparato coercitivo. Merced a una lucha tenaz, valerosa