La Regla de los Monjes. San Benito. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: San Benito
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874792303
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5para que Aquel que se dignó contarnos en el número de sus hijos, no tenga nunca que entristecerse por nuestras malas acciones (cf. Sb 4,8; 5,5; Rm 8,15; Ef 1,5; 1 Jn 3,1-2). 6En todo tiempo, pues, debemos obedecerle con los bienes suyos que Él depositó en nosotros, de tal modo que nunca, como padre airado, desherede a sus hijos (cf. Ef 2,3; 5,6; Rm 8,17), 7ni como señor temible, irritado por nuestras maldades, entregue9 a la pena eterna, como a pésimos siervos, a los que no quisieron seguirle a la gloria (cf. Mt 18,32; 25,30; Lc 19,22).

      8Levantémonos, pues, de una vez, ya que la Escritura nos exhorta y nos dice: Ya es hora de levantarnos del sueño (Rm 13,11). 9Abramos los ojos a la luz divina, y oigamos con oído atento lo que diariamente nos amonesta la voz de Dios que clama (cf. Sal 118 [119],105; 2 P 1,17. 19; Jn 8,12; Ex 19,18-19; Mt 17,5) diciendo: 10Si oyeren hoy su voz, no endurezcan sus corazones (Sal 94 [95],8). 11Y otra vez: El que tenga oídos para oír, escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias (Ap 2,7; cf. Mt 11,15). 12 ¿Y qué dice? Vengan, hijos, escúchenme, yo les enseñaré el temor del Señor (Sal 33 [34],12; cf. 85 [86],11). 13Corran mientras tienen la luz de la vida, para que no los sorprendan las tinieblas de la muerte (Jn 12,35).

      14Y el Señor, que busca su obrero entre la muchedumbre del pueblo al que dirige este llamado (cf. Mt 20,1-6; 1 Co 3,9), dice de nuevo: 15¿Quién es el hombre que quiere la vida y desea ver días felices? (Sal 33 [34],13; cf. 1 P 3,10-12) 16Si tú, al oírlo, respondes “Yo”, Dios te dice: 17“Si quieres poseer la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, y que tus labios no hablen con falsedad. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela (cf. Mt 19,16; Sal 33 [34],14-15). 18Y si hacen esto, pondré mis ojos sobre ustedes, y mis oídos oirán sus preces, y antes de que me invoquen les diré: Aquí estoy” (cf Is 58,9¸65,24). 19¿Qué cosa más dulce para nosotros, carísimos hermanos, que esta voz del Señor que nos invita? (cf. Sal 94 [95],7; Jn 3,29; 10,3-4. 16; Ap 3,20). 20Vean cómo el Señor nos muestra piadosamente el camino de la vida (cf. Sal 15 [16],11; Jr 21,8; Pr 6,23).

      21Ciñamos, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, y sigamos sus caminos guiados por el Evangelio, para merecer ver en su reino a Aquel que nos llamó (cf. Ex 12,11; Is 11,5; Lc 12,35; Mt 5,8; Ef 6,14-15; 1 Ts 2,12).

      35Después de decir esto, el Señor espera que respondamos diariamente con obras a sus santos consejos (cf. Mt 7,28). 36Por eso, para corregirnos de nuestros males, se nos dan de plazo los días de esta vida. 37El Apóstol, en efecto, dice: ¿No sabes que la paciencia de Dios te invita al arrepentimiento? (Rm 2,4) 38Pues el piadoso Señor dice: No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (Ez 33,11).

      7 en., 8 may., 7 sept.

      6. Traducción: Pablo Saenz, osb, Monje de San Benito de Luján.

      7. Cf. también Ez 2,8; 3,10; Lm 3,25-28; Pr 8,32-35.

      8. Cf. Tb 4,19.

      9. Otras versiones leen: “nos entregue”.

      10. Cf. Ex 15,13; Sal 24 (25),8-12; Jn 14,23.

      11. Cf. Mt 13,23.

      12. Cf. asimismo Mt 19,16-22.

      13. Cf. 2 Tm 3.

      Capítulo 1: Las clases de monjes

      8 en., 9 may., 8 sept.

      1Es sabido que hay cuatro clases de monjes.

      2La primera es la de los cenobitas, esto es, la de aquellos que viven en un monasterio