Navegando en patín a vela. Ricard Pedreira Font. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ricard Pedreira Font
Издательство: Bookwire
Серия: Deportes Acuáticos
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499108858
Скачать книгу
el frío. Y ahora, el chaleco salvavidas…

      – Salvavidas…

      – Es mejor prevenir… Si la navegada fuese larga, habría que llevar guantes, gorro, gafas y crema para el sol. Si no, por la tarde, una insolación… está asegurada.

      – El patín es una droga… blanda, pero droga.

      – Bien, ahora coge tu vela y a navegar…

      – ¿Y qué más?

      – Nada más. La vela y nada más…

      Son las diez de la mañana. Empieza a soplar una brisa suave.

      – Primero, el patín proa al viento y cerca del rompiente. Coge el patín por proa. Yo por popa. ¡Espalda recta! ¡Siempre! ¡Te juegas los riñones!

      Llevan el patín cerca de la orilla.

      – ¿De dónde viene el viento?

      – No noto nada.

      – ¡Fíjate!

      – Nada…

      – Mueve tu cara. ¿Dónde está más fría?

      – Por aquí…

      – Gira hasta que te dé por los dos lados.

      – Ahora.

      – Tu nariz te indica de dónde viene el viento. Manuel rompe a reír a carcajadas.

      – Buen sistema…

      – Y si además se ve el humo de algún barco o algún velero navegando, puedes confirmarlo.

      – La nariz al viento…

      – El patín proa al viento.

      – Para subir las velas fácilmente…

      – Aprendes deprisa.

      – Puño de escota en su carril… Nudo ballestrinque… ¿Te acuerdas?

      – Sí…

      – ¡Y vela arriba! Pero antes…

      – Antes hay que sujetar el grillete del puño de escota, para que ya esté atado. Y bien atado…

      – Aprendes deprisa.

      – Soy un as.

image

      Figura 2.10. Driza atada al enganche del palo.

      – Arriba la vela. Hay que atar la driza a estos enganches que tiene el palo. Otro nudo…

      – Vuelta y vuelta…

      – ¿Y ahora?

      – Vuelta y apretar.

      – Dicho marinero para no olvidar.

      – Bien.

      – Mira el rompiente.

      – Vienen olas…

      – Generalmente van de tres en tres… o cuatro. Cuando haya pasado la última, empuja el patín conmigo y sube por barlovento…

      – ¿Barlo… qué?

      – Barlovento, por donde viene el viento. ¿Recuerdas? Sotavento…

      – ¿Por donde se va?

      – Bien. Cerca de la tercera bancada, yo me situaré en la cuarta. Los dos muy cerca. Como un solo peso. Así habrá que moverse juntos mientras naveguemos juntos. Una ola… Dos… Tercera… ¡Empuja!

      – ¡Voy!

      Manuel salta sobre el patín. La ola rompiente salpica a los dos y los deja calados.

      – ¡Uf! La primera ducha. Para empezar…

      – Vamos a ceñir un poco… hacia barlovento. Hacia donde viene el viento. Si hay algún percance, el viento mismo nos devolverá al punto de partida.

      – Elemental…

      – Los dos juntos entre la tercera y la cuarta bancada. Toma tú la escota…

      – ¿Yo?

      – Sí, tú, valiente… ¿Miedo ahora?

      – ¿Miedo yo? Silencio. Manuel aguanta la respiración. Sólo se escuchan los flotadores cortar el agua.

      – Lo haces muy bien…

      – Estoy temblando…

      – Lo haces bien.

      – Ahora nos sentamos los dos, más atrás… ¿Qué pasa?

      – Que el Patín cambia de rumbo… Se va del viento. Arriba.

      – Aprendes deprisa. Sentémonos más adelante.

      – ¿Qué pasa?

      – Que el Patín… Orza. Se va hacia el viento…

      – Bien, bien, bien.

image

      Figura 2.11. Arribar (2) y orzar (4).

      – Ahora el ballet, recuerdas… ¿A dos?

      – «Pas a deux».

      – Vamos avanzando por la bancada, arrastrando el c…

      – Sin perder la velocidad… No aflojes la escota… Los dos juntos… Un solo peso. Si no, no funciona. Debemos ser uno… Y nos levantamos…

      – ¡Juntos! – Ricardo sube la voz. Manuel salta como un resorte.

      – Pasamos por la segunda bancada… Y volvemos hacia atrás, empujando la vela con la mano… Y ya hemos virado… Manuel mira a Ricardo con la mirada perdida.

      – No entiendo lo que ha pasado – dice desconcertado.

      – ¿Dónde estamos?

      – Hemos virado…

      – Estamos en la otra bordada… Del otro costado.

      – Claro. – Mira, incrédulo aún…

      – Ahora hacia atrás, los dos, más, más… El patín «se va» del viento.

      – ¿Abate? Abate… Abate… Que nombrecito…

      – Suelta más la escota, ya estamos casi de popa al viento…

      – ¿Y ahora?

      – Pon un pie en el agua… o una mano.

      – ¿Un pie? ¿Para frenar?

      – Para frenar el patín por este lado… ¡Baja la cabeza!

      – ¿La cabeza? La vela pasa de golpe.

      – ¿Qué ha pasado?

      – La vela. Recuerda en la playa… Manuel piensa…

      – Que hemos pasado el punto muerto…

      –