PREVENCIÓN
• Fortalecer las piernas. Es muy probable que no puedas impedir un impacto en la rodilla; sin embargo, la fuerza de las piernas te ayudará a determinar el grado de la lesión y la rapidez con la que te recuperarás. Unas piernas fuertes pueden suponer la diferencia entre una rotura de ligamentos y un esguince menos grave. Incluye el entrenamiento habitual de la fuerza en tu régimen de entrenamiento dentro de cualquier trabajo aeróbico en que participen las piernas (atletismo, ciclismo, etc.). Incluso si las rodillas no han sufrido lesiones, este entrenamiento ayudará a retrasar el desgaste al envejecer.
En cuanto puedas después de sentir el chasquido en la rodilla. El síntoma más grave posible no es el dolor, sino la inestabilidad. Si te parece que la rodilla puede ceder en cualquier momento, suele ser señal de que la lesión es grave.
¿NECESITAS CIRUGÍA?
Es posible; no todas las roturas de ligamentos deben operarse. Es una conversación muy seria que tendrás que mantener con tu médico.
Si fuera necesario, la cirugía suele comprender la reconstrucción de los ligamentos rotos con injertos obtenidos de porciones de los isquiotibiales o del tendón rotuliano.
Por lo que a la determinación de los candidatos a la cirugía del LCA se refiere, todo depende. Si la articulación es inestable, pregunto si esa persona quiere volver a practicar deportes en que haya cambios bruscos de dirección. ¿Cuál es su nivel funcional? ¿La rotura es completa? Todo esto debe tenerse en cuenta, aunque la mayoría de los deportistas jóvenes que quieren volver a practicar deportes optan por la cirugía. El período de rehabilitación es de 6 a 12 meses. Es mucho tiempo.
Algunas personas, sobre todo las que han superado el umbral de los 40 años, renuncian a la cirugía y siguen llevando una vida normal y activa. Pueden llevar rodilleras y practicar actividades generales (carreras, ciclismo, incluso esquí).
SÍNTOMAS
Dolor (sobre todo al torcer o girar la rodilla), inflamación, un chasquido y/o rigidez en la rodilla. Tal vez no logres extender por completo la rodilla. También podrías sufrir inestabilidad en la rodilla, como si cediera.
CAUSAS
Cada rodilla cuenta con un par de meniscos. Son cartílagos con forma de C que amortiguan la rodilla entre el fémur y la tibia.
Cualquier actividad forzada puede causar una rotura de menisco. Las causas más corrientes son: un movimiento brusco de torsión, una detención y giro repentinos, una sentadilla profunda mientras levantamos algo pesado. Básicamente, cualquier deportista corre riesgo de sufrir una rotura de menisco, pero sobre todo los que practican baloncesto y tenis. El riesgo aumenta con la edad, y algunos adultos mayores sufren rotura de menisco por la degeneración propia del envejecimiento.
En casos poco frecuentes el menisco se rompe pero no presenta dolor ni síntomas. Algunos estudios relacionan la incidencia de roturas indoloras de menisco en rodillas con un treinta-cuarenta por ciento de los casos. (Estudios similares con voluntarios sin dolor de espalda demostraron que del cuarenta al cincuenta por ciento presentaba hernias discales.) Yo mismo tengo dos meniscos rotos y no tengo problemas.
El hecho es que no necesariamente un menisco roto es una lesión de rodilla catastrófica, aunque pueda ser dolorosa y requiera cirugía. Es una cuestión muy individual, aunque muchas roturas que manifiestan síntomas pueden tratarse sin cirugía y funcionar (véase «Solución»).
SOLUCIÓN
• Reposo dinámico. Evita cargar el peso sobre la rodilla hasta que el dolor y la inflamación remitan. Céntrate en el entrenamiento intenso del hemicuerpo superior y del núcleo corporal para mantener la condición física.
• Hielo. Aplica hielo 15 minutos de 4 a 6 veces los primeros 2 días después de la lesión para ayudar a controlar la hinchazón. Según necesidad, aplica hielo con posterioridad.
• Toma AINE. Antiinflamatorios como ibuprofeno o naproxeno reducen el dolor y la inflamación.
• Recupera la condición física competitiva. Cuando no sientas dolor, introduce ejercicios con el hemicuerpo inferior para fortalecer los músculos de las piernas (sentadillas y tijeras son los ejercicios más sencillos y eficaces). El objetivo es ser más fuerte de lo que eras cuando sufriste la lesión.
PREVENCIÓN
• Fortalece las piernas y más. Cuanto más fuertes sean tus piernas, más seguras estarán tus rodillas. Revisa tu plan de entrenamiento para incluir un programa general de ejercicios para el núcleo corporal y el hemicuerpo inferior. La fuerza de las piernas, rodillas y caderas son metas evidentes, pero un núcleo corporal fuerte influirá en el modo de moverte durante las actividades. Cuanta más fuerza y agilidad –de lo cual forma parte el núcleo corporal–, mejor preparado estará el cuerpo para soportar los arranques y detenciones que podrían causar una rotura de menisco.
• Ponte el equipo protector. Si tu deporte requiere elementos protectores, no los dejes en la bolsa de deporte en el vestuario.
Si tienes síntomas, acude al médico para obtener un diagnóstico correcto. Por lo general, un menisco roto puede diagnosticarse con un examen físico de la rodilla. Una RM confirmará el diagnóstico.
¿NECESITAS CIRUGÍA?
Aquí es donde las cosas se complican. He tenido pacientes que referían dolor de rodilla después de haberse hecho una RM que mostró una rotura de menisco y querían saber si necesitaban operarse. Después de examinarlos, hallé que el dolor de rodilla era sobre todo dolor femororrotuliano (dolor debajo de la rótula). La rotura de menisco era asintomática.
He aquí mi consejo: Acude al médico para verificar que tus problemas son de veras causados por un menisco roto y no por otra patología. Entiende que una rotura que requiera cirugía suele causar dolor en la porción interna de la rodilla, así como hinchazón y chasquidos en la rodilla. La RM debe acompañarse de un examen físico exhaustivo. La fisioterapia y los remedios caseros suelen ser la primera elección antes de optar por la cirugía. No obstante, si la cirugía fuera necesaria, por lo general los resultados son buenos.
SÍNTOMAS
Dolor, hinchazón y rigidez en la rodilla e incapacidad para emplear la articulación en el grado deseado.
CAUSAS
Hay más de 100 tipos de artritis, como la artritis por infección, que guarda relación con infecciones como la enfermedad de Lyme; artritis asociada con enfermedades crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal, siendo el ejemplo mejor conocido la artritis reumatoide, en que el sistema inmunitario ataca órganos y articulaciones. Todos los tipos de artritis pueden localizarse en cualquier articulación, si bien las localizaciones habituales son rodillas, tobillos, muñecas y hombros.
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