PREVENCIÓN
• Recorta las uñas con precisión. Nunca cortes las uñas demasiado cortas. Córtalas a ras con un cortaúñas bien afilado de corte recto. Nunca cortes una uña con forma ovalada que haga que el borde se curve y adentre en la piel de los lados.
• Calzado adecuado. El calzado muy apretado, sobre todo cuando comprime los dedos, influye en la aparición de uñeros. Al comprar zapatos, recuerda los consejos siguientes: Compra por la tarde, cuando los pies son más grandes, y lleva calcetines de deporte para conseguir un ajuste correcto. Si los uñeros son un problema crónico, lleva siempre que puedas zapatos de puntera ancha o puntera abierta.
• Olvida el corte en V. No te creas el cuento de la vieja de recortar una cuña en forma de V en medio del borde de la uña. La idea de que los lados crecerán hacia el centro sin tocar los costados de la piel es mentira. Todas las uñas crecen hacia fuera desde la base.
Si el dedo acaba infectándose, tendrás que acudir al médico. Los signos de infección son edema, enrojecimiento, dolor y calor al tacto. A veces se forman ampollas llenas de pus. Lo más probable es que el médico trate la infección con compresas humedecidas, eliminación de la piel infectada y consumo de antibióticos.
Dejar que un uñero se descontrole es querer tener problemas graves. Si tienes problemas de circulación, una uña infectada puede acabar en un caso de gangrena.
¿NECESITAS CIRUGÍA?
A veces los uñeros acaban en casos que requieren cirugía. En ocasiones se forma a lo largo del lateral de la uña una excrecencia hemorrágica –llamada bezo–. Este tejido blando inflamado puede ser muy sensible cuando se extiende por el surco ungueal. Los médicos tal vez corten una pequeña porción del uñero durante una intervención menor y prescribirán antibióticos para combatir la infección.
RODILLAS
Aquiles tenía problemas con los talones; el resto de los mortales tenemos problemas con las rodillas. Los deportistas se dañan las rodillas más que cualquier otra parte del cuerpo. Piensa en un deporte y lo más probable es que castigue las rodillas. Deportes de fondo: maratones y triatlones. Deportes explosivos: tenis, gimnasia rítmica. Deportes de contacto: rugby, lucha libre. Y nuestros deportes más populares, el fútbol y el fútbol americano, el baloncesto y el béisbol. ¿Cuántas veces los sueños de un aspirante a deportista profesional se han visto truncados cuando un quarterback o un estupendo anotador se van al suelo con una rodilla hinchada? Cuando duelen las rodillas, uno siente miedo. Las rodillas dañadas también pueden comprometer la salud general, porque cuando no es posible estar de pie, somos propensos a engordar y perder la condición física. Encontrarás aquí toda la información que necesitas para descubrir lo que está mal y el modo de volver a la actividad.
Este hueso protege la cara anterior de la articulación de la rodilla o articulación femorotibial. La rótula es el hueso sesamoideo más grande del cuerpo (sesamoideo significa que se localiza en su totalidad dentro de tendones, en este caso, el tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano).
Este tendón, localizado debajo de la rótula, inserta dicho hueso en la tibia. Ayuda a extender la pierna para dar patadas y saltar, y es especialmente vulnerable a lesiones por uso excesivo, como tendinitis rotuliana (o «rodilla de saltador»).
Sobre el hueso de las articulaciones encontramos tejido liso y protector cuya función es que se mueva con fluidez. La rótula ayuda a proteger el cartílago articular dentro de la rodilla. Este cartílago no cuenta con irrigación, por lo que cuando sufre daños, se cura muy lentamente.
Cartílago con forma de media luna que almohadilla la rodilla entre el fémur y la tibia. Cada rodilla cuenta con un par de meniscos. Los frenazos repentinos y los cambios de dirección bruscos pueden rasgar los meniscos, si bien es posible tener un menisco roto sin sentir dolor ni síntomas de ningún tipo.
Grueso tendón que discurre por la cara externa de la cadera y desciende hasta la cara externa de la tibia cruzando en su camino dos articulaciones (coxofemoral y femorotibial). Además de controlar el ángulo de la pierna al correr, ayuda a sostener y estabilizar la rodilla. También se llama «banda iliotibial».
Son cuatro ligamentos que insertan el fémur en la tibia a la altura de la rodilla. Los ligamentos cruzados (anterior y posterior: LCA y LCP) se cruzan dentro de la rodilla. Los ligamentos colaterales (medial y lateral: LCM y LCL) discurren a ambos lados de la rodilla.
SÍNTOMAS
Dolor debajo de la rótula que se agudiza después de acabar una actividad. Duele especialmente al subir y bajar escaleras; no suele presentar edema y habitualmente se agudiza al llevar una hora corriendo, cuando los músculos cuádriceps comienzan a cansarse.
CAUSAS
El dolor femororrotuliano (rodilla de corredor) es el dolor de rodilla más habitual. En el ejercicio de la medicina del deporte me encuentro muchos casos (unos 20 por semana). La rótula es un hueso sesamoideo, es decir, un hueso integrado dentro de una unidad musculotendinosa. En el caso de la rodilla, la rótula se localiza dentro del tendón rotuliano y se conecta con el cuádriceps.
La rótula soporta grandes fuerzas y la dirección en que la rótula se mueve está directamente relacionada con las fuerzas generadas por el cuádriceps. Por ejemplo, si un deportista tiene unos poderosos músculos laterales del cuádriceps, la rótula soportará tracción hacia el lado externo. La cara posterior de la rótula está tapizada por una capa fina de cartílago llamada cartílago articular. Esta lámina ayuda a la rótula a desplazarse arriba y abajo a lo largo de la cara anterior del fémur.
El dolor tiene varias causas. Una es una lesión del cartílago situado debajo de la rótula. Puede contribuir una mala mecánica al correr o al pedalear causada por la debilidad o tirantez de los músculos. La mala condición física de los glúteos, los músculos del núcleo corporal, las caderas y los cuádriceps puede derivar en inestabilidad pélvica y afectar a las rodillas. Lo ideal es que la pelvis se mantenga nivelada al correr. Pero si los músculos están en baja condición física, la pelvis oscilará al correr, igual que un coche cuando los neumáticos están mal alineados. Esto somete a mucha tensión las rodillas y puede derivar en rodilla de corredor.
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