La tradición norteamericana dominante defiende la dignidad del hombre, no la superioridad de una clase de hombre. Es por ello que puede vislumbrarse que todo mi énfasis se pondrá en el desarrollo del conocimiento que permita la realización más completa de la dignidad humana. Llamémosle a esto, por conveniencia, el desarrollo de las ciencias de políticas de la democracia. (Lasswell y Lerner, 1992, p. 93)
Es así como la democracia y la dignidad del hombre son definidas como valores absolutos (Crick, 2001, p. 192), lo cual fundamenta el objeto y el método de la ciencia política al ser asumido el principio, para ambos, de que la elección de las metas últimas de la acción política no es objetiva.
Para Lasswell, el científico se ocupa, en primera instancia, de lo que debe ser. Por eso elabora y prescribe estándares éticos y valores para, posteriormente, y con la máxima objetividad posible, pasar a evaluar las decisiones y los sistemas políticos. Una vez que el científico ha tomado partido por una posición ética, puede proceder con la máxima objetividad y utilizar todos los métodos disponibles (Lasswell y Lerner, 1992, p. 95), para el desarrollo de la disciplina. Es evidente que la posición de Lasswell no deja de ser problemática en este aspecto, ya que, como lo menciona B. Crick, la ética y el método científico se confunden en Lasswell, lo que deja sin ningún método a la ciencia política, fuera de un puñado de postulados éticos (Crick, 2001, p. 192). Sin embargo, el contexto norteamericano de principios del siglo pasado es determinante para Lasswell, al igual que la influencia de Charles E. Merriam, en la construcción de los fundamentos de la Ciencia Política, donde esta era considerada como una disciplina estéril si no estaba en consonancia con la principal necesidad del Gobierno norteamericano: la defensa de la nación de ideologías totalitarias. Por ello, para R. Dahl la crítica de B. Crick, entre otras, al enfoque de Charles E. Merriam y Lasswell es irrelevante, ya que es preciso comprender, en primera instancia, los propósitos de la ciencia política. En 1951, señala R. Dahl, David D. Truman ya había establecido claramente los objetivos de las ciencias de la política al señalar que
en la investigación de las ciencias de la política, como en las ciencias naturales, los valores del investigador son importantes para la selección de los objetos y líneas de investigación. Una de las principales razones de cualquier investigación sobre el comportamiento político es […] la de indicar las consecuencias […] de una determinada política pública, existente o propuesta, para el mantenimiento o el desarrollo de un sistema preferido de valores políticos. (Dahl, 1961, p. 768)
Todavía cabe considerar, según H. D. Lasswell, que las investigaciones de la psicología conductista o de las ciencias conductistas (behavioral sciences) demostraron que las motivaciones de los individuos en la toma de decisiones, en el interior del proceso social, no se reducen a la búsqueda de beneficios económicos, sino también a la búsqueda de afecto, respeto, rectitud, educación y bienestar (Lasswell, 1957, p. 6). Por ende, los procesos sociales no pueden ser reducidos a procesos económicos, sino que deben contemplarse las múltiples motivaciones, a nivel consciente e inconsciente, que determinan la toma de decisiones (Lasswell, 1957, p. 7). Los valores son, entonces, aquellos eventos u objetivos preferidos o deseados (Lasswell y Kaplan, 1950, p. 16) y son clasificados por Lasswell en ocho: el poder, la ilustración, la riqueza, el bienestar, el arte, el afecto, el respeto y la rectitud. El poder se refiere a la participación en la toma de decisiones importantes en un contexto social. La ilustración es la libertad de opinión, de información y de expresión. La riqueza es la posesión, producción y distribución de bienes y servicios. El bienestar es el acceso a los servicios de salud y el derecho a la vida, la seguridad y la libertad. El arte es la oportunidad de adquirir y ejercer la excelencia en una labor concreta, así como la libertad de escogerla. El afecto es dar y recibir amor, amistad y lealtad. El respeto es el derecho a recibir reconocimiento. La rectitud se refiere a la responsabilidad de las acciones y decisiones propias, y al deber de respetar las ajenas (Lasswell y McDougal, 1992, pp. 335-338). En otras palabras, para Lasswell el propósito de la ciencia política es la determinación ética de los procesos políticos, a través de la observación crítica del presente y del pasado, con el fin de descubrir en qué grado las tendencias y los procesos se aproximan a los valores deseados (Dahl, 1961, p. 768).
Si aceptamos la premisa de que el desarrollo del APP ha sido y es una respuesta a las crisis políticas y a los problemas prácticos de las sociedades (Dunn, 2008, p. 44), para Lasswell, el APP está determinado por la crisis de la democracia y el advenimiento del Estado totalitario en el siglo XX. En 1943, Lasswell escribe:
Las tendencias dominantes de la política mundial han estado lejos de los símbolos y las prácticas de una sociedad libre y han tendido hacia las consignas, doctrinas y estructuras del despotismo. En las naciones donde han disminuido las condiciones democráticas, las instituciones democráticas, a su vez se han debilitado o han desaparecido. (Lasswell, 2009b, p. 25)
Es preciso, entonces que la ciencia se ocupe de mantener y consolidar el ideal de la democracia, ya que esta no sabe cómo vivir; parece ignorante de cómo mantener la voluntad y de cómo descubrir los medios para sobrevivir. Sin conocimiento, la democracia seguramente perecerá (Lasswell, 2009b, p. 1). ¿Cómo define Lasswell la democracia?
Un gobierno democrático puede definirse en términos de participación en el ejercicio del poder, una sociedad democrática en términos de la participación de sus integrantes del respeto, la seguridad y la riqueza. ¿Cuáles son los límites dentro de los que puede oscilar esta participación, en un gobierno o en una sociedad que tiene derecho a ser llamada “democrática”? Un gobierno democrático autoriza la participación de la mayoría en la toma de decisiones importantes. La mayoría puede expresarse directamente (legislación directa) o indirectamente (a través de la elección de representantes). Igualmente, permite la participación activa de la mayoría; dos tercios de la población deben ser aptos para votar y para participar en las elecciones. Además, la inmensa mayoría debe estar libre de intimidación. Por otra parte, el gobierno debe tener confianza en la capacidad de esta mayoría para ejercer un control efectivo sobre las decisiones. Por consiguiente, las sociedades son democráticas si se ajustan a estas especificaciones y son democráticas en el grado en el que se ajustan a éstas. (Lasswell, 2009b, p. 8)
Sin embargo, ¿cómo consolidar la democracia? Según Lasswell, a través de una adecuada formación política de aquellos que participarán en los procesos de decisión política. ¿Cuáles son los elementos esenciales de una adecuada formación política?
La formulación efectiva de políticas (la planificación y la aplicación) depende de la concepción clara de metas, el cálculo preciso de las probabilidades y un conocimiento competente de medios y cifras. Consideramos que una formación adecuada, por tanto, debe incluir experiencias que ayuden en el desarrollo de ciertas habilidades de razonamiento: razonamiento de metas, razonamiento de tendencias y razonamiento científico. El estudiante precisa aclarar sus valores morales en cuanto a los eventos deseados y objetivos sociales, igualmente necesita conocer las tendencias pasadas y las futuras probabilidades en el ámbito histórico y finalmente necesita adquirir el conocimiento científico y las habilidades necesarias para implementar los objetivos dentro del contexto de las tendencias contemporáneas. (Lasswell, H., 2009b, p. 30)
Es interesante ver cómo para H. D. Lasswell se precisa de un análisis de los valores morales por parte del estudiante, para su adecuada formación en ciencia política. En ese caso, ¿se podría afirmar que existen unos valores más adecuados para esta formación?, ¿esta formación no está dirigida a todos los individuos? Sin embargo, dejaré por el momento estos interrogantes para continuar exponiendo los conceptos esenciales de Lasswell en torno del análisis de políticas públicas.
Para consolidar la formación de los estudiantes de ciencia política es preciso, igualmente, que se adopten nuevas metodologías de investigación: “Por tradición los estudiantes de ciencia política son principalmente coleccionistas, hacen uso de registros de eventos que ellos jamás habían visto. Dependen de documentos históricos y de informes. Sin embargo, […] [para comprender] un contexto específico, es preciso basarse en un mayor grado sobre métodos directos de observación, como la entrevista o la participación directa” (Lasswell, 2009b, p. 4). Es decir, los estudiantes deben apropiarse