–En las carreras cortas, que son la mayoría, la pausa no debería superar 1-1,5 minutos, ya que con una pausa más laiga se volvería al estado de reposo volviendo a los parámetros cardiovasculares y metabólicos. Y al volver a empezar el trabajo deberían volver a ponerse en marcha los diferentes mecanismos de regulación y las diferentes vias de obtención de energía, lo que en este método de entrenamiento no está previsto (al contrario que en el método de repeticiones).
–Después de la interrupción de la carga de entrenamiento, la presión sanguínea sistólica y diastólica descienden con rapidez y la amplitud esfigmográfica aumenta simultáneamente de forma sensible, lo que provoca un fuerte débito sistólico. Con el descenso de la presión media, se observa que el corazón absorbe la presión por dilatación, lo que parece ser la causa del agrandamiento de las cavidades cardíacas (dilatación del corazón). El volumen sistólico llega a su máximo en el curso de la pausa útil (Reindell/Rosskamm/Gerschler, 1962, pág. 60). Ese volumen óptimo sistólico obtenido durante la pausa de recuperación es el estímulo responsable del agrandamiento del corazón.
Por este motivo, el método de entrenamiento de intervalos direcciona de manera muy especial un aumento del rendimiento del corazón, que a su vez, tiene un efecto muy favorable sobre la capacidad máxima de consumo de oxígeno y, por tanto, sobre la capacidad de resistencia.
El método de intervalos intensivo es el más indicado para el futbolista cuando, por ejemplo, después de lesiones o en un período preparatorio demasiado corto, debe trabajarse rápidamente la mejora de la capacidad de rendimiento cardiopulmonar Reindell/Rosskamm/Gerschler, (1970, pág. 62) descubrieron aumentos de volumen del corazón de 320 cm3 en pocas semanas.
La diferencia más importante entre el método de intervalos intensivo y extensivo debe buscarse en las vías metabólicas empleadas para satisfacer las necesidades energéticas. Para una carga de entrenamiento de alta intensidad, cuya duración sea de 2 a 4 min, existe una mayor movilización de energía por la glucólisis y, por la misma causa, una mejora de la capacidad anaeróbica. Cuando la duración de la carrera es más larga, disminuye la intensidad y también, en consecuencia, las necesidades energéticas que provienen de la glucólisis. En este caso se privilegia la mejora de la capacidad aeróbica (ver Keul/ Lóhmann/Adolph, 1970, pág. 62).
Además, el entrenamiento por intervalos intensivos, es decir, con una intensidad del 90 % del consumo máximo de oxígeno, y con un 30 % de la fuerza isométrica máxima, conduce también a un reclutamiento selectivo de las fibras FT, con lo que se produce una disminución de las reservas de energía, así como una hipertrofia de estas fibras musculares. El método de intervalos intensivo, al contrario que el extensivo, tiene la ventaja de que aumenta no sólo la velocidad de movilización de las enzimas de la glucólisis (que son responsables del volumen de la glucólisis anaeróbica), sino que también aumentan los fosfatos ricos en energía (ATP, CP); de todas maneras, no lo hacen en la medida en que lo produce en el método de repeticiones.
En ambos métodos de intervalo -y ésta es la diferencia más grande con el método continuo de resistencia- siempre se trabajará con las intensidades de cada lado del «umbral anaeróbico». Los métodos de intervalos son, por lo tanto, métodos que agotan el glucógeno con su consiguiente efecto de su- percompensación acentuada. Éstos producen, por ello, una mejora rápida en el campo del metabolismo del glucógeno. Además tienen también unos efectos muy especiales sobre el sistema cardiocirculatorio: en referencia al aumento del consumo máximo de oxígeno, las investigaciones de Fox (1972, pág.19) muestran que el método de intervalo tiene los ratios de consumo más altos y, por lo tanto, el incremento más acentuado del rendimiento.
Ya que tanto el método de intervalo extensivo como especialmente el intensivo trabajan mediante la «pausa regeneradora», es decir, pausas incompletas con un aumento progresivo o acumulativo del lactato, ambos métodos pueden ser útiles de forma especial (exceptuando su efecto sobre el sistema cardiocirculatorio) para mejorar la capacidad psicofísica de resistencia al cansancio o a la resistencia. Mediante el cambio característico de esfuerzo y recuperación (parcial) se hace una aproximación bastante buena del esfuerzo intermitente del juego y de esta forma puede mejorarse de manera muy efectiva la resistencia especial del futbolista.
Resumiendo podemos indicar que los métodos de intervalo además de mejorar la resistencia-velocidad y la resistencia especial también mejoran la capacidad de resistencia general, debido a su fuerte influencia sobre el nivel de las reservas de glucógeno (se produce un aumento muy elevado) y sobre los parámetros cardiocirculatorios.
Además, el entrenamiento intensivo necesita, debido a que agota las reservas de glucógeno, una regeneración de al menos 48 horas para volver a rellenar los depósitos que se han vaciado. La velocidad de esprint y la potencia de salto y de tiro así como la fuerza para las cargas disminuyen. Se debe prevenir en contra de un entrenamiento por intervalos demasiado frecuente y además orientado al atletismo, especialmente durante el periodo de competición. Los métodos por intervalos y sus modalidades de entrenamiento son muy parecidos al esfuerzo efectuado en el juego: deberán utilizarse basados en el atletismo de vez en cuando, es decir, sin pelota y sin unirlos a objetivos técnico-tácticos.
Si se integra de forma compleja en el entrenamiento del fútbol, este esfuerzo intermitente de juego, muy parecido al juego real, es excelente para el entrenamiento técnico-táctico y la mejora de la condición física (ver págs. 106 y 112).
Método de repeticiones
La ilustración 39 muestra una visión resumida de la ejecución y los efectos del método de repeticiones. Este método -que afecta el entrenamiento de resistencia de todos los tipos- consiste en realizar una distancia escogida que, después de una recuperación completa entre cada repetición, se corre con la máxima intensidad versus velocidad.
Ilustración 39. Modalidades de ejecución y efecto del método de repeticiones en el entrenamiento de resistencia (de Weineck, 1990; modificado por diversos autores, 1982, pág. 88).
En el entrenamiento del fútbol el método de repeticiones se utilizará casi exclusivamente para mejorar la velocidad de salida o para aumentar la resistencia de esprint así como para desarrollar la fuerza y la resistencia (ver pág. 10, vol. II). Debido a la velocidad máxima de carrera, se ejercita exclusivamente la capacidad anaeróbica pero especialmente la alactácida. Refuerza de forma selectiva las fibras ST.
Para el entrenamiento de resistencia el método de repeticiones no juega ningún papel importante en el fútbol, ya que un ritmo de carrera máximo y que además se repite varias veces, sólo tiene significado para un corredor de medianas o largas distancias pero no para un futbolista.
Método de juego
Una buena resistencia básica no es suficiente para cubrir todos los requisitos del fútbol. El futbolista paralelamente al desarrollo de la resistencia básica deberá desarrollar una resistencia especial, es decir, la capacidad de poder soportar bien los constantes cambios de intensidad del fútbol y su consiguiente esfuerzo específico. Esto requiere la utilización de métodos y de medios de entrenamiento parecidos al juego en sí (ver Bisanz, 1983, pág. 31). Jugar a fútbol requiere una resistencia general y especial. Aquel que juegue regularmente al fútbol mejorará automáticamente ambos tipos de resistencia.
En sus investigaciones con jugadores de diferente nivel de juego, Schnabel, Kindermann y Schmitt (1981, pág. 120) determinaron que los jugadores -vivir para ver- que no ejercitaban ningún tipo de entrenamiento de resistencia fuera del entrenamiento de juego no se diferenciaban especialmente de los otros en cuanto a su capacidad de resistencia. Por lo tanto deberemos suponer que