CAPÍTULO 13 - El primer viaje de los hermanos a Egipto
CAPÍTULO 14 - Los hermanos vuelven a Jacob
CAPÍTULO 15 - Preparativos para el regreso a Egipto
CAPÍTULO 16 - La segunda estancia en Egipto
CAPÍTULO 17 - Benjamín y la copa del Faraón
CAPÍTULO 18 - José se revela a los hermanos
CAPÍTULO 19 - El retorno a Jacob
CAPÍTULO 20 - Jacob, en Egipto
CAPÍTULO 21 - Jacob, ante el Faraón
CAPÍTULO 22 - Hambruna y esclavitud
CAPÍTULO 23 - El juramento de José ante Jacob
CAPÍTULO 24 - Jacob adopta a Manasés y Efraín
CAPÍTULO 25 - Jacob bendice a Efraín y Manasés
CAPÍTULO 26 - El testamento profético de Jacob: (1)
CAPÍTULO 27 - El testamento profético de Jacob: (2)
Los hijos de Lea y de las concubinas
CAPÍTULO 28 - El testamento profético de Jacob: (3)
CAPÍTULO 29 - La muerte de Jacob
CAPÍTULO 30 - El entierro de Jacob
CAPÍTULO 31 - José y sus hermanos
CAPÍTULO 32 - La última voluntad de José
CAPÍTULO 33 - José, el testimonio bíblico
Bibliografía de libros citados
Prefacio
Marta Salguero
La vida de José es, sin duda, retadora. Desde un punto de vista humano, padeció muchas penurias: su madre murió a los pocos años de su nacimiento; sufrió el desprecio de sus hermanos por ser el favorito de su padre; fue vendido como esclavo y deportado a Egipto cuando era joven; estuvo acusado falsamente y encarcelado, etc. Si atendemos a la explicación que ofrece nuestra sociedad, tendría que haberse convertido en un hombre amargado y lleno de rencor porque “el mundo le ha hecho así”, como diría la canción.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La vida de José, desgranada en este libro, nos muestra formidablemente cómo atraviesa las distintas pruebas creyendo de corazón que Dios las está permitiendo y se halla a su lado en todo momento. Dios tiene todo bajo control y, en su bondad, permite que José vea el fruto de sus lágrimas: la salvación de su pueblo.
¿Las dificultades de la vida están produciendo en mí el carácter de José o el de Jacob? Esta es la cuestión. Y es muy relevante, pues nos atañe a todos. Si no hacemos algo por impedirlo, la vida nos va endureciendo poco a poco. Por lo tanto, necesitamos aprender a vivir como lo hizo José, dependiendo de Dios y confiando en su carácter y promesas, para ser cada vez más como Cristo: personas gozosas, sensibles a la necesidad y agradecidas en todo y por todo.
CAPÍTULO 1 - ¿La