Rodilla. Dado que la rodilla solo se mueve en el plano sagital, sus músculos se pueden describir como extensores o flexores. Son los músculos anteriores, que forman un grupo llamado cuádriceps, los que producen la extensión. Los tres vastos (lateral, intermedio y medial) solo afectan a la rodilla. El cuarto músculo, el recto femoral, también produce movimiento en la cadera. Los cuatro se fusionan hasta formar un tendón de unión, con la rótula integrada, que se fija a la parte superior de la tibia. Son varios los músculos que intervienen en la flexión, y muchos de ellos también afectan a la cadera. Estas acciones se describen en el siguiente apartado dedicado a la cadera. Para empezar, los isquiotibiales son músculos posteriores que cruzan la rodilla lateral (bíceps femoral) y medialmente (semitendinoso y semimembranoso). El sartorio envuelve la parte trasera del fémur distal y se fija a la tibia anterior; es el músculo más largo del cuerpo. El grácil es un músculo fino del muslo interior que ayuda a flexionar la rodilla. Además, cuando la rodilla está totalmente extendida, el fémur pasa a una posición de rotación hacia dentro en relación con la tibia; esto es lo que se conoce como mecanismo casa-tornillo. Un pequeño músculo llamado poplíteo inicia la flexión de la rodilla a partir de una extensión completa y vuelve a alinear el fémur con la parte inferior de la pierna.
Cadera. Al igual que la articulación del hombro, la cadera (figura 2.9) se mueve en los tres planos. Los cinco músculos de la cadera que crean la flexión son el sartorio, el tensor de la fascia lata (TFL), el recto femoral, el iliopsoas y el pectíneo. El TFL ayuda a la abducción y estabiliza la rodilla lateral debido a que su fijación está en el tracto iliotibial. El iliopsoas es, de hecho, dos músculos, el psoas y el ilíaco. El psoas empieza en la columna; hablaremos sobre sus efectos en la columna en ese apartado. Se une al ilíaco y su tendón de unión se fija al fémur medial. El iliopsoas es el único flexor de la cadera que está debajo de las vísceras abdominales. El pectíneo ayuda a la aducción. Los músculos de extensión son los isquiotibiales, que ya hemos citado en el apartado de la rodilla, y se fijan a las tuberosidades isquiáticas (isquiones). El otro extensor de la cadera es el glúteo mayor, que participa muy activamente en la hiperextensión de la cadera, como en un arabesque. El glúteo medio y el menor producen la abducción de la cadera. El medio es importante para andar y mantenerse sobre una sola pierna. Un grupo de músculos de la parte interna del muslo se encarga de la aducción: aductor mayor, largo, corto y mínimo; además, el grácil también ayuda. Los seis rotadores externos profundos de la cadera son el piriforme (el más superior), el gemelo inferior y el superior, el obturador interno y el externo, y el cuadrado femoral (el más inferior). Los seis músculos pequeños pueden contribuir a la rotación externa en casi cualquier movimiento del fémur, mientras que el glúteo mayor, también un rotador externo, está principalmente activo en la extensión/hiperextensión. De igual forma, el sartorio contribuye a la rotación hacia fuera en la flexión de cadera. Los rotadores internos son los mismos que los abductores: glúteos medio y menor con ayuda del TFL. Algunos dicen que el iliopsoas contribuye a la rotación hacia fuera, mientras que otros consideran que contribuye a la rotación hacia dentro; no existen evidencias concluyentes que apoyen ninguna de estas dos teorías.
Figura 2.9 Músculos de la cadera.
Tronco: Cabeza, columna y pelvis
Puede considerarse que el tronco solo tiene músculos anteriores y posteriores. Los músculos que producen la flexión torácica y de la columna lumbar están colocados en capas. El músculo superficial conocido como «tableta de chocolate» es el recto del abdomen (figura 2.10). Los oblicuos interno y externo están dispuestos en diagonal y, básicamente, se encuentran a ambos lados del torso, pero no debajo del recto del abdomen. Debajo de todos estos músculos está el transverso del abdomen, que no mueve la columna en absoluto. Es un estabilizador y no un flexor de la columna. El esternocleidomastoideo y los escalenos más profundos, que son principalmente estabilizadores, se encargan de flexionar la columna cervical (cuello). Los músculos espinales que generan la extensión se dividen en dos grupos principales. El grupo superficial se llama erector de la columna y está formado por tres porciones. Estos músculos también se conocen como globales porque sus fibras cruzan varias vértebras. Debajo del erector de la columna se encuentran los extensores profundos; una vez más, estos músculos se dividen en varios grupos, como el multífido y los rotadores. Estos músculos a veces se conocen como segmentales porque solo cruzan dos o, como máximo, tres vértebras.
Figura 2.10 Músculos abdominales.
Un músculo que se encuentra en un lateral del cuerpo, justo posterior a la plomada, es el cuadrado lumbar (CL). Aunque no contribuya a la extensión, su función principal es estabilizar las costillas en la pelvis, sobre todo durante la locomoción. Todos los músculos anteriores y posteriores de un lado intervienen en la flexión lateral. En la rotación espinal intervienen músculos de los cuatro cuadrantes (anterior derecho, anterior izquierdo, posterior derecho y posterior izquierdo). Por ejemplo, para rotar a la izquierda deben intervenir los oblicuos externos derechos, los oblicuos internos izquierdos, los extensores profundos derechos y el erector de la columna izquierdo. En el cuello, el esternocleidomastoideo crea la rotación en el lado opuesto; es decir, el izquierdo rota el cuello hacia la derecha.
EMPODERAMIENTO
Toma el control de tu entrenamiento
Comprender los planos y los términos del movimiento te ayuda a tener una visión clara de lo que sucede en el movimiento de la danza y te ofrece herramientas para aprender con mayor claridad en línea y acción. Aunque no pienses en músculos específicos mientras bailas, al comprender qué músculos son responsables de cada movimiento, podrás tener una imagen más clara de cómo quieres conseguir dichos movimientos. De esta forma, puedes empoderarte como bailarín para convertirte en un participante activo tanto de tu entrenamiento como de tu arte.
Alineación
Uno de los primeros objetivos para el bienestar del bailarín debería ser controlar el problema de la alineación adecuada para la práctica de la danza; dicho de otra forma, examinar cómo las partes del cuerpo se organizan en apoyo y en movimiento. Un cuerpo bien alineado es estéticamente agradable y, de acuerdo con las investigaciones, provoca menos desgaste y menos desgarros en las articulaciones y los músculos, lo que puede traducirse en menos lesiones y en una carrera más larga. La forma más fácil de empezar a evaluar la alineación es observarte de perfil y examinar la plomada (figura 2.11).
Figura 2.11 La plomada.
Plomada y variaciones de columna
La plomada es una línea imaginaria que sale de la parte superior de la cabeza y atraviesa el centro de las orejas, los cuerpos de las vértebras cervicales centrales, el acromion de la cintura escapular, los cuerpos de las vértebras lumbares centrales, la cabeza del fémur, el centro de la articulación