Planteamiento de actividades flexibles, abiertas y activas
Si queremos conseguir que los alumnos sean los verdaderos protagonistas de su aprendizaje, en tanto que creadores de las nuevas propuestas, será necesario plantear actividades abiertas, donde las propuestas que lleguen de los chicos sean recogidas y valoradas como válidas y como punto de partida de nuevos retos grupales.
La estructura básica de las sesiones y el tiempo de dedicación tienen que estar fijados de antemano (de forma orientativa) para evitar que el proyecto se alargue demasiado en el tiempo y pierda la motivación inicial, pero al mismo tiempo la programación ha de ser suficientemente flexible para poder aceptar nuevas aportaciones, nuevas inquietudes y, por qué no, nuevos im-previstos.
Deben aceptarse ritmos de trabajo y niveles de implicación distintos, aunque intentaremos exprimir al máximo el potencial creativo de cada alumno.
La construcción de nuevos materiales y la validación de su utilización se ba-san en el ensayo-error: un material creado no tiene que funcionar bien a la primera, y la programación de la sesión debe contemplar un espacio para posibles modificaciones y rectificaciones en el diseño inicial.
El papel del alumnado y del profesorado
El papel de cada colectivo variará en función de la fase (fase modelo o fase creativa) de aplicación del proyecto Reciclajuego en que nos encon-tremos (ver «¿Cómo se aplica Reciclajuego?»). De todos modos sí que podemos describir en términos generales qué rol debe tomar cada uno de ellos:
El papel de los alumnos se basa en:
•Protagonismo en el proceso
•Implicación material y conceptual
•Aportación de imaginación, ingenio y creatividad
•Participación en las actividades
Por otro lado, el papel del profesor/a se basa en:
•Potenciación de retos individuales y colectivos
•Dinamización de las actividades
•Colaboración en el proceso de creación con aportaciones materiales o conceptuales
•Recepción de nuevas propuestas
Definición previa de objetivos y contenidos
Es una de las tareas más importantes en la aplicación del proyecto Reciclajuego para no caer en la improvisación. No basta con que los niños tengan claros sus objetivos y retos: los maestros también deben tener claro qué quie-ren conseguir aplicando Reciclajuego, tanto en el aspecto físico-motriz como en el resto de áreas que abraza esta propuesta.
Es necesario dejar registrados de antemano qué contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales queremos y prevemos trabajar y evaluar durante el proyecto en cada una de las áreas de conocimiento dándole un carácter globalizador.
Secuenciación bien estructurada y estrecha coordinación entre profesores
También será fundamental una secuenciación aproximada y bien estructurada tanto en el tiempo (cuántas sesiones dedicaremos), como en el espacio (dónde las realizaremos). Esto evitará una prolongación innecesaria en la programación trimestral o anual y contratiempos de ocupación de salas o aulas escolares.
Claro está que para poder llevar a cabo este proyecto con previsiones de éxito, será fundamental una estrecha coordinación entre los distintos profesionales involucrados en él. Así, la resolución de una actividad en el marco de un área se convertirá en el punto de partida para la reflexión en otra discipli-na. Para poder entender más claramente este proceso os recomiendo leer el apartado «Ejemplos de planteamientos interdisciplinarios», donde se detallan algunos ejemplos de secuenciación de actividades concretas.
¿Cómo podemos evaluar Reciclajuego?
La evaluación, dada la complejidad metodológica, interdisciplinaria y organi-zativa del proyecto Reciclajuego, debe estar prevista y muy bien sistemati-zada por parte de los docentes. Sólo de este modo podremos atender a los progresos que vayan realizando los alumnos en los distintos ámbitos del conocimiento en que nos hemos planteado incidir.
Algunas cuestiones previas
Antes de concretar el modelo evaluativo que propone esta obra, quisiera aclarar algunos aspectos relacionados con este tema:
•No es la intención de esta obra ser un marco teórico sobre la evaluación, y es por eso que evitaré ahondar demasiado en la teoría de la evaluación. Lo que pretendo en este capítulo es facilitar algunas estrategias de evaluación que pueden ser útiles al lector en el momento de aplicar esta propuesta.
•Si al aplicar Reciclajuego hemos iniciado un trabajo globalizador, interdisciplinario y que fomenta una serie de actitudes muy concretas en nuestro alumnado, será necesario rematar la tarea poniendo en práctica modelos evaluativos coherentes con la metodología utilizada hasta el momento. Es por eso que se apostará por un modelo comunicativo de evaluación.
•No entraré a desarrollar las actividades concretas de evaluación para cada área, pero sí que me gustaría resaltar la importancia de no olvidar, como suele pasar, la evaluación de todos aquellos aspectos relacionados con las actitudes, valores y normas, que tanto influyen en la puesta en marcha del proyecto Reciclajuego. También, dado que la obra va principalmente dirigida a especialistas de Educación Física, se detallan algunos contenidos abordables desde esta área.
El modelo comunicativo de evaluación
Es difícil pensar en alcanzar unos objetivos de carácter actitudinal mediante un modelo tecnológico (Lorente, 2001) basado en la medida de resultados, en la búsqueda de una eficacia final y que entiende al alumno como un agente pasivo y simple receptor de enseñanzas sin ningún tipo de autonomía.
Reciclajuego apuesta firmemente por un modelo de evaluación comunicativo, que se caracteriza principalmente por la interacción entre iguales, la ne-gociación, el diálogo y que ve al alumno como un agente activo y que parti-cipa en su aprendizaje y en su evaluación.
«El aprendizaje significativo se verifica por la implicación activa y personal del sujeto. El alumno ha de ser protagonista de su propio aprendizaje, in-corporándose en una dinámica activa que surja del planteamiento de problemas, que emita conjeturas e hipótesis, que busque información, organice su propia tarea, colabore con el resto en la resolución de problemas, apren-da a aprender y que sea capaz de autoevaluar su propio trabajo». (Yus, 1996).
Sólo de este modo conseguiremos establecer un vínculo coherente entre la metodología y la evaluación. Los alumnos/as también deben disfrutar de un espacio para evaluar su propio proceso de aprendizaje, basándose en la reflexión constante y en el conocimiento de los objetivos que tienen que alcanzar.
Contenidos evaluables y momentos evaluativos
Si durante el proceso de fabricación de nuevos objetos con material de rechazo, se ha utilizado una perspectiva globalizadora, en la que todas las áreas desempeñaban un papel importantísimo, a la hora de evaluar no se puede diluir ese carácter globalizador: los niños tienen que vivir el proceso evaluativo como un todo.
Esto conlleva y requiere un trabajo en equipo bien coordinado del profesorado implicado en el proyecto, para definir claramente qué contenidos se eva-lúan y desde qué área de aprendizaje se lleva a cabo.
En el cuadro «Anexo 2: Ejemplos de contenidos y momentos evaluables» se detallan algunos ejemplos de contenidos que hay que evaluar en este proyecto. Se han dividido en dos apartados:
•Contenidos evaluables desde la Educación Física agrupados en función de su tipología: conceptos, procedimientos y actitudes.
•Contenidos evaluables desde cualquier área,