Una semilla para cada día. John Harold Caicedo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: John Harold Caicedo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9781953540300
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      Oración:

      Dios mío, te pido que me ayudes a formar una visión de mi vida unida a tu voluntad perfecta. Sé que fui creado/a para propósitos eternos, por lo tanto, mi vida tiene un sentido y una dirección diseñada desde los mismos cielos. Hoy quiero caminar en tus propósitos perfectos. Hoy quiero avanzar en el camino que tú diseñaste para que transite por él. Hoy quiero hacer tu voluntad y no desviarme. Quiero avanzar a la meta del supremo llamamiento en Cristo Jesús y sé que tú estás conmigo. Amén.

      Escuchando al Señor

      "Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado. Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma" (Salmo 143:8)

      Hace unos años atrás hicimos una excursión al Gran Cañón del Colorado. Fue una experiencia increíble. Tomamos la decisión de bajar hasta lo más profundo del Cañón y regresar el mismo día.

      Nuestro guía era mi cuñado, acostumbrado a caminar por las montañas y a salir de excursión a cada rato. Él ya ha viajado por más de medio mundo.

      Así que cuando empezamos la travesía el primer aviso que encontramos decía: ni se les ocurra hacer en un solo día la travesía hasta el río y volver, son más de 20 millas y las temperaturas son impresionantes, además de que la subida al regreso es demasiado pronunciada. Mi cuñado dijo: no le pongan atención a esos avisos.

      Más adelante encontramos otro que contaba acerca de una mujer que venía de correr la maratón de Boston, que se aventuró a caminar por ese mismo sendero con solo una manzana, dos barras de chocolate y un litro de agua y murió en la travesía, mi cuñado dijo: no le pongan atención a eso.

      Después una de las vigilantes del lugar nos preguntó: ¿a dónde van? Le respondimos: vamos a caminar hasta el río. Ella nos indagó de nuevo: ¿y tienen lugar para acampar allá? No, vamos a regresar hoy mismo, le contestamos. No, ni se les ocurra hacer eso, nos repitió varias veces la joven. Apenas se fue ella, mi cuñado dijo: no le pongan atención a ella y seguimos nuestro camino.

      Caminamos por 13 horas y media. Nuestros cuerpos estaban agotados y mucho más considerando que ni siquiera teníamos equipo adecuado para realizar esa travesía. Y cuando en la noche regresábamos y mi esposa no daba más, casi que se arrastraba para poder avanzar y otro de los amigos desfallecía, recién empezamos a recordar las advertencias que se nos habían dado en el camino y que habíamos ignorado por seguirle la corriente a mi cuñado.

      Pudo haber pasado algo peor. En la noche los animales salvajes empezaron a aparecer. Ya no había nadie en el camino, y la subida parecía muy grande para poder llegar a nuestro destino y estábamos en penumbras. Afortunadamente todo salió bien, pero nos arriesgamos por no escuchar las voces de advertencia y confiar en nuestras propias fuerzas.

      Esto me habla claramente de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas y de la forma como ignoramos a menudo su palabra, nos confiamos en nuestras propias fuerzas, creemos que estamos preparados para hacer frente a todos los problemas de la vida sin ayuda y muchos quedan en el camino, y se desvían de lo que Dios quiere para ellos.

      Si en este día El Señor pone un aviso de advertencia en tu vida, no lo ignores. Obedece lo que te dice Dios para que no tengas que lamentar las consecuencias.

      Oración:

      Tú eres un Dios que conoce todo en mi vida y sé que puedo confiar en que me llevarás por los mejores lugares. Pero reconozco que en ocasiones puedo ser porfiado/a intentando hacer las cosas a mi manera. Hoy quiero pedirte que me ayudes a obedecer las advertencias que tú me envías constantemente para no lamentar las consecuencias por hacer algo que esté fuera de la voluntad divina. Amén.

      Una promesa para ti

      "Pero recibiréis poder, cuando hay venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra". (Hechos 1:8)

      Siete semanas después de la muerte y resurrección del Señor, ocurre el gran evento de pentecostés cuando los discípulos estaban unánimes juntos orando y de repente se aparecieron lenguas de fuego que se posaron sobre sus cabezas, y todos fueron llenos de ese fuego espiritual que los transformó para siempre. El día del gran derramamiento del Espíritu Santo sobre los hijos de Dios. El poder del Señor siendo derramado sobre sus discípulos.

      ¿Por qué necesitaban ellos de este poder?

      Debían tener poder para enfrentarse con un enemigo astuto y hostil.

      Debían tener poder para contender por la fe.

      Debían tener poder para hacer milagros y predicar resueltamente la Palabra de Dios. Sus propias debilidades y temores interiores podrían convertirse en invencibles obstáculos que debían ser conquistados.

      Este poder les había sido otorgado siempre que mantuvieran una vida llena del Espíritu Santo.

      Pentecostés es la respuesta final de Dios a la tibieza de los corazones y a la apostasía de estos tiempos. Pentecostés significa corazones encendidos, vidas totalmente dedicadas, motivadas por una ardiente pasión por predicar a Cristo a nuestro mundo antes que Él venga otra vez a establecer su eterno Reino.

      El cumplimiento de esa promesa cambió el destino del mundo para siempre. De ahí en adelante todo ser humano que está lleno del poder del Espíritu Santo, cada vez que se para delante de otros a compartir la palabra, o cuando testifica o comparte su fe, o cuando usa sus dones, se convierte en un canal a través del cual Dios obra directamente en los demás. No son sus palabras, son palabras divinas; no es su poder, es poder de los cielos; no son sus habilidades, son dones celestiales y tampoco es su honra, la honra es para Aquel que lo envía con ese poder.

      Este toque del Espíritu Santo, esta promesa del Padre, este poder de lo alto, ha sido exactamente lo que Cristo estableció como la condición indispensable para llevar a cabo la obra que está delante de nosotros.

      Hemos sido llamados a marcar una diferencia en este mundo. Hemos sido llamados a ser sal y luz en medio de un mundo insípido y en tinieblas.

      Pero no lo podemos hacer con argumentos humanos, necesitamos poder desde lo alto.

      Pide hoy el Espíritu Santo y “recibirás poder”, y serás testigo de una obra descomunal en este mundo.

      Oración:

      Mi oración en este día Señor, es que envíes sobre mi vida el poder del Espíritu Santo. Anhelo su llenura, su guía, su presencia. Quiero servirte con la unción que viene de los cielos, para que no sea yo quien haga las cosas, sino que seas tú mismo a través de mí. Sí, quiero ser ese instrumento en tus manos y es por eso que necesito el poder del Espíritu Santo sobre mi vida. Amén.

      Un doble pecado

      “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. (Jeremías 2:13)

      Gran parte de la humanidad en nuestros días se esfuerza desesperadamente por negar a Dios, su poder y su influencia en este mundo. Niegan que exista o simplemente intentan encontrar explicaciones racionales a lo que no lo tiene.

      Sin embargo, la queja del Señor no es para los que siempre han pensado así, pues al fin y al cabo no se interesan por las cosas divinas. No. La acusación es para su pueblo, para quienes dicen que son seguidores del Dios vivo.

      ¿Cuál es la queja de Dios para ellos?

      Se han apartado, se han alejado de la fuente del agua viva, se han enfriado, no tienen respuestas en este mundo tan difícil, no tienen argumentos porque no conocen la palabra, no saben por dónde ir porque no tienen