Así que estoy diciéndote que por estos tres días mantendrás un muy optimista estado mental. Esta noche, cuando vayas a tu cama, quédate dormido lleno de optimismo. Y duerme con la seguridad de que por la mañana, cuando te levantes, algo pasará, algo puede pasar, algo puede ser hecho.
Ten una actitud optimista, y junto con ella también me gustaría decir esto: después de muchos años de experiencia he llegado a la conclusión de que el pesimismo del hombre puede ser tan fuerte que, incluso, si comienza la búsqueda de algo, no será capaz de verlo precisamente por su pesimismo.
Hace algún tiempo, un hombre acostumbraba venir conmigo y traía a su esposa. La primera vez que nos encontramos me dijo que ella no podía dormir, y me describió su condición: “Ella no puede dormir sin medicinas, y aun con medicinas; ella sólo puede dormir por tres o cuatro horas. Y mi esposa tiene miedo; extraños temores la asedian. Teme salir de la casa, y si está en la casa, teme que la casa se caiga. Si no hay nadie alrededor, teme que si está sola, pudiera morir, así que constantemente necesita a alguien alrededor. Por las noches, guarda todas sus medicinas cerca de ella, por si se presentara alguna emergencia”.
Le sugerí que comenzara a practicar pequeñas meditaciones que pudieran ayudarla. Ella comenzó a experimentar. Después de siete días, nos volvimos a encontrar y le pregunté: “¿Qué ha pasado? ¿Cómo está tu esposa?”.
Él dijo: “No ha habido mucho progreso; ella sólo duerme mejor”.
Después de una semana, lo volví a encontrar, y le pregunté: “¿Algún cambio?”.
Y él dijo: “Su condición no ha cambiado mucho, pero está un poco menos temerosa”.
Lo volví a encontrar después de siete días y le pregunté: “¿Nada ha pasado?”.
“Nada significativo”, dijo. “Ella ya puede dormir algo, es menos temerosa y ya no mantiene las medicinas cerca de ella: no mucho”.
Yo llamo a esto una visión negativa. Aun si este hombre hubiera experimentado algo, no hubiera sido capaz de verlo, de reconocerlo. Y esta visión se construye en el interior. Lo que significa que una persona no experimentará nada e, incluso, si experimentara algo, no sería capaz de reconocerlo; y mucho de lo que pudiera ser posible de otra manera, será obstaculizado.
Además, tener un acercamiento positivo, también sugiere que durante estos tres días sólo pienses en lo que te está pasando, sin tratar de pensar en lo que no te está pasando. En estos tres días, pase lo que pase, observa. Y olvídate de lo que no está pasando, que podría no pasar. Sólo recuerda lo que experimentaste. Incluso si has tenido una pequeña probada de paz, de silencio, aliméntate de ello. Te dará esperanza y también te empujará hacia delante. Porque si te alimentas de algo que nunca pasó, perderás tu momento, y lo que sí pasó, se destruirá.
Así que en estos tres días, en tus experimentos con la meditación, pon atención a cada pequeña cosa que sientas y haz de ello la base de tu progreso. No le des nada de tu energía a lo que no pasó.
El hombre siempre ha sido infeliz porque olvida lo que tiene y trata de obtener lo que no puede tener. Basar tu vida en esto es absolutamente erróneo. Sé alguien que entiende lo que tiene y vive con base en ello.
* * *
En alguna parte leí que un hombre se quejaba con otro:
—Soy un hombre muy pobre. No tengo nada.
Así que el segundo hombre dijo:
—Si eres tan pobre, puedes hacer una cosa: quiero tu ojo derecho. Te daré cinco mil rupias por él. Ten estas cinco mil rupias y dame tu ojo derecho.
Y el primer hombre dijo:
—Eso es muy difícil, no puedo darte mi ojo derecho. Entonces, el otro hombre le ofreció:
—Te daré diez mil rupias por tus dos ojos.
De nuevo, el primer hombre contestó:
—¡Diez mil rupias! Pero aun así no puedo darte mis dos ojos.
En este punto, el otro hombre le propuso:
—Te daré cincuenta mil rupias si me das tu vida.
Ante esto, el primer hombre dijo:
—¡Pero eso es imposible! No puedo darte mi vida.
El segundo hombre dijo, entonces:
—Esto prueba que tienes muchas cosas valiosas. Tienes dos ojos, que no venderías por diez mil rupias, y tienes tu vida... ¡Y decías que no tenías nada!
*
Estoy hablando acerca de este tipo de persona y de este tipo de pensamiento. Valora lo que tienes, y también lo que experimentas a través de la meditación, aun si son pequeñas cosas. Piensa en ello, habla de ello, porque que experimentes más dependerá de esta forma de pensar, y tu optimismo creará más. Y lo que no entiendes...
Una mujer acostumbraba visitarme; ella era bien educada, era profesora en la universidad y una erudita en sánscrito. Estaba en un campamento de siete días de meditación, y en el primer día, después de la meditación, vino a mí y me dijo: “Perdóname, pero no experimenté ninguna comunión con la divinidad”.
¡Era el primer día del experimento y ella decía que no se había encontrado con la divinidad!
Así que le dije: “Si te hubieras encontrado con la divinidad, esto habría sido muy peligroso, porque si pudieras encontrarte con la divinidad tan fácilmente, no lo valorarías”. Y agregué: “Una persona sería realmente estúpida si pensara que sólo con sentarse en silencio, con los ojos cerrados, por diez minutos está preparada para conocer la divinidad”.
Así que si experimentas incluso el más pequeño rayo de silencio, considera que has visto todo el sol, porque aun la más pequeña experiencia de luz te ayudará a alcanzar el sol. Si estoy sentado en un cuarto oscuro y veo un delgado rayo de luz, hay dos formas en las que me puedo conectar con él. Una sería diciendo: “¿Qué es este pequeño rayo de luz comparado con la profunda oscuridad que me rodea? ¿Qué puede hacer un pequeño rayo de luz? Hay mucha oscuridad a mi alrededor”.
La otra forma podría ser pensar: “A pesar de toda esta oscuridad, hay, por lo menos, un rayo de luz disponible para mí, y si voy hacia él, podré encontrar la fuente de donde el sol procede”. Ésta es la razón por la que te digo que no observes la oscuridad; si hay por lo menos el más débil, el más fino, rayo de luz, concéntrate en él. Te elevará a una visión positiva.
Normalmente, tu vida es exactamente lo opuesto. Si te muestro un rosal, seguramente dirás: “¿Qué es lo que hay que ver ahí? La existencia es muy injusta, ahí hay sólo tres o cuatro rosas y millones de espinas”. Esto es sólo una forma de ver las cosas: ver el rosal y decir: “¡La existencia es muy injusta! ¡Hay millones de espinas y sólo unas cuantas rosas!”. Esto es sólo una manera de percibir las cosas, un enfoque. Otra forma sería decir: “La existencia es muy misteriosa: entre esas miles de espinas creó una rosa”. También podrías ver esto y decir: “Una rosa entre todas esas espinas... ¿No es un mundo misterioso? Realmente parece un milagro: la posibilidad de que brote una rosa entre todas esas espinas”.
Así que me gustaría pedirte que tomaras el segundo punto de vista. En estos tres días apóyate en el más delgado rayo de esperanza que veas en tu meditación, y deja que se vaya haciendo fuerte.
La tercera cosa es que, durante estos tres días de meditación, no sigas viviendo de la misma manera en que los has hecho hasta esta tarde. El hombres es un robot lleno de hábitos,