Y ésta es sólo la capacidad de una semilla; un hombre es capaz de mucho más que esto. Una semilla puede crear algo inmenso... Si una pequeña piedra puede ser usada para crear una explosión atómica... inmensa energía puede ser producida fuera de ella. Cuando alguien experimenta la fusión dentro de su ser, dentro de su conciencia, este florecimiento, esta explosión, la energía y la luz, son la experiencia de lo divino. Nosotros no experimentamos afuera la divinidad. La energía que nosotros producimos a través de esta explosión de la conciencia, este crecimiento, el florecimiento de nuestro ser, esta energía, por sí, misma es la divinidad. Y tú tienes sed de esta energía; es por eso que te doy la bienvenida.
Pero no necesariamente has venido hasta aquí porque tienes esta sed. Es posible que estés aquí como un mero espectador. Es posible que estés aquí por una vaga curiosidad. Pero las puertas no pueden ser abiertas por medio de una curiosidad vana, y ningún secreto será revelado a los meros espectadores. En la vida se tiene que pagar por cada cosa recibida, y mucho tiene que ser sacrificado.
La otra tarde le decía a alguien que si estás cerca de un oasis y te mueres de sed, si tu sed es intensa y sientes que podrías morir pronto si no encuentras agua, y si en ese momento alguien te la ofrece, pero con la advertencia de que después de haberla bebido, morirás, que el precio por el agua será tu vida, aun así, tendrás la buena voluntad de aceptar esta condición. Cuando la muerte es una certeza, entonces, ¿por qué no morir con tu sed apagada?
Si llevas este intenso anhelo y esperanza en tu interior, entonces, bajo esta tremenda presión, la semilla que hay en ti abrirá y comenzará a crecer. La semilla no brotará por sí sola; necesita ciertas condiciones. Necesita mucho empuje, mucho ardor, para romper su dura cubierta, y el delicado brote interior, para crecer. Cada uno de nosotros tiene esta dura cubierta, y si queremos salir de ella, no lo lograremos con la simple curiosidad. Así que recuerda esto: si estás aquí por simple curiosidad, te quedarás con tu curiosidad, y nada se podrá hacer para ayudarte. Y si estás aquí como mero espectador, te quedarás sólo como uno de ellos, y nada podrá hacerse por ti.
Así que es necesario que cada uno eche un vistazo en su interior y mire si tiene o no el auténtico anhelo de la divinidad. Cada uno de ustedes deberá hacerse esta pregunta: “¿Quiero conocer la verdad?”. Sean muy claros en si su sed por la divinidad es auténtica, si sienten añoranza por la verdad, por el silencio, por la felicidad. Si no, entonces comprendan que todo lo que hagan aquí no tendrá significado, será un sinsentido, no tendrá propósito. Si su exiguo esfuerzo no da ningún fruto, la meditación no será la responsable; ustedes serán los responsables.
Así que, para comenzar, es necesario que rastreen a un auténtico buscador en su interior. Y sean claros acerca de esto: ¿de veras buscan algo? Y si lo hacen, entonces, éste es el camino para encontrarlo.
* * *
Hace tiempo, Buda visitó una aldea. Un hombre le preguntó: —Todos los días dices que cada uno de nosotros puede convertirse en un iluminado. Entonces, ¿por qué no todos nos convertimos en iluminados?
—Mi amigo —respondió Buda—, haz esto: por la tarde crea una lista con toda la gente que vive en esta aldea y escribe sus deseos al lado de sus nombres.
El hombre fue a la aldea y le preguntó sus deseos a cada habitante. Era una aldea pequeña, con poca gente; así que ellos le dieron sus respuestas. El hombre volvió por la tarde y le entregó la lista a Buda, quien preguntó:
—¿Cuántas de estas personas buscan la iluminación?
El hombre se sorprendió, porque ni una sola persona había escrito que quería la iluminación. Y Buda dijo:
—Dije que todo hombre es capaz de alcanzar la iluminación, no dije que todo hombre quiere la iluminación.
*
Que cada hombre sea capaz de ser un iluminado es muy diferente a que cada hombre quiera ser un iluminado. Si lo quieres, entonces considera que es posible. Si tu búsqueda es por la verdad, no habrá poder sobre la tierra que pueda detenerte. Pero si no anhelas la verdad, entonces tampoco habrá poder que pueda dártela.
Así que primero necesitas preguntar si tu sed es real. Si es así, entonces, está seguro de que el sendero está disponible. Si no, entonces no hay sendero: tu sed será tu sendero a la verdad.
La segunda cosa que me gustaría decir, a propósito de una introducción, es que a menudo tienes sed de algo, pero no tienes fe en que obtendrás lo que deseas. Tienes un deseo, pero no eres optimista acerca de él. Hay un deseo, pero con un sentido de desesperanza.
Ahora, si el primer paso es dado con optimismo, entonces, el último paso será dado con optimismo. Esto también debe ser entendido: si el primer paso es dado sin optimismo, entonces, el último paso será dado con desesperación. Si quieres que el último paso sea satisfactorio y exitoso, el primer paso debe darse con optimismo.
Estoy diciendo que, durante estos tres días —y lo seguiré diciendo mientras viva—, debes tener una verdadera actitud optimista. ¿Te has dado cuenta de que la distancia en que se encuentra tu estado de conciencia depende de si tus actos están animados por una actitud positiva o por una negativa? Si eres pesimista al comenzar, es como si estuvieras sentado en la rama de un árbol y al mismo tiempo la estuvieras cortando.
Lo que estoy diciéndote es que ser abierto es muy importante en esta búsqueda. Ser optimista significa que sientes que si ha habido una sola persona en la tierra que haya entendido la verdad, si ha existido una sola persona en la historia de la humanidad que haya experimentado la felicidad divina y la paz, entonces no hay razón por la que tú no puedas experimentarlas también.
No mires a los millones de personas cuyas vidas están llenas de oscuridad, a aquellos cuyas esperanzas jamás han visto la luz del día; mira a la gente que a lo largo de la historia ha experimentado la verdad. No mires las semillas que nunca crecieron ni se convirtieron en árboles, que fueron malgastadas: mira a aquellas pocas que fueron exitosas y experimentaron la divinidad. Y recuerda: lo que fue posible para aquellas semillas es posible para todas las semillas. Lo que un hombre puede experimentar, todos los hombres pueden también experimentarlo.
Tu capacidad como semilla es la misma que la de Buda, o la de Mahavira, o la de Krishna o la de Cristo. La iluminación no tiene favoritos; todo hombre tiene la misma posibilidad. Pero no se ha mostrado así, porque muchos de nosotros no hemos intentado hacer de la iluminación una realidad.
Así que ser optimista es una necesidad básica. Ten la certeza de que si cualquiera ha experimentado la paz, de que si cualquiera ha experimentado la felicidad, esto es también posible para ti. No te humilles siendo pesimista. Sentirte pesimista es insultarte a ti mismo. Significa que no crees merecer la experiencia de la verdad. Eres merecedor y ciertamente lo lograrás.
¡Inténtalo y velo! Has vivido toda tu vida con un sentimiento de desesperanza; ahora, durante estos tres días del campamento de meditación, alimenta un sentimiento de optimismo. Ser tan optimista como sea posible de modo que lo fundamental suceda, que definitivamente suceda. ¿Por qué? En el mundo exterior es posible aproximarse a algo con optimismo y no tener éxito. Pero en el mundo interior, el optimismo un recurso muy útil. Cuando estás lleno de optimismo, cada célula de tu cuerpo se llena de optimismo, cada poro de tu piel está lleno de optimismo, cada respiro está lleno de optimismo, cada pensamiento está iluminado con optimismo, tu energía vital vibra con optimismo y el latido de tu corazón se esparce con optimismo. Cuando todo tu ser está lleno de optimismo, entonces creará un ambiente en el cual lo esencial puede pasar.
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