Por lo tanto, si tener una pareja es deseable y peligroso, ¿cómo lo hacemos correctamente? Antes de profundizar en algún consejo sobre qué hacer, necesitamos saber dónde estamos. Investigar las características del ambiente, nos ayudará en nuestro intento de navegar las complejidades de la vida y el amor en los tiempos modernos. Así que vamos a empezar con algunas cosas que sí sabemos.
Primero, la gran mayoría de los jóvenes quieren casarse. Los estudios más rigurosos y fiables disponibles hoy en día dan un porcentaje alto del 90 por ciento. Así que los rumores de la muerte del matrimonio han sido muy exagerados.1
Segundo, la gran mayoría de los jóvenes hoy en día se casarán. No sólo se casarán, sino que la mayoría de ellos lo harán durante la edad de sus veinte años. En el 2012, el 80 por ciento de los estadounidenses de más de veinticinco años era, o había estado, casado. O sea, cuatro casados de cada cinco2. Además, un 13 por ciento, aunque no estaban casados, se dice que vivían con una pareja a largo plazo. Si bien hay cambios importantes en nuestra cultura hoy en día con respecto a cuándo, y si, casarse, la realidad es que la mayoría de las personas en el planeta quieren casarse y se casarán3. Por lo tanto, si eres un estudiante universitario, leyendo esto, probablemente pasarás por las distintas fases de la vida de soltería, noviazgo, compromiso y matrimonio todo en una sola década.
En estas dos áreas, el deseo de casarse y la probabilidad de matrimonio en su futuro, no es muy diferente de las generaciones que han pasado antes de usted.
Sin embargo, hay una forma que los jóvenes de hoy día son diferentes a sus predecesores. Ellos esperan más tiempo para contraer matrimonio que cualquier otra generación en la historia. Hoy en día, la edad media para una mujer joven que se va a casar es veintisiete. Para los hombres jóvenes es veintinueve años de edad4. Para poner eso en perspectiva, en la década del 1990, el promedio de edad en la que una mujer se casaba era de veintitrés años. Los hombres se casaban alrededor de la edad de veintiséis5. Este es un cambio significativo en solo las dos últimas décadas, que plantea una pregunta importante. ¿Por qué, si la mayoría de los jóvenes quieren casarse, esperan tanto tiempo para hacerlo? Como sucede a menudo, no hay una respuesta simple. En cambio, hay una variedad de razones, algunas de las cuales pueden resonar con usted más que otras.
Primero es el miedo al divorcio. Mucha gente joven ha sufrido el divorcio de sus padres y todavía sienten el dolor que eso ha provocado6. En respuesta, han jurado de no precipitarse para el matrimonio y correr el riesgo de cometer el mismo error7.
¡Otros no temen a que fracasarán en el matrimonio, pero el matrimonio sí los destruirá! En el pasado, el matrimonio solía ser considerado como el primer paso hacia la edad adulta. Ahora es el último paso. Creyendo que una relación de compromiso puede interferir con sus metas de carrera, ellos eligen ahora el impacto profesional y aplazan la intimidad personal hasta más tarde8.
También la confusión que surge de las formas modernas de comunicación desempeña un papel en la demora para el matrimonio. El rápido aumento de la tecnología ha creado varios medios de conexión con otras personas. Por desgracia, esto ha complicado la manera de cómo iniciar la conversación romántica. En el pasado, si alguien quería invitar a otra persona para una cita, la llamaría. En la actualidad, muchos jóvenes piensan que eso es extraño. Algunos creen que es más cortés enviar un texto. Otros piensan que eso es muy informal. La falta de claridad de cómo hacer una invitación en realidad ha demorado el proceso del noviazgo.
Otros han quedado paralizados por las interminables opciones de citas que hoy en día hay a disposición. Un estudio realizado en Filadelfia reveló que un gran tercio de todas las parejas vivían dentro de un radio de cinco cuadras el uno del otro antes de que se casaran. Sólo el 17,8 por ciento eran de diferentes ciudades9. Hoy en día los jóvenes pueden entrar en línea y charlar con personas de todo el mundo. Las aplicaciones de citas han ampliado las posibilidades de conseguir parejas, las cuales han causado que los jóvenes calmen su deseo de comprometerse con un solo individuo. ¿Qué tan seguro estoy de que no viene alguien mejor, cuando veo miles de parejas potenciales en mi celular todos los días?
Combinado a esta tensión está la presión para encontrar un “alma gemela”. Con esto quiero decir el creciente impulso de buscar mucho más que una pareja para compartir la vida. Quiero alguien que pueda llenar cada vacío en mí, despertar dones latentes en mi interior y continuamente seducirme con un gozo emocional sublime. Esto pone una presión tremenda en otro ser humano10.
Para otros avanzar hacia el matrimonio está impedido por buscar la satisfacción de los deseos sexuales fuera de una relación comprometida. En el pasado, el deseo sexual servía como una fuerza para impulsar a las personas a casarse, porque el matrimonio era el lugar más seguro y más aceptable para tener relaciones sexuales. Ahora la sociedad ha eliminado en gran medida cualquier tabú asociado con el sexo prematrimonial. Además, el aumento repentino de acceso fácil a la pornografía ha ofrecido una vía para el comportamiento sexual que, para muchos, ha sustituido incluso la búsqueda de una pareja humana. Ahora que se puede tener sexo en cualquier lugar, se ha eliminado un fuerte motivador que impulsaba a los jóvenes hacia la relación de pacto con otro ser humano11.
A medida que investigaba todos estos factores que contribuyen al retraso del matrimonio, procedí a hacer la pregunta: “¿Qué está detrás de todo esto? ¿Qué motivos están impulsando estas tendencias?” Cuando contemplo el paisaje de la vida y el amor para la gente joven hoy en día, veo miedo en muchos jóvenes. Miedo de cometer un error. Miedo de perder. Temor de perder oportunidades. Veo mucho miedo en los corazones de hombres y mujeres jóvenes. En otros percibo orgullo. La terquedad para vivir según sus propios términos para que nadie pueda poner en peligro su libertad de expresión. En muchos también veo lujuria. ¿Para qué comprometerse para amar a alguien si solo puedo utilizarla físicamente? El miedo, orgullo y la lujuria son la raíz de muchos problemas que veo surgiendo en las relaciones.
Cuando veo que surge esta raíz, tiene sentido por qué se retrasa el amor para toda la vida. Ninguno de estos conductores tiene como objetivo el amor. El amor se abre y da de sí mismo libremente. El miedo se cierra y se retira. El amor arriesga la vulnerabilidad por el bien de la persona amada. El orgullo no va a tolerar el riesgo de sí mismo a favor del otro. El amor acepta completamente a una persona, en sus días mejores y sus peores. La lujuria dice ‘solo quiero las partes de tu cuerpo que pueda usar’. Mientras el miedo, la lujuria y el orgullo están en el asiento del conductor, la cultura se apartará aceleradamente del amor saludable. Y ya lo estamos viendo en la cultura. No estamos avanzando en direcciones sanas.
Por primera vez en la historia de los Estados Unidos, el promedio de edad que una mujer tiene su primer hijo es más joven que la edad promedio de una mujer que se casa por primera vez.