Pasado y presente continuo de la memoria de los familiares de desaparecidos. El caso de Simón en Justicia y Paz. Marcela Patricia Borja Alvarado. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Marcela Patricia Borja Alvarado
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789587838862
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ejemplo, encontramos la historia universal, la historia nacional o la historia biográfica; pero además ha sido segmentada por periodicidades o edades, desde la prehistoria y hasta la edad contemporánea. De manera paralela, la periodización para los historiadores marxistas se encuentra más relacionada con las formas de producción de cada época, a partir de lo cual identifican el régimen de la comunidad primitiva, el régimen esclavista y el régimen feudal, entre otros (Delgado, 2010, pp. 15-17).

      Las divisiones y periodizaciones tradicionales de la historia con ocasión de la globalización, la expansión de los historiadores y los cambios que complejizan cada vez más las realidades que buscan ser comprendidas, se han multiplicado y especializan cada vez más la disciplina, a la vez que mezclan sus contenidos. Así, por ejemplo, se ha empezado a hablar de la ecohistoria; de la independencia de la historia social en relación con la economía, con lo cual aquella terminó fragmentándose “en demografía histórica, historia del trabajo, historia urbana, historia rural, etc.” (Burke et al., 1996). La historia de la gestión empresarial ha desdibujado las fronteras entre historia económica e historia administrativa; ha aparecido la historia de la publicidad, híbrido entre la historia de la economía y la comunicación; también la historia política, que ahora cuenta con variedad de escuelas, entre las cuales los seguidores de Foucault “tienden cada vez más a analizar la lucha por el poder en el plano de la fábrica, la escuela o, incluso, la familia” (Burke et al., 1996, pp. 11-12).

      Entre estos híbridos históricos se pueden mencionar a Bosemberg, Leiteritz y Louis (2009), quienes, con la pretensión de dar a conocer algunos autores alemanes en lengua hispana, recurren a una selección de textos relevantes para la comprensión de la historia, la política y la sociedad alemana en el siglo XX. Así mismo, son pertinentes los aportes del experto en historia del derecho y derecho constitucional, el profesor Bernd Marquardt (2014), quien se inscribe dentro de la escuela sociocultural y transnacional de la historia del derecho, que ascendió en Europa central desde 1980.

      [Esta escuela] rechaza tanto el reduccionismo institucional y civilista de la antigua escuela de las Instituciones del Derecho Romano, como la perspectiva nacionalista de la Escuela histórica del Derecho que había afirmado el carácter particular de todo derecho nacional. En general, se opone al enfoque unilateral en las normas como tales, intentando tener en cuenta tanto sus precondiciones, como sus efectos en la sociedad concreta, es decir, hay que analizar cada vez la relación entre norma y realidad al estilo de una sociología y ciencia cultural. (Marquardt, 2014, p. 17)

      Dentro de la subdisciplina histórica de la historia del derecho hay que mencionar los sobresalientes aportes realizados por Pio Caroni (2014) con relación al cuestionamiento de las metodologías empleadas por la historia del derecho, a partir de la asunción de una postura crítica frente a los purismos jurídicos de antaño y a favor de la comprensión de una historia del derecho más social, enmarcada dentro de un contexto y tiempo específicos, como lo retoma Marquardt (2014, p. 17). Así mismo, es preciso destacar la importancia del trabajo de Hans-Ulrich Wehler (1985), quien es considerado uno de los precursores del desarrollo de la historia social, entendida como historia de la sociedad o sociología histórica, y el de Peter Burke (2008), uno de los historiadores culturales más reconocidos.

      En la historia del derecho, actualmente puede ubicarse una especialización en estudios del tiempo reciente, o lo que es lo mismo, la historia del tiempo presente del derecho. Senn y Gschwend (2010) han elaborado una obra sobre la historia del derecho con dicho enfoque, para analizar el periodo comprendido desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, y de un siglo, contando desde el presente hacia atrás. Estos dos profesionales han orientado su estudio hacia la historia del derecho reciente como una historia cultural del derecho, y subrayan el problema de la cercanía entre el historiador y el tema que aborda, evidente en que él mismo se encuentra dentro de los debates que emprende, en los cuales necesariamente asume una posición que le impide ser neutral (pp. 1-23). Algunos de los temas que retoman Senn y Gschwend en su texto son: violencia, poder y derecho; élite y derecho; raza y derecho; género y derecho; antropología y derecho; economía y derecho; tecnología y derecho; globalización y derecho; derechos humanos. Por su parte, Burke et al. (1996) manifiestan intereses por la escritura de la historia desde abajo, de la historia de las mujeres, de la historia oral y de la microhistoria, entre otras.

      Se puede entonces afirmar que en la actualidad los estudios de la historia del derecho se interesan por diversas temáticas (más allá de los tradicionales estudios sobre las instituciones del derecho romano) producto de la variedad de intereses y énfasis, así como de la complejidad de las sociedades de las cuales pretende dar cuenta. Tal ampliación de las inquietudes de los historiadores hacia “casi cualquier actividad humana” y hacia la experiencia y opiniones de las personas del común ha conducido a la generación de tres cambios significativos: primero, la estimulación de la interdisciplinariedad en los estudios históricos, que permita explicar la complejidad social; segundo, la ampliación de fuentes, con la aceptación y valoración de fuentes no escritas, por ejemplo, las orales, como suministros enriquecedores para la investigación; y, tercero, la proliferación de especialidades de la historia (Burke et al., 1996, pp. 14, 16, 18), entre las cuales ha aparecido la historia del tiempo presente del derecho, en la que se inscribe este trabajo.

      A continuación, retomaré algunos de los debates más importantes que han rondado sobre la historia del tiempo presente –además de algunas críticas y problemas–, muchos de los cuales generan escepticismo entre los historiadores tradicionales a la hora de aceptarla como verdadera historia. Dichos cuestionamientos son válidos no solo para la generalidad de la historia del tiempo presente, sino también, y por completo, para la especialización ius-histórica del derecho que se encuentra en su interior.

      1.2. Una subdisciplina en obra

      La historia reciente es una subdisciplina de la historia que surgió “en la segunda mitad del siglo XX” (Bacha, 2011, p. 1; véanse, en el mismo sentido, Díaz, 2007, p. 15; Traverso, 2007, p. 72), que ha contado con un nivel de producción intelectual prolífico desde 1970 (Moreno, 2011, p. 287) y que aún se encuentra “en proceso de formación” (Fazio, 1998, p. 47; véase también Carretero y Borrelli, 2008, p. 203). Toro (2008) plantea que el nacimiento de esta historiografía aparece dentro del “marco general del desarrollo de la historia contemporánea” (p. 45), por lo cual François Bédarida (1998) afirma que en principio el término correcto para estos estudios parecía ser el de “historia contemporánea”, pero teniendo en cuenta que el punto en el que esta última inicia se encuentra ubicado en 1789, con la Revolución francesa. “¿Cómo sostener, pues, que nosotros éramos los contemporáneos de Robespierre o de Napoleón? De ahí la sustitución del término radicalmente ambiguo de historia contemporánea, por la expresión tiempo presente que se ha impuesto e institucionalizado” (p. 21). “Una historia concebida como contemporánea resultaba ya ser una categoría agotada” (Toro, 2008, p. 46).

      Sobre la selección del concepto adecuado, Bédarida (1998) se pregunta acerca de la consolidación de tal expresión en vez de la de “historia inmediata”, y encuentra dos posibles razones: la primera tiene que ver con un “déficit de contenido científico que denotaba esta última”, y la segunda, por “el valor heurístico de la pareja pasado/presente totalmente ausente así mismo en ese concepto de inmediata” (pp. 20-21). Por su objeto de estudio, esta disciplina ha planteado nuevos interrogantes a la labor historiográfica, ya que estudia “un pasado que la historiografía –tal como se profesionalizó a partir del último tercio del siglo XIX– no había contado entre sus incumbencias: el estudio del pasado reciente, ya sea como ‘historia del tiempo presente’, como ‘historia actual’ o ‘historia inmediata’” (Bacha, 2011, p. 1), algunas de las diversas denominaciones con las que se le conoce (Toro, 2008, p. 45).

      Algunos historiadores, como Serge Bernstein y Pierre Milza, no obstante el hecho de reconocerle ciertas peculiaridades, consideran que en cuanto a sus objetivos, métodos y fuentes, la historia del tiempo presente casi no difiere de la historia del siglo XIX. Otros, como, Pierre Sauvage, en su artículo Una historia del tiempo presente, sostiene que “no es solamente un campo nuevo de investigación que se añade a los otros periodos ya existentes debido al irremediable avance del tiempo, sino que es un nuevo enfoque del pasado que sirve al conjunto de historiadores”.