doi: 10.5294/978-958-12-0559-2.2020.1
Tener problemas y estar en el negocio es lo mismo.Los días en que estás fuera de los problemas son los días en que estás fuera del negocio.
Frank Schwinn
Introducción
Con esta frase introductoria de Frank Schwinn, se evidencia que lo propio de los negocios son las situaciones que piden la gestión desde la milla extra. La vida directiva es una vocación que llama e invita a resolver problemas para el bien de los clientes. Todo empresario y emprendedor tiene un muy alto apetito irascible que es aquella fuerza interior que lo lleva a asumir riesgos y a encarar las dificultades, con fortaleza, tenacidad e innovación.
Durante la crisis el empresario trabaja principalmente resolviendo problemas, repitiendo semanalmente comités, duplicando los esfuerzos, teniendo muchas más horas de trabajo. Es el contexto de crisis, la superación de las dificultades y poder superarlas lo que llenan de felicidad y satisfacción a las personas, porque como realidad paradójica el esfuerzo es importante y necesario para la felicidad: lo que cuesta te hace feliz. Y son esas historias las que harán parte de los logros de la vida que se contarán. El cómo se afronte y se viva la crisis se vuelve crucial en la forma en la que se navega el velero. Es la crisis parte del camino del perfeccionamiento humano que cobra una visión positiva al enmarcar un camino de esperanza y fortaleza.
La crisis hace parte del proceso natural de la vida tanto de la empresa como de la persona, por tanto, se debe entender que tiene un inicio y un final. Así es como, a partir de esa premisa, la visión a largo plazo de la empresa cobra un sentido esencial, porque es sobre esta en la que están centrados todos los planes estratégicos, con el fin de conseguir el propósito que se tiene como empresa. De esta manera, para conseguir liderar positivamente y tener impacto, se debe partir de la visión humanista de la empresa y alinear el propósito de la compañía y de las personas, y así conseguir un liderazgo positivo, y una vez en un norte empresarial claro, se pueda liderar acertadamente tanto en tiempos de crisis como en las condiciones cotidianas.
El empresario debe tener olfato y saber leer las circunstancias, para cambiar y refinar lo que no funciona y lo que sale bien. Hay empresarios que nacen con una idea, y son exitosos, no por su idea per se, sino porque debe reinventarse y refinar lo que sale bien y cambiar lo que no. Tal y como pasó con Incubadora Santander,1 en que Diego Muñoz, después de haber tenido su propio molino de arroz y haber fundado la primera fábrica de hielo en Bucaramanga, empezó a perseguir sus sueños: ser agricultor. Así es como nació la idea de exportar piñas a Alemania, pero las gallinas que producían el abono se multiplicaban, lo cual llevó a que Muñoz se enfocará en el negocio avícola.
En los sesenta, Enrique, el hijo del fundador, trazó como objetivo vender pollitos en todo el país, sin embargo, hacia finales de los ochenta el negocio no era tan próspero. Por tanto, se dio un giro a la empresa, para lo cual se trajeron al país 20 000 gallinas reproductoras, representadas en cuatro lotes de 5000, que tuvo un éxito por cinco años. Después Enrique encontró una nueva oportunidad: vender huevos. Fue en 1994 cuando salió el primer huevo del centro de producción y se convirtió en poco tiempo en el mayor productor del país.
¿Qué elementos conforman este velero?
Coase (1937) desde la teoría clásica de la economía plantea que una empresa existe y perdura en la medida en que reduzca los costos de transacción y la burocracia. Pero ¿será que la empresa es la suma de sus activos?, que es el sinónimo de esclavitud moderna, en la que las personas trabajan como máquinas con un objetivo netamente monetario.
Sin embargo, las utilidades se sobreentienden que son uno de los elementos que permiten la sostenibilidad de las empresas. Las utilidades son para la empresa lo mismo que el alimento para las personas, algo básico, pero no son su fin, debido a que son condición necesaria, más no suficiente para que una empresa exista.
En este sentido, autores como Charles Handy plantean que una empresa es una comunidad de personas, que son un grupo de gente que trabaja con un propósito en común, y así cobra el trabajo un sentido diferente en el que la empresa es un instrumento de realización y de perfección humana. Así es como las organizaciones no son solo un mecanismo para generar utilidades, sino que son una de las instituciones intermedias que tiene la sociedad, como la familia, la junta de acción comunal, entre otras.
Lo anterior hace que el trabajo cobre un sentido especial, al ser agente transformador y dignificador de la persona, debido al valor que se agrega como empresa en los distintos contextos: económico, profesional, personal y social. Al ser el trabajo una entrega de valor entre personas, implica que la persona se está dando a sí misma en medio de su labor dedicándose al servicio de los otros. En este sentido, se busca servir de la mejor manera, por lo que el trabajo perfecciona, por ser un instrumento por medio del cual la persona ofrece lo mejor de sí a los demás.
La empresa es vista como una comunidad de personas que se organizan para servir a otras: los clientes, y generan un proceso de intercambio de valor a largo plazo entre los clientes y la empresa. De esta manera, el propósito de esta nace del deseo de servir a otras personas, lo que tiene como consecuencia, y no como fin, obtener un valor de mercado de la empresa lo más alto posible (Canals, 2010).
Empresas con propósito: el norte
Si una empresa es una comunidad de personas que están unidas por un propósito, ¿cuál es el significado del trabajo? ¿Es acaso el trabajo lo que es para el negrito del batey, el enemigo y un castigo de Dios? ¿Es el trabajo un medio de subsistencia en el que se trabaja para vivir y se vive para trabajar? El trabajo es más bien un medio de perfeccionamiento humano que le da un sentido y propósito a las personas.
El propósito es el porqué se hacen las cosas, el motor que mueve a la persona hacia la acción y revela su identidad, en otras palabras, muestra la esencia de quién se es. Autores como Rey, Bastons & Sotok (2019) plantean el propósito en planos sinérgicos en los que primero está un propósito personal a redescubrir entre la cotidianidad, el cual está alineado desde una visión de llevarse a cabo mediante el trabajo. De esta manera, la forma de cumplir el propósito personal se da en un plano laboral, de modo que es importante tener un propósito como empresa para generar esta sinergia.
El propósito no es un destino sino un camino, que encuentra sentido, pero no reemplaza el esfuerzo personal de encontrar el significado en medio de los asuntos cotidianos. El propósito de la empresa es el ser, es un balance entre lo que se quiere ser (sueño corporativo), lo que se tiene que ser (la sociedad y las partes interesadas) y lo que se puede ser (capacidades y fortaleza objetiva de la empresa) (Rey et al., 2019). Este está enmarcado en la misión corporativa, que le muestra a toda la comunidad de personas que confirman cómo su contribución afecta la misión de la empresa.
El propósito de la persona es respondido tangiblemente desde la organización, lo cual es una fuente poderosa de significado personal y de alineación genuina con la empresa, y así le da un sentido trascendental y especial a su labor, sintiendo que le pone el alma a su trabajo, desde un compromiso e interés genuino, al tener una visión compartida entre la empresa y el empleado. Lo anterior en busca de tener un impacto positivo en la sociedad desde una visión de capitalismo consciente, para conseguir un triple impacto: económico, social y ambiental.
Pero ¿qué es lo que hace que una empresa tenga propósito? ¿Cómo lograr que la empresa cuide el medio ambiente, tenga un impacto social positivo y genere riqueza? Son estas preguntas el eje para el largo plazo de la empresa y la recuperación empresarial después de la crisis, debido a que tendrán