FIGURA 1.5. Entrenador y su cliente una vez alcanzado un objetivo.
Buena parte de los programas de acondicionamiento físico requieren cada vez en mayor medida que los entrenadores personales tengan una titulación universitaria. El empleo sostenible a largo plazo y el avance en el abordaje de las personas a las que se atiende a menudo requieren tal titulación. La mayor parte de los directores de centros de acondicionamiento físico, que tienen responsabilidades de gestión/supervisión por encima del personal general (entrenadores personales), con frecuencia son licenciados y cuentan con experiencia en formación de personal.
La CAAHEP acredita los programas académicos destinados al entrenador personal de acondicionamiento físico (grados de diplomado [certificate] y técnico superior [associate]), a la ciencia del ejercicio (licenciado [bachelor]) y a la fisiología clínica del ejercicio y la fisiología del ejercicio aplicada (posgrado).
ANTECEDENTES RELACIONADOS CON EL TRABAJO
Es posible que un entrenador personal consiga trabajo sin contar con una titulación universitaria, en especial si cuenta con uno o más certificados o si tiene experiencia previa en el sector. Para muchas personas que desean cambiar de profesión, conseguir una segunda titulación o una primera titulación en una etapa avanzada de su vida resulta simplemente imposible. Algunos gimnasios cuentan con sistemas y procesos propios de formación para sus empleados, consistentes en asignar a los entrenadores más novatos a un entrenador-supervisor con más experiencia o en organizar sesiones periódicas de formación, a veces designadas como «de capacitación interna». Algunos centros pueden incluso invertir en la formación continuada de su personal, constituyendo esta inversión un beneficio adicional del puesto de trabajo. De no ser así, el entrenador poco experimentado puede recurrir a un entrenador personal de reconocidos prestigio y experiencia que desee participar en un proceso de formación y aprendizaje. Muchas organizaciones que otorgan titulaciones ofrecen recursos formativos, como talleres, en los que se puede abordar una completa revisión de los distintos contenidos, en especial cuando se relacionan con la preparación de un examen para obtener una determinada titulación. Siempre es aconsejable para los profesionales trabajar en este contexto, de cara a la consecución de una titulación de rango universitario, siempre que sea posible.
ANTECEDENTES DE EXPERIENCIA
Algunos entrenadores personales desarrollan su actividad en este campo como consecuencia de experiencias positivas anteriores. Ejemplos de tales casos pueden ser quienes destacaron en la práctica deportiva en el instituto, en la universidad o como profesionales o deportistas de élite, o también los antiguos clientes de otros entrenadores que tuvieron experiencias positivas, o que supusieron una transformación, durante ese entrenamiento anterior. Al igual que los que cambian de actividad profesional, es posible que algunos de estos potenciales entrenadores no cuenten con titulaciones académicas adecuadas, y cabe la posibilidad de que otros carezcan de cualquier tipo de titulación universitaria. No obstante, su pasión por la práctica de un determinado deporte o la atracción por el ejercicio en general suelen ser elementos de motivación suficientes para que vayan cubriendo las posibles carencias que tuvieran al comenzar esta actividad profesional. El compromiso con la profesión se muestra obteniendo uno o varios títulos concedidos por organizaciones de prestigio, como el ACSM, pero también adquiriendo la pertinente experiencia de trabajo, bajo la supervisión de un CPT de experiencia contrastada (preferiblemente titulado). Manteniendo una actitud decidida en lo que respecta al estudio y el aprendizaje, obteniendo una o más titulaciones y combinando estos aspectos con la oportuna experiencia de trabajo, las personas pueden convertirse con el tiempo en entrenadores personales profesionales competentes. Cuando se presenta la oportunidad de aumentar los propios conocimientos en el área de la ciencia del ejercicio con el concurso de una organización o institución de prestigio, no debe dejarse pasar.
Con independencia de cuáles sean los antecedentes de cada uno, el abordaje de una trayectoria profesional como entrenador personal no tiene por qué ser complicado. Considere su actual situación y plantéese objetivos a 1, 2 y 5 años. Reflexione sobre las siguientes preguntas:
• ¿Tengo un título universitario centrado en el área de las ciencias del ejercicio y refrendado por una institución académica acreditada, por ejemplo, por la CAAHEP?
• Si no es así, ¿es factible para mí obtener un título o grado que me permita trabajar en este sector, sea a tiempo parcial o a tiempo completo?
• ¿He utilizado alguna vez los servicios de un entrenador personal, suponiendo estos una experiencia positiva para la consecución de mis objetivos?
• ¿Cuento con antecedentes de práctica deportiva escolar, universitaria, profesional o de alta competición que me reporten alguna experiencia en primera persona?
• ¿Qué titulaciones y entidades son las más adecuadas para que pueda abordar esta nueva actividad ahora y en el futuro? La entidad que refrende el título (p. ej., el ACSM) debe contar con reconocido prestigio, aportar materiales avalados por expertos y contar con acreditación de instituciones como la NCCA.
• ¿Qué titulaciones cuentan con materiales de estudio y/o cursos que me ayuden a conformar un conjunto de conocimientos básicos adecuado?
• ¿Dónde puedo acudir para comenzar a adquirir las capacidades necesarias, bien observando a un entrenador más experimentado o bien participando como voluntario en la actividad de un gimnasio local?
• ¿Qué organizaciones certificadoras y, específicamente, qué nivel de titulación esperan los potenciales empleadores de mi entorno cuando contratan entrenadores personales para sus centros?
ESTABLECIMIENTO DE UNA BASE DE CONOCIMIENTOS SÓLIDA
Todas las personas, incluidos los entrenadores personales, tienen potencialidades y debilidades respecto a aquello que saben o desconocen sobre una cuestión. Incluso los profesionales del acondicionamiento físico con titulación universitaria presentan mayores conocimientos en unas áreas que en otras. Una parte de la responsabilidad profesional del entrenador personal se centra en la evaluación continuada de los propios fundamentos formativos y de la propia base de conocimientos. Un modo de abordar un plan de actuación en el que se evalúen las necesidades en lo que respecta a la formación continuada es usar las actividades del trabajo como referencia de conocimiento.
Puede comenzarse procediendo a una completa revisión de las actividades de trabajo y de los correspondientes conocimientos y capacidades precisos para el desarrollo de cada una de ellas, valorando el nivel de familiarización y competencia en cada caso (puede encontrarse información específica sobre las tareas de trabajo del entrenador personal en el apartado de certificaciones de la página web del ACSM [http://certification.acsm.org/get-certified]). A partir de tal revisión, es posible elaborar una lista de conocimiento de las tareas y de áreas de capacitación de las menos idóneas a las que se dominan mejor. En el curso del año, es importante identificar las oportunidades de formación continuada en las áreas en