Monjes mártires de Argelia. Bernardo Olivera. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Bernardo Olivera
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789874614568
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como fecha para la solemne beatificación.

      No fue fácil “demostrar” el martirio de nuestros hermanos, según la normativa canónica vigente, pues sea que el autor de la muerte haya sido el fundamentalismo islámico o, como parece más probable, los servicios de inteligencia del ejército, no resulta evidente que el motivo predominante haya sido el “odio a la fe”. Pero, el odium fidei puede también entenderse como el odio al comportamiento inspirado por la fe cristiana vivida en toda coherencia.

      Por lo mismo nada impidió que fueran reconocidos como autén-ticos “mártires del amor”: amor por el pueblo argelino y la Iglesia en Argelia. Así lo creía sin vacilación el Papa Juan Pablo II cuando años atrás nos había dicho: sono martiri, sono martiri!

      En la edición de este libro he reunido algunas cartas y conferencias que se refieren a los siete monjes y, por lo mismo, a tantas otras personas consagradas en la vida religiosa. Los textos, que alternan relato y reflexión, pretenden ser textos teológicos y por eso he preferido presentarlos tal cual fueron escritos, consciente de que incurro en algunas repeticiones.

      Teología, sí, es decir: la fe que busca luz para arder e incendiar. No se trata de refinar conceptos para definir la realidad conociéndola delimitada y unívocamente, sino que se trata de tocar la vida en su crudeza y gloria para encontrar huellas del paso de Dios en nuestra historia.

      Un día viernes, más infame que santo, moría en la cruz, como uno más, desfigurado y ultrajado, Jesús de Nazaret. Ante esa ignominia, alguien, un centurión pagano, pudo describir la dignidad de ese hombre y exclamó: “¡Verdaderamente era Hijo de Dios!” Estas páginas han sido escritas con este fin: mostrar que la dignidad y trascendencia humana es capaz de vencer a la muerte y de revelar el tierno amor de Aquel que nos creó.

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      Ex Abad General de la OCSO

      6 de agosto de 2019

      La muerte ha sido vencida

      Fue cuando recibí un librito titulado: Un don para todos: martirologio 1937-1997 que repasando sus páginas me encontré con más de mil nombres de personas que han sido crucificadas con Cristo y ya no son ellas quienes viven sino que Él vive en ellas (cfr. Gal 2, 20).

      Nuestros siete testigos de Tibhirine, Argelia, se encuentran en ese libro bajo la fecha 27 de mayo. A fines del mes de julio figuran 25 padres trapenses asesinados el año 1947 en China; se trata en realidad de los 33 monjes de Nuestra Señora de la Consolación, muertos entre agosto de 1947 y abril de 1948. Si el martirologio hubiera comenzado un mes antes, es decir, diciembre de 1936, habría incluido al P. Pío Heredia y 18 compañeros mártires del monasterio trapense de Viaceli en España.

      No se trata de un elenco interminable de nombres, sino del testimonio vivo de una Iglesia que grita su solidaridad con Cristo y con todos los seres humanos. Estos nombres de testigos del Crucificado y Viviente nos permiten hacer memoria a fin de que la pascua en la sangre de Cristo rompa toda barrera de violencia, odio y muerte. Todos estos Hermanos y Hermanas nuestros desearon ir allá donde Cristo fue y hacer lo que él hizo (Vita Consecrata, 75). Desearon permanecer entre los suyos, así como el buen Pastor permanece y no abandona a sus ovejas. Nadie les ha quitado la vida, ellos la han donado voluntariamente a fin de volver a recibirla (cfr. Jn 10, 11-18).

      Nuestros hermanos del monasterio de Nuestra Señora del Atlas, secuestrados en Argelia el 27 de marzo y decapitados el 21 de mayo de 1996, eran todos de nacionalidad francesa y habían recibido su formación monástica en diversos monasterios de Francia: Bellefontaine, Aiguebelle y Tamié.

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      Dom Christian de Chergé nació el 18 de enero de 1937 en Colmar (Haut-Rhin) y entró en el monasterio del Atlas el 20 de agosto de 1969 siendo ya sacerdote –ordenado el 21 de marzo de 1964–, había hecho su noviciado en Aiguebelle y la profesión solemne la hizo en Atlas el 1.° de octubre de 1976. Había sido estudiante en Roma desde 1972 hasta 1974 y estaba muy implicado en el diálogo interreligioso: era el alma del grupo de diálogo islámico-cristiano “Ribat es Salam” (Ligadura de paz). Fue elegido prior titular en el año 1984. Precisamente ese año, lo conocí con ocasión del Capítulo General celebrado en Holyokc, Estados Unidos. Ambos éramos superiores nuevos e inexpertos; esta situación común nos hermanó desde el primer día en que nos vimos. Tras mi elección como abad general me llamaba: “Mi padre y hermano”.

      Tres semanas antes del secuestro, predicando un retiro, había dejado esta consigna:

      No matarás: a ti mismo, ni al tiempo (que pertenece a Dios), ni a la confianza.

      No mataras la muerte (trivializándola), al país, al otro, a la Iglesia. Los cinco pilares de la Paz son: la paciencia, la pobreza, la presencia, la oración y el perdón.

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      El Hermano Luc Dochier, decano de la comunidad, había nacido el 31 de enero de 1914 en Bourg-le-Péage (Drôme). Entró en el monasterio de Aiguebelle el 7 de diciembre de 1941. Llegado a Atlas en 1946, hizo la profesión solemne el 15 de agosto de 1949. Llevaba, pues, más de 50 años en Argelia y era muy conocido en toda la región por su infatigable asistencia médica a la puerta del monasterio. Dentro de la comunidad sobresalía por su humor sapiencial y solemne, y por sus habilidades culinarias. Hermano converso de vocación y corazón, aún recuerdo su pregunta: “¿qué hay de los conversos?” Rara vez revelaba el tesoro que escondía en su corazón. Cuando ingresó en el club de los “ochenta”, hablando a sus hermanos en la sala de reuniones dijo:

      Tibhirine ha resistido a la guerra y ha resistido a los terroristas... Es misterioso. Si mi muerte no es violenta, pido que se lea la parábola del hijo pródigo y se diga la Oración de Jesús. Después, que me den un vaso de champaña si la hay, para decir a-Dios a este mundo... antes del Vino nuevo. (Diario de Christophe, 30-1-94).

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      El Padre Christophe Lebreton había nacido el 11 de octubre de 1950 en Blois (Loir et Cher). Entró en el monasterio de Tamié el 1.° de noviembre de 1974 e hizo la profesión solemne el 1.° de noviembre de 1980. Llegado a Atlas en 1987, fue ordenado sacerdote el 1.° de enero de 1990. Era Padre maestro de los novicios y sub-prior. Escritor infatigable, guitarrista de corazón, poeta a toda hora, siempre del lado de los pobres y marginados.

      Nuestro primer encuentro tuvo lugar en el descanso de la escalera de la hospedería de Tamié, era el 18 de diciembre de 1990, él descendía a grandes pasos, yo ascendía lentamente en la oscuridad, fue un encuentro y un “encontronazo”. Su capacidad de amistad evangélica era poco común. En su primera carta me decía:

      Después de su visita, algo permanece. Estoy seguro simplemente de que Jesús, nuestro hermano, me une con usted.

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      El Hermano Michel Fleury nació el 21 de mayo de 1944 en Sainte Anne (Loire Atlantique). Como miembro del Instituto del Prado vivió unos diez años en Marsella, siempre en contacto con el medio magrebi. Entró en el monasterio de Bellefontaine el 4 de noviembre de 1980. Llegado a Atlas en 1984, hizo la profesión solemne el 28 de agosto de 1986. Hombre de pocas palabras y trabajador oculto e infatigable. Tenía siempre en sus labios estas palabras: Inch Allah! (Dios lo quiera); con ellas me despidió años atrás cuando visité su comunidad. Ofreció su vida por Argelia, su ofrenda fue consumada