Cuerpo(s), micropolítica y género en Trabajo Social. Marcos Javier Peralta. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Marcos Javier Peralta
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948625
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necesario resaltar mi implicancia en estos procesos ya que mi lugar en el campo es complejo en tanto se trata de hacer “extraño lo cotidiano”, reconociendo que el lugar desde donde investigo comporta un posicionamiento ético político. Concibo la metodología a partir de un viraje que antes que explicar pretende implicarse (ESTEBAN 2013, ASCHIERI 2013) en el proceso de investigación “extrañando” nuestras propias trayectorias y percepciones, pero también recuperándolas para encontrar nuevos sentidos en la descripción y el análisis de las experiencias corporizadas que me ocupan.

      Merleau-Ponty en su análisis de la percepción explica que puedo ver solamente porque soy un sujeto encarnado y, por ende situacional. Es decir, que ver es ver siempre desde alguna parte, lo cual no hace referencia sino al aspecto necesariamente perspectivo de la percepción. La percepción siempre se efectúa desde un aquí espacial, habitamos un lugar del espacio, y de un ahora temporal, miramos desde un lugar puntual de nuestra historia, dado que “así como está necesariamente «aquí», el cuerpo existe necesariamente «ahora»; nunca puede devenir «pasado»”. En síntesis, la percepción se efectúa siempre desde un lugar espacial y temporal particular, lo cual será caracterizado como perspectiva (ASCHIERI 2013: 3).

      Por otro lado recupero los aportes de las concepciones feministas, en la metodología de conocimiento situado, donde se interpela la idea de cierta objetividad:

      Busco una escritura feminista del cuerpo que, acentúe de nuevo la visión, pues necesitamos reclamar ese sentido para encontrar nuestro camino a través de todos los trucos visualizadores y de los poderes de las ciencias y de las tecnologías modernas que han transformado los debates sobre la objetividad. (.) Necesitamos aprender en nuestros cuerpos, provistas de color primate y visión estereoscópica, cómo ligar el objetivo a nuestros escáneres políticos y teóricos para nombrar dónde estamos y dónde no, en dimensiones de espacio mental y físico que difícilmente sabemos cómo nombrar. Así, de manera no tan perversa, la objetividad dejará de referirse a la falsa visión que promete trascendencia de todos los límites y responsabilidades, para dedicarse a una encarnación particular y específica. Por lo tanto yo, con otras muchas feministas, quiero luchar por una doctrina y una práctica de la objetividad que favorezca la contestación, la deconstrucción, la construcción apasionada, las conexiones entrelazadas y que trate de transformar los sistemas del conocimiento y las maneras de mirar. Se trata de pretensiones sobre las vidas de la gente, de la visión desde un cuerpo, siempre un cuerpo complejo, contradictorio, estructurante y estructurado, contra la visión desde arriba. (HARAWAY: 1986, 325).

      La escritura de investigación tiene que favorecer la contestación, la deconstrucción, la construcción apasionada, las conexiones entrelazadas, que trate de transformar los sistemas del conocimien to y las maneras de mirar, percibir y producir conocimientos corporizados, argumentos que distan mucho de cierta objetividad y neutralidad de quien investiga.

      Este grupo cuenta desde sus inicios con un equipo de profesionales que si bien se fue modificando a través de los años, está conformado por trabajadoras sociales, psicóloga, psicopedagoga, que son parte del personal de planta del Centro de Salud, además de talleristas y profesionales contratadxs como profesorxs de educación física, trabajadora social, profesor de baile latino. El Grupo A, desarrolla sus actividades en el salón de una iglesia católica del barrio.

      El acercamiento a la experiencia de la ciudad de Córdoba se produce a través del colectivo de varones anti-patriarcales, en el Encuentro Nacional de Varones Anti-Patriarcales de la Plata en el año 2014, donde activistas, varones feministas, me ayudan a conectarme con una trabajadora social y activista en género de su ciudad. La experiencia corporizada de la profesional de la ciudad de Córdoba corresponde al trabajo con veinte mujeres en una cárcel de la ciudad, dependiente de la provincia de Córdoba entre los años 2011 a 2014 y un grupo de militantes y activistas de un asentamiento de la ciudad de Córdoba entre los años 2010 y 2015. Ella se desempeña como parte un equipo de trabajo en violencia familiar dependiente del gobierno de la provincia.

      El último acercamiento fue con la experiencia profesional de Capital Federal a través de una colega del campo de la danza quien me informa que había un trabajador social-bailarín, “que anda en la misma que vos”, y que investigaba sobre la relación cuerpo y Trabajo Social. La experiencia corporizada de este profesional se sitúa en las actividades de un equipo itinerante de trabajo del Programa M, entre los años 2010 y 2015, dependiente del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.), donde trabaja con niñxs y adolescentes.

      Este proceso de investigación interrelacionó constantemente teoría y práctica, generando nuevos conocimientos, guardando en el marco conceptual la flexibilidad necesaria para producir redefiniciones y virajes, acordes a las necesidades que planteaba el devenir de la investigación empírica.

      El trabajo de investigación se fue construyendo en dos años: desde julio de 2014 a julio de 2016 y el primer obstáculo que se me presentó, fue el económico, considerando las implicancias de viajar a provincias distintas y distantes a su vez, de mi residencia actual.

      En los distintos acercamientos fuimos compartiendo e intercambiando nuestras propias experiencias y búsquedas en la militancia, en el trabajo desde el cuerpo y en el Trabajo Social, a través de mails y mensajes de facebook, material que también fue utilizado en la segunda parte de esta investigación.

      Los primeros viajes fueron a las ciudades más cercanas, compartiendo en estos encuentros las primeras charlas y mateadas en domicilios particulares y en los mismos espacios de trabajo, donde se produjeron acuerdos pero también resistencias. Comentarios como: “te parece que te sirve esto” o “Yo no sé nada del cuerpo”, fueron recurrentes en las entrevistas pues allí empezaba el proceso de volver extraño lo cotidiano.

      Las primeras decisiones como investigador fueron explicitar cual era mi interés, que refería a las propias trayectorias corporizadas profesionales, para desde allí investigar los procesos de intervención de y desde el cuerpo, y no el trabajo específico de los integrantes de los grupos. Entonces la estrategia fue ir haciendo acercamientos de manera virtual, para poder ir profundizando en las dudas sobre la investigación, y además establecer un canal para explicitar temores y acuerdos.

      En este sentido fui construyendo un proceso en el que se podía poner en tensión, “esos supuestos” que sabían ellxs de mí y yo de ellxs y que no tenían que darse por sobreentendido, sino problematizarse.

      Por esto, las decisiones metodológicas pusieron en juego lo que se podría denominar “hablar en varios lenguajes”, entendiendo por esto explicitar nuestros propios prejuicios sobre algunos conceptos claves como cuerpo, Trabajo Social, género y micropolítica; preguntándonos cómo se comprendía cada uno de éstos desde la militancia, el arte y el Trabajo Social y si es que existía tal separación.

      En este marco empecé trabajando sobre las primeras charlas, entrevistas, análisis de algunos documentos, intercambiando materiales de trabajo.

      Mi lugar en los encuentros consistió en construir situaciones de horizontalidad, de pensar y producir algo juntxs, ya que con algunxs profesionales existieron grandes coincidencias. Considero que resultó de gran facilitador la pertenencia a un campo triple: arte, militancia feminista y Trabajo Social, lo que permitió ubicar lugares, autores, experiencias, y la triangulación de todas las experiencias produjo encuentros sorpresivos, incomodidad frente a diferencias de perspectivas y situaciones emotivas.

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