Cuerpo(s), micropolítica y género en Trabajo Social. Marcos Javier Peralta. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Marcos Javier Peralta
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948625
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la entrevista, la denuncia) se volvieron estériles en la medida en que conceptualizaban a los sujetos de la intervención como agentes pasivos y victimizados. En esta línea, esta hipótesis sugiere que la emergencia de este tipo de intervenciones re-actualizó el sentido del proyecto socio-político que caracterizó al Trabajo Social como una profesión al servicio de clases populares capaces de reflexionar críticamente, y de transformar, sus propias condiciones de vida. Estas prácticas resultan del estallido de los modos que asumieron las intervenciones en la versión institucionalizada del Trabajo Social.

      En este sentido, el proceso de investigación implicó poder abordar cuatro de estas experiencias corporizadas y comprender cómo es que devienen procesos de Intervención en Trabajo Social, partiendo para ello de los siguientes interrogantes:

      ¿El trabajo de y desde el cuerpo(s) como propuesta de Intervención y herramienta política de autodeterminación puesta en acto, es lo suficientemente potente para aportar algo innovador, distinto a la disciplina del Trabajo Social contemporáneo? Pero… ¿De qué Trabajo Social hablamos? ¿Desde dónde, para quiénes y con qué?

      Las experiencias profesionales corresponden a cuatro trabajadorxs sociales que desarrollan sus intervenciones en grupos de trabajo en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, en la ciudad de Córdoba y en Capital Federal.

      Mi posición estará anclada en dos perspectivas que dialogan. Una de ellas propuesta por la antropóloga Argentina Silvia Citro (2009), quien sugiere un abordaje dialéctico, entre una experiencia de cuerpo vivido como propone la fenomenología y los condicionamientos estructurales como indican las teorías estructuralistas y posestructuralistas. Esto implica atender a ese diálogo permanente entre percepciones vividas y experiencias vividas con la estructura social.

      Considero que una tensión similar recorre los estudios sobre cuerpos aquí reseñados, entre las teorías identificadas con el estructuralismo y el posestructuralismo que resaltan en carácter determinado e históricamente construido de la corporalidad y aquellas inspiradas en la fenomenología que destacan su aspecto constituyente y potencialmente transformador de las praxis actuales. (CITRO, 2009: 36)

      En esta línea la autora sugiere la categoría de cuerpos significantes, como caja de herramientas para dar cuenta de esta tensión dialéctica en la que se inscriben sus estudios sobre la corporalidad.

      La noción de cuerpo significantes busca destacar el entrelazamiento de las dimensiones perceptivas, motrices, afectivas y significantes en las experiencias intersubjetivas, en tanto elementos constituyentes de toda praxis sociocultural; asimismo, enfatiza que la materialidad del cuerpo (su forma, imagen, percepciones, gestos , movimientos) no puede entenderse como un mero objeto que soporta pasivamente aquellas prácticas y representaciones culturales que le irán modelando sino que también incluye una producción productora de sentidos, con un papel activo y transformador de la vida social (CITRO, 2009:12).

      En el mismo sentido de Citro, la antropóloga feminista Luz Esteban plantea un diálogo que recupere la trayectoria encarnada de los agentes, pero que también se analice la estructura social donde intervienen.

      Son necesarios estudios que tengan muy en cuenta los contextos concretos (macro y micro) donde viven los sujetos hombres y mujeres que analizamos, pero que, a la vez, tengan en cuenta la acción, la experiencia de esas personas, sus itinerarios corporales. Que tengan en cuenta las percepciones y sensaciones corporales, sin dejar de estudiar la estructura social en la que están inmersos. Es decir, siguiendo a Scheper-Hughes (1997), que se basen en la economía y la política, pero que estén fundamentados fenomenológicamente (ESTEBAN, 2013:47).

      Esta propuesta de Luz Esteban, al igual que Citro, permite considerar al cuerpo como agente social, que dialoga transformando y transformándose en cada acción sobre sí mismo y sobre los otros, entendiendo que el cuerpo se convierte ahora en nudo de estructura y acción, y en centro de la reflexión social y antropológica (ESTEBAN, 2013).

      Me ocupo entonces de analizar la experiencia de un cuerpo en el mundo, en el marco de condicionantes estructurales, y los regímenes de verdad sobre éste como el género (ESTEBAN, 2013), pero recuperando su capacidad de agencia, no se trata sólo de saber qué se hace con los cuerpos, sino también que hace éste.

      El libro cuenta de dos partes, en la primera realizo un recorrido por los antecedentes teóricos más relevantes en el campo de la antropología del cuerpo, sobre categorías como cuerpo, micropolítica y género, para arribar al Trabajo Social y abrir el debate acerca de cómo aparecen o se omiten cada una de estas categorías. Propongo dos autores como Gustavo Parra y Bibiana Travi, que permiten re-pensar los “orígenes” del Trabajo Social y rastrear la presencia/ausencia de los cuerpos en la historia de la disciplina. Para desde allí sugerir una perspectiva de intervención de y desde los cuerpos retomando los aportes de la fenomenología y los feminismos, como de los análisis micropolíticos.

      En la segunda parte caracterizo los elementos más sobresalientes del modelo neoliberal iniciado en la dictadura de 1976, profundizando en el contexto de los 90, el estallido de 2001 y los primeros diez años desde el inicio del gobierno de Néstor Kirchner 2003- 2013, incorporando los debates sobre la “década ganada”, así también el impacto en las políticas sociales. Es en este escenario, que indago sobre la emergencia de las intervenciones de y desde el cuerpo en Trabajo Social.

      Igualmente analizo las trayectorias corporizadas de lxs profesionales, desde la categoría de trayectorias de vida (FALEIROS, 2003), resaltando las apropiaciones de estas en los profesionales y su consecuente impacto en las intervenciones del Trabajo Social, sosteniendo que estas trayectorias no son propiedad de una técnica corporal, sino de una concepción puesta en juego, acerca de las representación de los usos y del cuerpo.

      También analizo desde las categorías de cuerpo vivido-agente (CITRO, 2011 ESTEBAN, 2013) la materialidad producida por las intervenciones de lxs profesionales, en los cuerpos de lxs agentes, a partir del relato de lxs trabajadores sociales.

      Por último desde la propuesta de micropolítica de los cuerpos y los grupos, indago estas intervenciones, como un trabajo posible de producción de una materialidad sensorio política afectiva, destacando la heterogeneidad de estas experiencias donde conviven abordajes diversos.

      Antes de comenzar quisiera especificar mi posicionamiento en esta investigación, y decir que esta escritura se inscribe en una serie de experiencias encarnadas. No se trata entonces de “un trabajo más” para alcanzar un título académico, sino un momento-movimiento, un pliegue corpo-reflexivo. Esto quiere significar que trato de re-escribir las experiencias vividas de mi cuerpo y cuerpa (como lo nombran las feministas) lanzado al mundo, y desde esas experiencias vengo a proponer y concebir un modo de hacer y producir conocimiento corporizado-afectivo.

      Personalmente provengo del activismo en diversidad sexual, disidencia sexual, y género, de practicar, investigar y crear artes desde los cuerpos. Reaparezco en la universidad pública luego de vivenciar veinte años de “exilio” de la vida académica por las políticas neo liberales de los años 90. Escribo e investigo a partir de reconocer en mi propio cuerpo pobre, puto, entrerriano, bailarín, la violencia machista y las marcas corporales del incesto hetero-patriarcal y de las consecuentes intervenciones erradas de la asistencia social en mi propia trayectoria corporizada, la elección de esta carrera es producto de esas intervenciones del Trabajo Social en mi cuerpo categorizado como “pobre”.

      En esta instancia tomo las herramientas de la academia para decir que devengo un cuerpo agente, que junto a otrxs he encarnado procesos de luchas feministas y disidencia sexual, de producción artística des-generadas, en espacios de formación en técnicas corporales, de Educación Popular y Teatro del Oprimido. Desde estos trayectos, y siguiendo a Donna Haraway, concibo la producción de conocimientos como:

      Una doctrina de la objetividad encarnada que acomode proyectos de ciencia feminista paradójicos y la objetividad feminista significa, sencillamente, conocimientos situados (HARAWAY: 1986, 324).

      Desde esta trayectoria corporal singular y colectivizada es donde me acerco a las experiencias de estxs profesionales y sus prácticas. La decisión de