El monto de la inversión realizada en el ejemplo anterior fue de $25.000 millones de pesos: las tasas de interés aplicadas al dinero invertido, sumadas a las depreciaciones periódicas del edificio y los equipos requeridos, le generarán a la Universidad un costo fijo periódico. Como se sabe, la Universidad es una entidad sin ánimo de lucro, pero debe, al menos, cubrir sus costos fijos y variables, so pena de no poder realizar normalmente sus actividades, recibiendo cada vez más estudiantes. Aunque en un contexto completamente diferente al de Tablemac, la inversión generará unos costos fijos periódicos por intereses y depreciación del edificio.
Finalmente, también las empresas deportivas realizan importantes inversiones, como lo muestra la siguiente nota:
Atlético Nacional contrató 15 grandes figuras para atender los torneos locales y la Copa Libertadores. ¿Dará resultado esta apuesta de más de $15.000 millones?
Después de una campaña desastrosa en el torneo del segundo semestre del año pasado, donde no logró clasificar entre los 8 primeros, el Atlético Nacional –que pertenece a la Organización Ardila Lülle– busca retomar el rumbo deportivo y, sin haber empezado siquiera el campeonato local, ya sacudió los cimientos del fútbol profesional colombiano. Como no se veía desde la época de Eldorado –a mitad del siglo pasado, cuando llegaron grandes figuras procedentes del fútbol argentino–, el Nacional contrató 15 grandes jugadores, encabezados por Macnelly Torres, Luis Fernando Mosquera, Johan Fano y Cristian Tula, entre otros.
Juan Carlos De la Cuesta, presidente del Atlético Nacional, explica que los recursos provienen del anticipo por cinco años del patrocinio que Postobón5 le entrega al equipo. ‘En lo deportivo queremos un retorno a la inversión con títulos para la afición. A futuro, queremos incrementar el patrimonio del equipo y capitalizar no solo a los jugadores que traemos sino a los que ya están’, señala. Aunque De la Cuesta mantuvo en reserva el valor de la inversión, algunos cálculos podrían dar luces sobre su tamaño. Equipos de primer nivel en el fútbol colombiano reciben de sus patrocinadores recursos anuales entre $3.500 millones y $4.500 millones y Nacional solo tiene como patrocinador a Postobón. Bajo un escenario conservador de un presupuesto anual cercano a los $3.000 millones, las inversiones podrían superar los $15.000 millones (cerca de US$8 millones). Solo para dimensionar el tamaño de la operación, basta recordar que cuando Macnelly Torres salió rumbo a México, a mitad de 2011, precisamente del Nacional, la transacción se acercó a los US$2,5 millones y que el San Luis –club en el que militaba el jugador– puso como condición del traspaso la compra de los derechos deportivos por parte del equipo colombiano. Los otros derechos deportivos adquiridos por el equipo paisa fueron los de Alexis Henríquez, Alex Mejía, Jhon Valoy, Juan David Valencia y Luis Fernando Mosquera. (Dinero, 2012)
En este caso, es oportuno resaltar la diferencia entre la inversión que realiza el club al adquirir los derechos deportivos de un jugador, la cual genera costos fijos periódicos, pues existen también el costo de oportunidad del dinero invertido y un salario periódico que recibe el jugador, pues este último es un costo variable.6 El club no obtuvo el campeonato en ninguno de los dos torneos de ese año, pero en los siguientes fue campeón en tres torneos continuos, lo que significa que la inversión rindió sus frutos.
Finalmente, lo importante es entender que el costo fijo periódico de una empresa no es el monto de la inversión realizada, sino el costo periódico que esa inversión genera: la depreciación periódica de los activos en que se ha invertido y los intereses que los accionistas habrían obtenido de una inversión segura del dinero que han aportado, por ejemplo, en bonos de la Reserva Federal. Esta última parte del costo es conocida como costo de oportunidad.
Cualquier inversión genera, pues, costos periódicos fijos y no deben confundirse los dos conceptos: una parte son costos generados por los intereses dejados de percibir por los accionistas; la otra parte surge de la depreciación de los activos fijos en que ha invertido la empresa. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la realidad suele ser más compleja que la teoría, pues esta última se simplifica dado que su propósito es entender las decisiones de los agentes económicos, siendo la inversión una de las principales.
La decisión de producir (corto plazo) y sus costos
Supongamos ahora que la empresa empieza a producir y que, periódicamente, es decir, en una semana, un mes o un año, produce alguna cantidad Q, no necesariamente igual a la que sirvió de base para calcular el monto de la inversión realizada por los accionistas. Para producir, la empresa necesita, además de su planta, la maquinaria, y otros activos fijos, utilizar materias primas, energía, trabajo, etc., elementos cuya utilización depende de la cantidad producida, así que el costo generado en este caso es variable en función de la cantidad. Por supuesto, cuanto más produzca la empresa en un período cualquiera, mayor será su costo variable: no existe la posibilidad de producir más a menor costo. Se trata de un costo que va aumentando cuando lo hace la cantidad producida, y que, por tanto, podemos denominar costo variable de producción.
Es de esperar que la forma en la que varía este costo periódico con la cantidad producida tenga alguna regularidad durante un período de tiempo y, de ser así, esa regularidad solo admite tres formas, como se muestra en el siguiente gráfico.
Gráfico 2.3
La decisión de producir y los costos variables de producción
En la situación del lado izquierdo, la empresa tiene costos variables que crecen en proporción directa con la cantidad producida por unidad de tiempo, a la cual denominamos Q, por lo cual su representación en un plano en el que medimos en el eje horizontal dicha cantidad producida por período y, en el eje vertical, el costo variable de cada cantidad posible, es una línea recta que empieza en el origen de las coordenadas. Es decir, el costo variable de cada unidad producida es siempre el mismo, independientemente de la cantidad que se esté produciendo.
En el gráfico central, los costos variables crecen menos que proporcionalmente con la producción, es decir, representan una situación en la que la empresa tiene economías de escala, pues cuanto más produzca menor será el costo variable por unidad producida.
Finalmente, la tercera gráfica muestra un costo variable que crece más que proporcionalmente con respecto a la cantidad producida por período de tiempo, es decir, la empresa tiene deseconomías de escala, situación en la cual el costo por unidad producida aumenta cuando lo hace la cantidad producida.
En síntesis, el costo variable puede crecer: a) en proporción directa con la producción; b) menos que proporcionalmente con la producción (atenuado, en el centro del gráfico); o c) más que proporcionalmente con la producción (acelerado, a la derecha). Cualquiera de las tres opciones implica una regularidad, es decir, un patrón, en el crecimiento de los costos variables. Por supuesto, lo ideal para la empresa es que sus costos por unidad disminuyan a medida que aumenta la cantidad producida por períodos de tiempo, situación que se representa en la mitad del gráfico anterior.
Ahora bien, como puede verse en cualquier texto de microeconomía, la curva de costos totales de una empresa se presenta siempre de la siguiente forma (línea gruesa en el gráfico):
Gráfico 2.4
Los