En general, la información que se deriva de las incautaciones transnacionales se considera una buena pista de las dinámicas de los mercados en el ámbito global. En este sentido, Suramérica es hoy el espacio más activo, con el 61 % de las incautaciones, tanto por la importancia de Brasil como primer punto de exportación hacia Europa vía África, como por los incrementos en la demanda, principalmente en el Cono Sur (tabla 2).
El porcentaje de la demanda de cocaína en el último año (índice de prevalencia) a escala mundial es del 0,4 %. Para Norteamérica, el promedio de uso es del 1,6 %. En Suramérica, el promedio alcanza el 1,5 %. Veamos la discriminación de los porcentajes por países.
Tabla 2. Consumo de cocaína en Suramérica (promedio de uso en el último año)
País | % |
Uruguay | 1,8 |
Brasil | 1,75 |
Chile | 1,73 |
Argentina | 0,73 |
Colombia | 0,70 |
Perú | 0,69 |
Venezuela | 0,64 |
Bolivia | 0,36 |
Paraguay | 0,25 |
Ecuador | 0,08 |
Promedio | 1,5 |
Fuente: UNODC, Informe Mundial, 2017.
Los cuatro países que lideran el consumo de cocaína en Suramérica viven hoy una situación difícil de emergencias hospitalarias; ello genera que esta sea la región en el mundo con más casos críticos de salud asociados con el uso problemático de ese psicoactivo. Por otro lado, allí mismo se observa que Colombia no tiene un problema epidémico de consumo de cocaína, pues su demanda está por la mitad del promedio suramericano y muy por debajo de Uruguay, Brasil y Chile. Esto, a pesar de que el precio por gramo de cocaína en Colombia es el más bajo de Suramérica17. No obstante, para este país se ha impuesto una narrativa sin evidencia confiable de incremento exagerado de la demanda de cocaína, en razón a una supuesta sobreoferta que se deriva del alto nivel de incautaciones en el territorio colombiano, con 435 toneladas en 2017 y 414 en 2018.
Así mismo, los datos de incautaciones de cocaína procedente de Colombia (el 80 % del total) se incrementaron de tal modo que los reportes emitidos por Venezuela (12 %) y Ecuador (12 %) involucran a Colombia como el país de origen18.
Los interrogantes sobre el caso de Brasil
En este contexto, un gran interrogante es el tipo de conexión que hoy en día existe entre núcleos de traficantes colombianos con Brasil, país que hoy constituye el primer punto de (re)exportación mundial de cocaína, al cual le sigue Colombia. De hecho, Brasil recibe alijos en tránsito desde Perú y Bolivia, pero no se conoce su peso específico, al igual que las cantidades que se envían desde Colombia.
La información de la UNODC sugiere que Brasil se ha configurado como un punto de embarque que estaría atendiendo como mínimo una tercera parte del mercado mundial de cocaína, cumpliendo un papel importante en envíos directamente a Europa, Asia y Oceanía, e indirectamente a través de África. La circunstancia en que se ha puesto Brasil genera movimientos en las estructuras del crimen organizado y nuevos arreglos entre redes ilegales, de modo que se han terminado modificando el mapa, los procedimientos y las prácticas requeridas para atender la geopolítica de la cocaína que se ha activado.
En general, se observan cuatro dinámicas diferenciadas que, aunque complementarias en la frontera con Brasil, ayudan a entender su condición de ser el primer reexportador mundial de cocaína; estas se relacionan, así mismo, con las fuentes de suministro del psicoactivo.
La primera de estas cuatro dinámicas es un proceso que gira alrededor de la frontera amazónica entre Colombia y Brasil, y que se sustenta en el uso de una malla fluvial importante entre los dos países, que tiene como eje el río Amazonas.
• Además de la malla fluvial, se usan avionetas que utilizan aeropuertos públicos de São Gabriel de Cachoeira (noreste del Amazonas), el cual posee 12 aeropuertos y pistas privadas (20 en Pacaraima y 38 en Uiramutã, estado de Roraima).
• En el arco norte fronterizo existen cuatro aeropuertos internacionales, en Buena Vista (Amazonas), Tabatinga (Amazonas), Cruzeiro do Sul (Acre) y Rio Branco (Acre), controlados por la Policía Federal19.
• También se presenta el uso de pistas ilegales.
• Estas tecnologías conectan los estados de Amazonas, Acre y Rondonia.
En segundo lugar, una dinámica que se inicia en Colombia y usa como puente la zona amazónica de Venezuela, desde la que finalmente se hace trasiego hacia el norte de Brasil, principalmente a Roraima. Observemos ese comportamiento en la figura 4.
Figura 4. Mapa de rutas de cocaína y marihuana hacia Brasil
Fuente: O’Globo, 2006.
La tercera es que, de acuerdo con la fundación InSight Crime:
Géner García Molina, alias “Jhon 40”, uno de los principales narcotraficantes de las FARC y exdirigente del Frente 43 en Meta, ha establecido una base al otro lado de la frontera, en Amazonas, Venezuela, con miembros del Frente “Acacio Medina”. Jhon 40 fue en algún momento el encargado de las finanzas del Bloque Oriental de las FARC, que operaba en siete departamentos: Arauca, Casanare, Meta, Guaviare, Vaupés, Vichada y Guainía.20
Adicionalmente, estuvo relacionado con varios narcotraficantes brasileños y colombianos, como Daniel ‘el Loco’ Barrera, capturado en Venezuela en 2012. Insight Crime agrega:
[…] al trasladarse al Amazonas, Jhon 40 puede recibir los cargamentos de droga que se trafican por los Llanos Orientales de Colombia, bastión de los disidentes del Primer Frente de las FARC, así como a lo largo de los ríos que bañan las selvas de la triple frontera entre Colombia, Venezuela y Brasil. Al parecer también dirige, o al menos cobra “impuestos” sobre las operaciones de minería ilegal en Amazonas, que incluyen oro y coltán.21
La fundación estima que el número total de combatientes milicianos de las FARC que permanecen activos podría llegar a los 2500, y Venezuela es una importante retaguardia estratégica y financiera para ellos.
En el lado nacional colombiano, estas circunstancias de cambio y mayor globalización de los mercados llevan a pensar en las conexiones de corredores y rutas que se han creado también en Colombia para una salida expedita de los embarques exportables. El área cocalera y sus transformaciones en puntos equidistantes a Brasil muestran ese comportamiento.
A modo de ejemplo y tomando como referencia el mapa sobre variación de cultivos de coca 2015/2016 del SIMCI (figura 5), se puede observar la coincidencia que presenta el control que ejerce el Frente Primero de las FARC (grupo disidente del proceso de paz) sobre la zona del núcleo Meta-Guaviare, con 12.306 hectáreas para 2016 y 10.500 en 2017, y que mantiene influencia sobre departamentos como Vaupés, Guainía, Vichada, Amazonas e incluso Caquetá, que a su vez mantienen una cercanía sobre la frontera con Brasil.
Figura 5. Mapa de distribución regional según variación del cultivo de coca de 2015-2016 y zona de influencia del Frente Primero disidente de las FARC
Fuentes: SIMCI “Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2016”, julio de 2017 y