Miguel García-Valdecasas - Pablo Rodolfo Brumovsky
12. CEREBRO E INTENCIONES: ¿AUTODETERMINACIÓN O DETERMINISMO NEURAL?
José Ignacio Murillo - Ángela M. Suburo
13. ¿ES COMPATIBLE EL CONCEPTO DE LIBERTAD PERSONAL CON LA INVESTIGACIÓN NEUROCIENTÍFICA?
Carlos Blanco - Juan Pablo Roldán
INTERROGANTES FILOSÓFICO-TEOLÓGICOS
14. ¿TENDRÍA QUE EXISTIR NECESARIAMENTE EL UNIVERSO?
Alejandro González Sánchez - Francisco José Soler Gil
15. LA EXPLICACIÓN DEL ORIGEN DE LA VIDA, ¿EXIGE UNA INTERVENCIÓN DIVINA?
Rafael Vicuña - Rafael A. Martínez
16. LA ACCIÓN PROVIDENTE DE DIOS EN EL MUNDO, ¿REQUIERE UNA NATURALEZA INDETERMINADA?
Alejandro Clausse - Ignacio Silva
17. UNA EVOLUCIÓN CONTINGENTE QUE INCLUYA ELEMENTOS DE AZAR, ¿PUEDE REFERIR A UN DIOS CREADOR?
Jorge B. Aquino - Ignacio Silva
18. ¿ES POSIBLE HABLAR DE ALMA O ESPÍRITU EN EL CONTEXTO DE LA NEUROCIENCIA?
Juan José Sanguineti - Marcelo José Villar
CLAUDIA E. VANNEY - JUAN F. FRANCK
La situación cultural en la que nos encontramos es rica y compleja. De una parte, la experiencia acumulada durante el intenso siglo XX ha llevado al hombre a profundizar nuevamente en el sentido de su existencia. De otra, los avances científicos y tecnológicos han alcanzado un desarrollo y unas dimensiones insospechadas. Mientras la ciencia contemporánea exige cada vez una mayor especialización, una comprensión profunda de la realidad invita a encontrar vías para una integración de saberes que se encuentran actualmente fragmentados. Muchos de los grandes interrogantes que siempre han estado presentes en la reflexión filosófica hoy también son abordados por la ciencia contemporánea desde perspectivas nuevas. Uno de estos grandes temas es el debate sobre el determinismo de la naturaleza.
El presente volumen es el resultado de un esfuerzo conjunto de tres años, durante los cuales físicos, biólogos, neurocientíficos y filósofos estudiaron el tema del determinismo con una mirada interdisciplinar. Conscientes de la necesidad de reconocer los límites propios de cada disciplina para hallar una respuesta satisfactoria, los investigadores buscaron cubrir un amplio espectro de cuestiones epistemológicas, ontológicas y filosófico-teológicas. Las preguntas seleccionadas actuaron como disparadores para que, en cada caso, un científico y un filósofo propusieran respuestas desde visiones complementarias, pero buscando el encuentro interdisciplinar. Las presentaciones, seguidas de intensas discusiones, tuvieron lugar en tres workshops realizados a lo largo de los tres años de duración del proyecto Determinismo e indeterminismo: de la ciencia a la filosofía, coordinado por el Instituto de Filosofía de la Universidad Austral. Sin embargo, el intercambio entre los especialistas se extendió por un tiempo más prolongado y fruto de dicho intercambio es este libro, compuesto por dieciocho capítulos escritos en coautoría interdisciplinar.
Los primeros seis capítulos son de carácter epistemológico. En ellos se busca clarificar en primer término qué se entiende por determinismo, indagando tanto en la evolución histórica de esta noción como en los diversos contextos en los que se lo utiliza. La discusión en torno al determinismo deriva lógicamente en el problema del reduccionismo, como se analiza en algunos de estos capítulos. Los capítulos 7 a 13 abordan diferentes aspectos de la problemática ontológica del determinismo, tal como se presenta en la física, la biología y la neurociencia. Los cinco capítulos finales se preguntan por las consecuencias de este debate en la teología natural, abordando cuestiones relativas al origen y la finalidad del cosmos, la vida y el hombre.
INTERROGANTES EPISTEMOLÓGICOS
A lo largo de la historia, diversos conceptos fueron utilizados en el debate sobre el determinismo de la naturaleza. Por un lado, los términos contingencia, aleatoriedad, emergencia, incertidumbre, libre albedrío o libertad asumen una visión indeterminista de la realidad. Por otro, las nociones de necesidad, causalidad, legalidad, predictibilidad y fatalismo sugieren un enfoque determinista. Puesto que la física moderna y contemporánea se ha visto en la urgencia de distinguir estas nociones, cabe preguntarse cómo lo ha hecho y si la filosofía ha contribuido a elucidar estas distinciones.
Santiago Collado y Héctor Velázquez, autores del capítulo 1, sostienen que, si se sigue el rastro a las nociones de causa y de ley en la historia del pensamiento, se puede constatar que, en diferentes periodos históricos, una de ellas ha tenido una consideración prioritaria respecto de la otra, descansando la comprensión del determinismo en la noción que asumió un mayor protagonismo. Los autores sugieren así distinguir tres modos diversos de entender el determinismo. En el periodo clásico, la comprensión del determinismo se apoyó en una consideración prioritaria de la causalidad, mientras que en la modernidad asumió un papel preponderante la predictibilidad asociada a las leyes de la naturaleza. El siglo XX, por su parte, introdujo una nueva perspectiva epistemológica, al señalar que se requiere una interpretación del formalismo teórico para poder afirmar si una teoría física particular propone o no una cosmovisión determinista.
En el capítulo 2, Alan Heiblum y Claudia Vanney se preguntan si es más adecuado aplicar el predicado determinista a las teorías científicas, a nuestro conocimiento de los sistemas físicos o a la naturaleza. Los autores señalan en este capítulo la importancia de reconocer que existen diversas perspectivas en este debate. Al admitir así una pluralidad de abordajes, concluyen que no conviene hablar de determinismo o de indeterminismo, sino de determinismos o indeterminismos. Analizan con especial detalle el determinismo de las teorías científicas, para concluir que este tipo de determinismo se predica de las objetivaciones peculiares del conocimiento científico, de manera que no tiene como sujeto ni a nuestro conocimiento (como el determinismo cognoscitivo), ni a la naturaleza (como el determinismo ontológico).
Durante la segunda mitad del siglo XX estuvo en auge el programa reduccionista, que aspiró a reducir todas las teorías científicas a una única considerada como fundamental. Los reduccionismos en el seno de la física se centraron en las reducciones interteóricas, reforzando el ideal de una unificación de la ciencia