b) Palpación del tono muscular. En las primeras fases de una patología, a menudo se produce una hipertonía, en tanto que el dolor representa el componente principal. Si el cuadro patológico deriva en isquemia, aumenta la hipotonía hasta la parálisis. De este modo, el terapeuta puede determinar la «intensidad» de la enfermedad.
c) Prueba de tensión. Una prueba de tensión positiva muestra que el nervio no es despegable. La prueba de tensión siempre puede utilizarse también para el tratamiento (véase el apartado «Prueba de tensión» en el capítulo 6).
*Dermatoma (o dermatómero): Área cutánea inervada por fibras aferentes de una única raíz espinal posterior. **Área nervina (o área neural): Zona corporal inervada por un nervio periférico.
4. Otros exámenes
a) Diagnóstico por la imagen. El uso de la imagen diagnóstica es un recurso importante que debe haberse realizado antes del inicio del tratamiento. Para el osteópata es determinante saber si realmente se trata de una estenosis del conducto espinal, una artrosis masiva o incluso de una fractura de compresión.
b) Diagnósticos secundarios y concomitancias. Hay que interrogar al paciente en cuanto a los diagnósticos secundarios. Los diabéticos a menudo sufren de micro y macroangiopatías, que influyen en la irrigación del nervio. La presión arterial también puede repercutir en el gradiente de presión del nervio. Hay que tener cuidado en caso de que el cuadro patológico muestre una progresión a medio plazo durante días y semanas. Quizá la causa podría ser un proceso maligno.
c) Pruebas de coordinación. Con la aplicación de las pruebas de dedo-dedo, dedo-nariz y la maniobra de Romberg, se puede comprobar si se trata de un trastorno de la coordinación y, por tanto, de una participación del sistema motor extrapiramidal o del cerebelo.
La exploración básica siempre se inicia con la prueba de la sensibilidad. Esto se hace por dos motivos: por un lado, mediante la prueba de sensibilidad se puede diferenciar entre el área nervina y el dermatoma, es decir, si se trata de un trastorno del SNC o del SNP (
Cuando se observa una calidad simétrica normal, solo se examina la fuerza muscular en caso de una sospecha fundamentada, dado que la sensibilidad está más amenazada que la motricidad (véase el apartado « Relación entre la sensibilidad y la motricidad» en el capítulo 2).
Prueba de la sensibilidad
No siempre —o, mejor dicho, raras veces— resulta sencillo diferenciar exactamente si la lesión se sitúa en un dermatoma (lesión de la raíz nerviosa en el SNC) o en un área nervina (SNP). Para facilitar la diferenciación, la
La
Still [10] ya afirmaba: «¡Encuentra una lesión, trata la lesión y deja la lesión en paz!». Este principio significa que hay que enfrentarse a la posible multiplicidad de lesiones, eligiendo aquella cuyos signos sean los más destacables. Hay que tratar esta lesión y en el seguimiento valorar cómo ha cambiado el cuadro global. A menudo, la nueva exploración muestra diferencias notables.
Examen de los músculos y los reflejos
Después de haber realizado las pruebas de sensibilidad y si se han obtenido resultados positivos, se pasará al examen de los músculos y los grupos musculares (
Diagnóstico diferencial
La
Los siguientes ejemplos muestran posibles relaciones de la sintomatología:
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