Me propuse investigar y dar a conocer las circunstancias en que ellos fueron detenidos y hechos desaparecer, no sin antes dar a conocer cómo fue esa época estudiantil, cómo se vivió ese 11 de septiembre en la universidad y qué fue el MIR, como movimiento político que atrajo de manera tan especial a estos tres estudiantes.
Acogiendo la tesis de Beatriz Sarlo en la obra «Tiempo Pasado»: «La Memoria pretende transmitir una experiencia. Memoria es memoria de algo vivido y por ello requiere de dispositivo discursivo para lograr su propósito». En este caso, un yo narrativo en forma de crónica. También nos agrega: «El pasado es siempre conflictivo. A él se refieren, en competencia, la memoria y la historia. La historia no siempre puede creerle a la memoria y la memoria desconfía de una reconstrucción que no ponga en su centro los derechos del recuerdo». En estas citas está presente la dificultad de estudiar el tiempo pasado, en especial, el lugar que se le asigna a la memoria y la subjetividad en el conocimiento del ayer.
Sin embargo, lo que escribo, lo hago desde una mirada retrospectiva. La única pretensión narrativa que tiene es la de rendirles un homenaje póstumo a la lucha que ellos y muchos otros jóvenes de nuestro país emprendieron contra la dictadura de Augusto Pinochet, en aquellos dificiles años. Me mueve el deseo de que se conozca la historia de estos jóvenes luchadores: María Cristina López Stewart, Félix Santiago de La Jara Goyeneche y Herbit Guillermo Ríos Soto, quienes fueron detenidos y hechos desaparecer entre los meses de septiembre de 1974 y febrero de 1975. Fueron secuestrados por la DINA, el brazo represivo y asesino más brutal que tuvo a su disposición la dictadura para consolidar su poder.
La Junta Militar creada ese fatídico 11 de septiembre de 1973 se apoderó del país para reemplazar el gobierno constitucional del presidente Allende. Se transformó en un gobierno de facto, al servicio del gran capital y los intereses del capitalismo. Se instaló a punta de fusiles, ametralladoras, tanques y bombardeos. Lo hizo sometiendo a la población civil al temor y la prisión, eliminándole todos los derechos civiles y humanos. Para gobernar y dejar testimonio de su carácter autoritario, gobernó mediante el expediente de los «Decretos Leyes», tan propios de las dictaduras, partiendo por el Bando Nº1.
Fue una tiranía que gobernó, desde 1973, mediante el expediente, de los «Decretos Leyes», hasta 1980, cuando valiéndose de connotados abogados de derecha y gremialistas (UDI), elaboró y aprobó una constitución hecha a la medida del dictador, la que fue impuesta a la ciudadanía sin la existencia de registros electorales. Hasta hoy, las consecuencias de esa constitución se mantienen en el ámbito político, económico y social del país. De esa manera, perpetúan el sistema económico y social denominado Neoliberalismo.
Por los crímenes, la tortura y desaparición de personas, la dictadura recibió el repudio internacional. No podía ser de otra manera.
Cuesta comprender que con el pasar de los años aún no haya verdad ni justicia para con los detenidos desaparecidos, entre ellos nuestros tres compañeros de Historia y el profesor Ortiz, quienes fueron aniquilados en su intento de terminar con la tiranía. Han pasado más de 40 años y aún no se ha logrado establecer ni el paradero de sus cuerpos ni las circunstancias precisas en que fueron muertos y hechos desaparecer. Son décadas de heridas abiertas, mientras los victimarios permanecen incólumes o en el anonimato, producto de los pactos de silencio y el mutismo institucional. Muchos, incluso, siguen recibiendo beneficios de parte del Estado chileno por haber sido miembros de las Fuerza Armadas y de Orden, sin que, por lo menos, respondan ¿dónde están?
La historia de las detenciones y desapariciones de Herbit, Félix, María Cristina y Fernando Ortiz ha sido posible conocerla investigando en diferentes portales y páginas web y en publicaciones mediante consulta bibliográfica. También en documentos que existen en el Museo de la Memoria, Casa Memoria José Domingo Cañas, Villa Grimaldi, Archivo Judicial e Informe Rettig, entre otros.
En general, se puede decir que solamente en esta última década, ha sido posible conocer testimonios y documentos referidos el destino final de algunos detenidos desaparecidos. La mayoría aún se desconoce. Recordemos que, según el informe Retigg-Valech, hay 3.197 personas en calidad de muertos, desaparecidos y ejecutados políticos en el período 1973-1990. De ellos, 1.102 se encuentran actualmente en calidad de detenidos desaparecidos.
Para conocer el destino de algunos detenidos desaparecidos, ha sido necesario recurrir a la publicación de dos libros, ambos editados en esta última década y que han sido producto de una intensa labor investigativa y un gran compromiso con la verdad por parte de destacados periodistas nacionales.
Estos son los libros que han servido de base a nuestro trabajo: «La danza de los Cuervos» (2012), del periodista Javier Rebolledo, investigador especializado en derechos humanos. Relata la experiencia de los detenidos desaparecidos que pasaron por el cuartel «Simón Bolívar» de la DINA, ubicado en la calle del mismo nombre en la comuna de La Reina, a la altura del 8630-8800. Un cuartel secreto, no conocido por investigadores en derechos humanos hasta el año 2008. Según se dice, de ese lugar, ningún detenido salió con vida. Y, «Los archivos del cardenal casos reales» de Andrea Insunza y Javier Ortega (0000), este escrito explicita, entre otros casos, lo ocurrido con los quince desaparecidos de la comuna de Paine en «Los hornos de Lonquén». Se publican las confesiones del agente Andrés Valenzuela Morales a la periodista Mónica González sobre las actuaciones del «Comando conjunto» y de los servicios de inteligencia de la Fuerza Área de Chile, responsables de muchas muertes y de la desaparición de miembros del MIR y del partido Comunista.
Volviendo a los jóvenes estudiantes de Historia que, esa mañana de enero de 2016, dijeron desconocer lo ocurrido a los tres estudiantes que les mencioné. Llama poderosamente la atención el olvido y el desconocimiento que se tiene de los hechos y de las circunstancias vividas en el país durante la dictadura cívico-militar.
Ciertamente que los estudiantes de hoy no nacieron en dictadura ni fueron reprimidos ni violentados como lo pudieron haber sido sus padres, abuelos o familiares. Sin embargo, se espera que toda persona con formación universitaria y profesional conozca aspectos de la historia pasada del país. Ahora, si ello no se ha logrado, significa que el sistema educativo nacional y las universidades están en deuda en materia de derechos humanos. María Cristina, Félix y Herbit fueron estudiantes de la misma carrera que ellos estudian y estuvieron en las mismas aulas donde actualmente reciben sus clases. Seguramente, la gran politización de aquellos años que impregnaba toda la vida estudiantil, es totalmente diferente a las inquietudes y motivaciones que pueden tener los jóvenes de hoy.
Escribo para que los jóvenes de hoy se enteren y no olviden, para que puedan informarse de lo ocurrido y para que conozcan también lo valioso que había María Cristina, Félix y Herbit. Amaban intensamente lo que hacían, amaban a sus familias, a Chile y su gente. Su compromiso estuvo dirigido hacia las personas más humildes y necesitadas de este país.
Para conocer las circunstancias en que ellos fueron víctimas de la dictadura, fue necesario revisar las publicaciones referidas a sus vidas, hilar ciertos hechos o situaciones con las actuales investigaciones sobre detenidos desaparecidos y resoluciones judiciales que se han ido resolviendo en el último tiempo. A veces no hay mayor material documental o se repite el mismo en diversas páginas web y, en esos casos, se ha preferido conocer las circunstancias y los lugares donde estuvieron detenidos, lugares que también tienen su propia historia, la mayor de las veces, horrorosa.
La investigación se hizo mediante consulta bibliográfica, visitas reiteradas a las páginas web de sitios referidos a detenidos desaparecidos y textos de consulta publicados por diversas editoriales. También se realizó visita a los memoriales de los lugares de detención como «Villa Grimaldi» y «Casa de José Domingo Cañas». Hay otros lugares que aun pasan inadvertidos para el resto de la población, como «Simón Bolívar» y «La venda sexy», Irán 3037, comuna de Macul. A la investigación se sumó el relato de aspectos vivenciales ocurridos en la época de estudiantes universitarios con quienes fueron compañeros de curso y de ello, el recuerdo de las experiencias compartidas.