Un verano con Clío
Una novela sobre la Historia de la Humanidad (Primera parte)
José Luis de Montsegur
Título original: Un verano con Clío. Una novela sobre la Historia de la Humanidad (Primera parte)
Primera edición: Junio 2017
© 2017 Editorial Kolima, Madrid
www.editorialkolima.com
Autor: José Luis de Montsegur
Dirección editorial: Marta Prieto Asirón
Maquetación de cubierta: Sergio Santos Palmero
Maquetación: Sergio Santos Palmero
Colaboradores: Antonio José Castillo Pérez
ISBN: 978-84-16994-31-1
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Para ti, siempre para ti... y para ti también, mamá, siempre para ti también
Prólogo y advertenciA
Me decidí a escribir esta historia de amor y descubrimiento de la «Historia» (pido perdón a los historiadores profesionales) después de escuchar a muchas personas decir que no sabían nada de ella porque les resultaba aburrido navegar por las eruditas pero complicadas páginas de los libros especializados, llenos de fechas, nombres, batallas, listas interminables de dinastías y personajes imposibles de memorizar. Pero mayormente porque María, mi compañera, me confirmó este particular.
Le pregunté entonces si le gustaría saber lo que le había acontecido a la Humanidad desde que el mundo se inició hasta nuestros días, y me contestó que sí pero que tenía que ser de forma amena y a ser posible divertida y de fácil lectura.
Recapacité sobre ello, y aunque no soy propiamente lo que se llama un historiador, lo acontecido a la Humanidad siempre me ha interesado mucho y era la asignatura en la que mejores notas sacaba en el bachillerato y en la que menos tenía que esforzarme. Posteriormente, con el pasar de los años fui comprando ingentes cantidades de libros sobre Historia que me permitieron descubrir los entresijos del devenir de nuestra especie.
Por eso imaginé la pequeña aventura de un adolescente al que no le gusta la Historia con mayúsculas. Una aventura, en la que él no solamente empieza a descubrir el mundo adulto, sino que además empieza a entender y a dejarse seducir por esa gran aventura de la Humanidad de la que todos somos protagonistas.
Aunque no pude estudiarla en la universidad, nunca he dejado de interesarme por la Historia ni cesar de asombrarme por la infinitud de la estupidez humana, que repite una y otra vez, a través de los siglos, las mismas situaciones absurdas, revoluciones y guerras resultantes del ansia de poder, la ambición, la codicia, y la soberbia de unos pocos.
Civilizaciones, pueblos y culturas magníficas nacieron, alcanzaron su cénit y desaparecieron dejando solo ruinas; apenas un recuerdo entre la leyenda y la duda.
Por todo esto me propuse empezar esta obra que hoy presento a los lectores para que comprendan de donde venimos y hacia donde vamos, para que se den cuenta y asuman que los acontecimientos de hoy son el resultado de eventos del ayer y que no hay nada nuevo bajo el Sol salvo el avance tecnológico, y aun eso es en parte discutible pues en tiempos pretéritos ya se realizaron proyectos que aún hoy día nos asombran y desafían con su misterio.
Tampoco seré neutral. Es imposible serlo cuando se contemplan las horribles matanzas, los genocidios, las guerras, las traiciones y los crímenes de los que está plagada la Historia del ser humano. Sacaré mis propias conclusiones y las expondré sin «cortarme» un pelo. Puede que a alguien no le guste, pero es el riesgo que debo correr si quiero enseñar al que no sabe lo que hemos hecho desde que el ser humano apareció en la Tierra, o al menos desde que «sabemos» que estamos sobre este planeta.
Empecemos a sumergirnos en este relato de la mano de Julio, el estudiante, y de su tío Manuel, el profesor. Gracias por la confianza y espero que os lo paséis de rechupete y retengáis algunas cosas y conceptos para presumir en alguna ocasión de saber algo de lo acontecido en la Historia. Buena lectura.
Una asignatura «atragantada»
Julio abrió nervioso la «Web» del instituto donde estudiaba bachillerato. En el correo electrónico había recibido un mensaje del centro anunciándole que las notas ya estaban disponibles en Internet para su consulta por los alumnos.
«Cliqueó» en el enlace y puso su nombre y contraseña. La pantalla de su ordenador portátil cambió permitiéndole el acceso y buscó la pestaña de los resultados de los exámenes finales de junio. Una lista de asignaturas con las calificaciones apareció ante sus ojos.
Instantáneamente, una palabra en color rojo destacó en su cerebro: «INSUFICIENTE», y una nota «3,7».
–¡Maldita sea! –masculló entre dientes–. ¡Esta condenada asignatura me ha fastidiado el verano!
Rabioso, golpeó la mesa con el puño mientras sentía correr por su cuerpo la adrenalina y las hormonas alteradas de sus diecisiete años.
–¡Es que es un maldito rollo! –siguió silbando entre dientes, descargando su furia a través de las palabras–. ¡Ahora me tocará estudiar todo el verano para meterme en el coco esa marea de guerras, fechas y nombres!
Se levantó de la silla giratoria y, abriendo la puerta de su habitación, se dirigió al salón comedor del piso madrileño donde vivía con sus padres.
«Los ratos malos hay que pasarlos cuanto antes» pensó enfadado. Sergio, su padre, que leía un libro acomodado en el sofá, levantó la vista al oírlo entrar al salón. Se dio cuenta al instante de que algo no iba bien al ver la cara de su hijo.
–¿Te pasa algo Julio?
–Pues que me han cargado la Historia, papá.
–¿Solo esa? ¿Y las demás?
–Bien, notable en casi todas.
–¿Las mates?
–Notable alto, casi sobresaliente por un pelo; en esa no tengo problema, pero en Historia…
–Mira Julio, la Historia es cuestión de «codos», de memoria; simplemente hay que dedicarle muchas horas.
–Pero es que a mí no me entra ese maremágnum de nombres, fechas, guerras… !Lo confundo todo! Además, ¿para qué me sirve saber lo que pasó hace siglos? Lo que realmente importa es lo que está pasando ahora y pasará mañana y pasado, y al otro, que es donde yo voy a vivir; pero todas esas historias antiguas…
–Vale Julio, si yo te entiendo, tú tienes un cerebro matemático y te cuesta mucho estudiar de memoria, pero tienes que aprobar esta asignatura para terminar el bachillerato y examinarte de Selectividad para elegir carrera.
Julio daba grandes zancadas por el salón, nervioso, agitando los brazos.
–Ya lo sé papá. Pero es que esta maldita asignatura no me deja dormir; ahora me tendré que pasar el verano aquí encerrado leyendo una y otra vez todo ese rollo.
Sergio recapacitó. Lo que Julio le proponía soterradamente con su comentario era amargarle a él también la temporada de verano pues no podría viajar con su mujer a la playa a pasar las vacaciones. Sabía que si Julio los acompañaba no iba