De forma similar, resulta biomecánicamente imposible diseñar una máquina puramente isocinética, ya que el usuario debe iniciar el movimiento de una extremidad determinada desde el reposo y empujar contra la máquina hasta que se limita el movimiento a una velocidad angular aproximadamente constante durante parte de este movimiento. La resistencia ofrecida por estas máquinas aumenta en respuesta a los incrementos de la fuerza producidos por los músculos, limitando, por tanto, la velocidad del movimiento a unas condiciones más o menos isocinéticas en parte de su movimiento. Las máquinas están diseñadas de esta forma porque algunos autores mantienen que la fuerza se desarrolla mejor si la tensión muscular se mantiene máxima en cada punto a lo largo del movimiento. Además, algunas investigaciones demuestran que el momento de torsión (y la fuerza) realizado bajo condiciones isocinéticas es normalmente mucho menor que el producidos isométricamente en el mismo ángulo articular (ver figs. 2.8 y 2.9). En otras palabras, es imposible utilizar las máquinas isocinéticas para desarrollar una fuerza máxima durante toda la amplitud de movimiento de la articulación.
La presencia de cualquier aceleración o desaceleración revela siempre la ausencia de una velocidad constante durante todo el movimiento. Sería más exacto denominar las máquinas isocinéticas con el término cuasi-isocinéticas (o pseudo-isocinéticas). En este caso, la velocidad del movimiento de la extremidad es constante y equivale a cero. También se produce una acción aproximadamente isocinética durante unas breves fases en la mitad del movimiento en la natación y en el «acuaeróbics» limitando la resistencia del agua los aumentos de la velocidad hasta cierto grado. Sin embargo, destaquemos que, incluso si una máquina consigue limitar el movimiento externo para que tenga lugar a una velocidad constante, la acción muscular subyacente no se producirá a una velocidad constante.
Los dos términos restantes aplicados a una acción muscular dinámica requieren cierta explicación. Una contracción muscular concéntrica se refiere a una acción muscular que produce una fuerza para superar la carga que actúa sobre ella. Por esta razón, científicos rusos la denominan contracción por superación. El trabajo realizado durante la contracción concéntrica se describe como positivo. De forma más precisa, nos podemos referir a estos dos tipos de contracción concéntrica de la siguiente forma:
• Contracción concéntrica dinámica, que conlleva el acortamiento del músculo.
• Contracción concéntrica estática, cuando se intenta el acortamiento pero no se produce ningún movimiento externo.
Una contracción excéntrica se refiere a la acción muscular por la cual la fuerza muscular cede a la carga impuesta. De este modo, en Rusia se refieren a una contracción por cesión. El trabajo realizado durante la contracción excéntrica se considera negativo. Igual que en la contracción concéntrica, se pueden reconocer dos tipos de contracción excéntrica:
• Contracción excéntrica dinámica, que conlleva el estiramiento del músculo en contracción.
• Contracción excéntrica estática, si el estiramiento es resistido y no se produce ningún movimiento externo.
La contracción concéntrica se produce, por ejemplo, durante el empuje ascendente en el press de banca o en la sentadilla, mientras que la contracción excéntrica tiene lugar durante la fase descendente. Aparentemente, se produce un mayor dolor post-ejercicio (ARDM = aparición retardada del dolor muscular) con la contracción excéntrica que con los otros tipos de contracción muscular. Sin embargo, se debería destacar que los procesos de adaptación minimizan la ARDM en los sistemas músculo-esqueléticos de los deportistas en forma. Se cree que los microtraumatismos del tejido conectivo desempeñan un importante papel en el fenómeno de la ARDM, pero la relación entre la intensidad y el volumen de la actividad muscular excéntrica, los cambios biomecánicos, la influencia de los procesos de adaptación y el grado de la ARDM se conoce poco.
Un factor poco valorado en relación con la contracción muscular excéntrica es que la tensión muscular sobre cualquier movimiento completo (desde la posición de inicio, a lo largo de todo el ciclo del movimiento, hasta retornar a la posición de inicio) es menor en la fase excéntrica que en las fases isométrica o concéntrica; aun así, la actividad excéntrica se identifica generalmente como la causa principal del dolor muscular. Ciertamente, una contracción muscular excéntrica máxima puede generar una tensión muscular hasta un 30-40% mayor que una contracción concéntrica o isométrica, como por ejemplo cuando un deportista desciende una carga supramáxima en una sentadilla o en un press de banca (sin poder levantar la misma carga). Sin embargo, este grado de tensión no se produce durante la fase excéntrica en acciones deportivas normales. Evidentemente, resultaría temerario considerar que nuestro conocimiento actual en lo que se refiere a los aspectos de la contracción muscular es el requerido para proporcionar una óptima rehabilitación o acondicionamiento físicos.
Contracción cuasi-isométrica
Cualquier entrenamiento resistido con cargas pesadas limita al deportista a moverse muy lentamente; por lo tanto, se debe definir este tipo de acción lenta y dinámica isométrica como cuasi-isométrica. El reconocimiento de este discreto tipo de actividad es necesario, ya que las curvas cíclicas y acíclicas de fuerza-velocidad en cargas cercanas al máximo se desvían significativamente de la relación hiperbólica expuesta a velocidades más elevadas (ver cap. 3). A diferencia de la actividad isométrica que tiene lugar en un ángulo articular fijo, la actividad cuasi-isométrica puede realizarse a lo largo de la mayor parte del movimiento. Por lo tanto, sus efectos de entrenamiento, a diferencia de los verdaderamente isométricos, no son básicamente producidos cerca de un ángulo articular específico. Esta actividad cuasi-isométrica se puede realizar de forma concéntrica o excéntrica (concéntrica cuasi-isométrica y excéntrica cuasi-isométrica) y es altamente importante para el entrenamiento de la fuerza máxima (más que para una potencia o velocidad máxima), para la hipertrofia muscular y para la flexibilidad activa (ver cap. 3).
No se debe necesariamente intentar realizar una actividad cuasi-isométrica; es una consecuencia natural de todo entrenamiento contra una resistencia cercana a la máxima y tiene lugar en la mayoría de los ejercicios de culturismo y halterofilia, siempre que el deportista evite un descenso rápido de la carga que conllevaría la utilización del impulso o rebote elástico.
Los diferentes tipos de acción/contracción musculares se resumen en la figura 1.20 (ver también cap. 4) para unas categorías isométricas más detalladas y la fig. 3.1 para la clasificación de los tipos de contracción muscular.
A modo de conclusión, se hace necesario un comentario acerca de todos los tipos de contracción muscular. Se debe realizar una cuidadosa distinción entre las características de la máquina o aparato con el que el deportista trabaja, las acciones externas producidas por la contracción muscular y los procesos musculares internos. Se podría diseñar un aparato que limitase su fuerza angular o fuerza en sus cables (o sistema de transmisión) para permanecer constante durante la mayor parte de su recorrido, pero ello no significa que la fuerza o el impulso producidos en una articulación por un músculo determinado permanezcan invariables cuando se trabaja contra el peso la máquina.
FIGURA 1.20 Los diferentes tipos de contracción muscular.
A este respecto, es imprescindible distinguir claramente