Existen variaciones de estas categorías, como la división de los músculos en dos clases: sinergistas, que cooperan para realizar un movimiento, y antagonistas, que actúan en oposición a la dirección del movimiento. Sin embargo, se debe destacar que todos los músculos actúan sinergísticamente en una persona normal; todos cooperan a través de fuerzas en las direcciones más apropiadas para producir el movimiento deseado, aunque no necesariamente con una eficacia máxima. Es preferible recordar que todos los músculos interactúan para producir las dos características fundamentales asociadas con todo movimiento humano: estabilidad y movilidad. Para ello, el mismo músculo puede actuar como movilizador en un momento dado y como estabilizador en otro. Resulta erróneo clasificar a un músculo en una de las categorías anteriores bajo cualquier circunstancia. Hablando con propiedad, un músculo sólo puede ser clasificado cuando lleva a cabo una función específica en una situación determinada. De este modo, es impreciso referirse a músculos específicos como agonistas, antagonistas, estabilizadores, sinergistas, etc.: se debe remarcar que cada músculo desempeña un papel específico en un momento determinado (o durante una cierta fase del movimiento) bajo una situación específica.
Los músculos también se pueden clasificar en tónicos (posturales o anti-gravitatorios), para proporcionar estabilidad y resistencia a la gravedad, o fásicos (dinámicos) para proporcionar movimiento. Los músculos tónicos son normalmente penniformes, contienen una mayor proporción de fibras musculares de contracción lenta, generalmente sólo cruzan una articulación, residen en profundidad bajo la superficie y realizan acciones extensoras incluyendo la abducción o la rotación lateral. Los músculos fásicos normalmente se encuentran en una zona más superficial, contienen más fibras musculares de contracción rápida, cruzan más de una articulación y realizan funciones flexoras, incluyendo la aducción y la rotación medial.
COCONTRACCIÓN BALÍSTICA
En general, los músculos cooperarán para producir dos tipos de acción: cocontracción y movimiento balístico (Basmajian, 1978). En la cocontracción, los músculos agonista y antagonista se contraen simultáneamente, con predominancia del primero en la realización del movimiento externo. Un movimiento balístico conlleva fases de actividad muscular seguida de fases de relajación en las que el movimiento continúa debido a la cantidad de movimiento almacenada en la extremidad. El curso de la acción de la extremidad viene determinado por el impulso inicial agonista, por tanto, el término «balístico» se utiliza en analogía con el vuelo de una bala, que está determinado por la carga explosiva inicial del cartucho.
Los movimientos habilidosos, balísticos rápidos y continuos moderadamente rápidos son pre-programados en el sistema nervioso central, mientras que no lo son los movimientos lentos, discontinuos. La acción balística rara vez conlleva procesos de retroalimentación durante el curso del movimiento. La retroalimentación desde los músculos y las articulaciones al sistema nervioso central permite que el movimiento resultante sea controlado continuamente y modificado si es necesario. El movimiento resultante llega a ser ejecutado de forma precisa, siendo protegidos de la lesión los tejidos blandos participantes a través de cambios de la tensión muscular, así como por la activación de adecuados antagonistas para controlar y finalizar el movimiento.
Si no se implica ninguna retroalimentación sensorial o propioceptiva, el tipo de control se denomina alimentación hacia adelante o control de «giro abierto» (Smith y Smith, 1962; Green, 1967). Aquí, el control es pre-programado en los sistemas nervioso central y neuromuscular a través de los sistemas visual y auditivo antes de empezar el movimiento, de forma que no se involucran continuos mecanismos de control. La primera señal de inminente acción programada es la inhibición de la acción muscular antagonista que precede a la acción del agonista, tal y como revela el electro-miograma. Una prematura activación de los antagonistas puede no sólo disminuir la habilidad, sino también provocar una lesión muscular. En los movimientos balísticos y rápidos en general, la acción muscular antagonista únicamente es adecuada para finalizar el movimiento de la extremidad en cuestión. No sólo no existe ninguna actividad antagonista durante los movimientos balísticos, sino que se encuentra también ausente en los movimientos discontinuos (Brooks, 1983). La ventaja que proporcionan los procesos de alimentación hacia adelante es la velocidad de acción, mientras que su mayor desventaja es la falta de flexibilidad que se puede conseguir a través de la alimentación. Sin embargo, la importancia de los procesos de la retroalimentación hacia adelante en el movimiento humano no debe subestimarse, tal y como lo indican los rusos al utilizar entrenamientos autogénos y de visualización en la preparación deportiva.
TIPOS DE ACCIÓN MUSCULAR
Tradicionalmente, se definen los siguientes tipos de acción muscular empezando con el prefijo «-iso» (que significa “igual”): isotónico (tensión muscular constante), isométrico (longitud muscular constante) e isocinético (velocidad de movimiento constante). Además, el movimiento se puede producir bajo condiciones concéntricas (acortamiento muscular) y excéntricas (elongamiento muscular). Antes de aplicar estos términos de forma incondicional al ejercicio, resulta importante examinar su validez.
Isométrico significa literalmente «igual longitud», un estado que sólo se produce cuando un músculo está relajado. De hecho, no es la longitud muscular sino el ángulo articular lo que permanece constante. Contracción significa «acortamiento», por tanto, una contracción isométrica, como todas las otras formas de contracción muscular, conlleva unos procesos de movimiento internos que acortan las fibras musculares. Una contracción isométrica se puede definir de forma más precisa como una contracción muscular que tiene lugar cuando no existe un movimiento externo o un cambio en el ángulo articular (o distancia entre el origen y la inserción). Se produce cuando la fuerza producida por un músculo equilibra exactamente la resistencia impuesta sobre él y sin producirse ningún movimiento. Aunque no es incorrecto, el termino isométrico se podría sustituir por la palabra estático, sin sacrificar ningún rigor científico.
Sin embargo, el término isotónico debería limitarse o evitarse en la mayoría de las ocasiones, ya que es virtualmente imposible que la tensión muscular permanezca igual mientras se produce el movimiento articular a lo largo de cualquier movimiento. Una tensión constante es sólo posible durante una corta amplitud de movimiento y bajo unas condiciones de movimiento muy lentas o cuasi-isométricas durante un tiempo limitado (ya que la fatiga disminuye rápidamente la tensión). Lógicamente, también se produce un tono constante cuando el músculo se encuentra relajado, un estado conocido como tono de reposo. Siempre que se produce un movimiento, la tensión muscular aumenta o disminuye, ya que la aceleración o deceleración está siempre presentes y puede activarse uno de los reflejos de estiramiento.
Científicos europeos y rusos prefieren utilizar el término de auxotónico, que se refiere a una acción muscular que conlleva cambios en la tensión y longitud musculares. Otros autores emplean el término alodinámico, del griego «allos» que significa «otro» o «no el mismo». En este contexto ambos términos son más precisos que isotónico.
El término dinámico es suficientemente preciso para describir el tipo de contracción en cuestión y debería utilizarse siempre que el término isotónico se utiliza para describir cualquier forma de acción muscular dinámica o no-isométrica. El término isotónico debe reservarse para las escasas situaciones