• Hacer videos: tienes el equipo básico necesario para hacer un video de calidad de película directamente en tu bolsillo: tu celular. Desafíate a ti misma para crear un video de quince o treinta segundos con un objetivo principal: lograr que tu audiencia tenga una respuesta emocional a lo que tienes para compartir.
Experiencias Técnicas:
• Recurre a tu mejor asistente: un buscador de internet. Hoy en día el que no aprende es porque no quiere.
• Hay disponibles miles de recursos en línea (muchos gratuitos) para aprender habilidades técnicas que te ayuden a lograr lo que quieres: crear tu propio blog o sitio web, manejar redes sociales, etc.
Experiencias Corporales:
• Correr: además de hacerte bien, el ejercicio puede ser una manera de conocer tus pensamientos, cuándo te rindes, ¿qué te dices? ¿Qué conversaciones surgen cuando estás exigiéndote físicamente? La idea de la Paca (mi agenda planificadora de éxito) surgió una mañana en la que salí a correr y me propuse correr 10K.
Cuando iba por la mitad del recorrido me estaba muriendo y quería parar, estaba agotada con el corazón a mil y casi sin aire. No había dormido bien porque Bruno (mi hijo de dos años) se había despertado cinco veces en la noche y me estaba inventando treinta excusas más para justificarme y rendirme.
Me propuse correr un kilómetro más hasta llegar a la fuente cerca de mi casa. Me dije: «Karina, tú puedes, piensa en otra cosa». En ese momento me puse a pensar en todo lo que tenía que hacer al llegar a la casa y me di cuenta que otra vez tenía mis pendientes anotados en mil papeles diferentes, a pesar de tener aproximadamente diez agendas que había comprado en el último año y ninguna me terminaba de convencer.
De repente ahí, empujándome al límite, sin aire y con ganas de rendirme, llegó mi momento de ¡eureka!: ¿y si hago mi propia agenda con lo que yo necesito para trabajar más enfocada y organizada? ¿Y si uso todo lo que he aprendido sobre coaching e insight de otras mujeres como yo y lo plasmo en una agenda que me empodere y me haga fluir en el día a día?
¡Boom! Fue un momento que nunca olvidaré, en movimiento, haciendo.
• Yoga: esta actividad te hará profundizar para encontrar otra capa de autorreflexión, viviendo el presente y conectando con tu máquina de perfección: tu cuerpo1*.
Cuando comiences algo nuevo, te invito a que te tomes el tiempo un tiempo para procesar, estar presente y evaluar esa experiencia que acabas de tener.
Algunas preguntas poderosas para hacerte
• ¿Te gustó la experiencia?
• ¿Qué fue lo que te gustó específicamente?
• ¿Qué es lo que no te gustó?
• ¿Es esto algo que te gustaría seguir haciendo y mejorar?
• Cuando encontraste dificultades para aprender o realizar la tarea, ¿qué te motivó a continuar?
MAXIMIZA TUS TALENTOS
Crea tu lista final o tu kit de superpoderes con todo lo que descubriste. Algunas de tus fortalezas representan lo mejor que tienes para ofrecer ahora mismo. Es posible que sea necesario desarrollar otras fortalezas antes de poder utilizarlas en todo su potencial, de eso se trata, de desarrollar tus fortalezas para maximizarlas y crecer con ellas, son el motor de tu éxito.
Cuando estés en este proceso de conectar con tus fortalezas, considera:
LA GRATITUD
¡Mi emoción favorita! ¡Es casi como si la gratitud pudiera arreglar cualquier cosa! Descubrí que es lo más cercano a una pastilla mágica. Centrarme en las cosas por las que estoy agradecida me ayuda a salir cuando estoy atrapada en mis pensamientos. Pasar de un lugar de preocupación, duda o inseguridad a un lugar de gratitud te ayuda a enfocarte en tus puntos fuertes y también te recuerda que hay muchas cosas a tu alrededor que son positivas y buenas.
Uno de mis mejores secretos para mantenerme motivada e inspirada es dar gracias diariamente, ya sea en voz alta o en papel (yo prefiero y recomiendo papel), por aquello que me hace sentir más fuerte y centrada.
POSITIVIDAD
Aprende a darle la vuelta. Me encanta este ejercicio y lo uso mucho, no solo en mi día a día, sino también con mis clientes a quienes les pido que escriban ese pensamiento o situación que consideran negativa o limitante en alguna área de sus vidas y que, muy importante, les gustaría cambiar.
Luego, nos centramos en identificar y hacer declaraciones claves o mantras para cambiar la mirada que estamos teniendo o nuestra forma de acercarnos a la situación para juntos «darles la vuelta».
Eso no lo hace menos incómodo o doloroso, pero nos ayuda a entrenarnos en el hábito de buscar siempre diferentes maneras de ver la misma situación, por ende, podemos identificar nuevas formas para solucionarlo. Por ejemplo, una de las áreas que he trabajado por varios años es que me resulta muy difícil vender. Ahora, vamos a darle la vuelta: me encanta hablar, escuchar y ayudar a las personas, crear y escribir; creo en mis productos y servicios; considero que lo que hago puede ayudar a muchas personas.
Decido reemplazar la incomodidad de vender o el pensamiento de que no soy buena haciéndolo con un nuevo pensamiento: mientras más personas me conozcan a mí y mis productos, más podré ayudarlas.
Con ese pensamiento se despiertan cosas y emociones dentro de mí que hacen que la magia suceda. Ahora permito que ese espacio —que estaba ocupado por algo negativo—, se llene de positividad y esperanza. Lo repito siempre que viene a mi cabeza y es parte de mis mantras.
AMOR
Otra de mis herramientas favoritas es aceptar con amor esas partes imperfectas de mí. No hay forma de vivir auténticamente si no aprendemos a aceptarnos tal cual somos, para preparar desde allí el terreno para crecer.
Esto es lo que el amor hace por nosotros. Si vemos con amor las cosas que no nos gustan de nosotras mismas, comenzamos a aceptarlas y poderosas nos enfocamos a multiplicar lo maravilloso que hay en nosotras.
CONECTAR
Les he compartido que a mí me costó un largo camino no solo identificarlas, sino aceptarlas y llevarlas a construir un negocio en el que no solo pudiera maximizar mis fortalezas/habilidades/ dones, sino también hacer algo que me apasionara.
Mis amigas siempre me decían que me buscaban porque tenía una palabra de apoyo, una palabra positiva para ayudarlas cuando lo necesitaban. Sin querer, siempre era ese hombro de apoyo y me comentaban que se sentían mejor luego de hablar conmigo, que tenía una forma distinta de solucionar y ver los problemas. En verdad nunca le presté atención a eso y jamás lo vi como una fortaleza, hasta hace un par de años atrás.
También sabía que era buena planificando y estructurando ideas y proyectos, armando ideas desde cero y todo lo que implicara creatividad. Cuando recién me certifiqué como coach sentí que este era uno de mis puntos más bajos, no solo de vulnerabilidad, sino también de inseguridad. Tal vez, puedo definirlo como una crisis de identidad por encontrarme en una nueva carrera y comenzando mi emprendimiento. Constantemente, me comparaba y buscaba hacer las cosas como la estaban haciendo los demás y me sentía desmotivada. Ahora, entiendo y sé que todo esto eran consecuencias de no tener esa claridad de la que tanto les hablo.
Sabía cuáles eran mis fortalezas y lo que me gustaba, pero no me las creía, no sabía cómo podía usarlas o aplicarlas en esta nueva identidad como emprendedora y en esa crisis me pasó algo que me hizo tocar fondo. Un día, recibí una llamada de mi exjefe para reunirnos.
Alex2* había sido mi jefe por casi cuatro años, había sido mi mentor y un jefe muy exigente que me apoyó e hizo crecer como profesional y persona gracias a sus enseñanzas, creyó y apostó por mí cuando ni yo misma lo hacía. Es una persona que admiro mucho por su trabajo duro, visión y capacidad de liderazgo y a quien le di poder de validación.