GERMÁN CARRASCOSA: Los últimos años estuvo trabajando de conserje en un centro cívico de Burlada.
JAIME CRISTÓBAL: Estuvo brevemente y, como chascarrillo local, tuvo su gracia. «¡Josetxo está currando de conserje en la Casa de Cultura!» El chascarrillo se completaba con otra anécdota: le dieron un uniforme, se lo llevó a casa y, con la máquina de coser, se ajustó los pantalones para que le quedasen pegaditos. Josetxo fue siempre muy coqueto. Hacía tiempo que no sabías nada de él, te contaban eso y pensabas, «¡es Josetxo hasta el final!».
GERMÁN CARRASCOSA: Había perdido dientes, y como le daba tanta importancia al aspecto, estar demacrado le afectaba. Y ponerte dientes nuevos cuesta un dineral. Los Atom Rhumba le decían, «¡Josetxo, vente, te hacemos de banda, montamos una minigira y con eso te sacas un dinerillo y te pagas los dientes!». Dijo que no. No es que no tuviera oportunidades, sino que dijo que no a muchas cosas. Por principios, por miedo…
ROBER!: No quería que la gente le viese sin dientes. Quería hacer cosas, buscaba grupo y Atom Rhumba le gustaba, pero era un tío muy difícil, muy reinona y muy desastre para todo. Y además de su banda tenías que ser su asistente personal. En Los Bichos, esa figura era Asio. No sé si él podía hacer algo solo, sin tener a alguien que le organizase y le tirase de la oreja.
JAIME CRISTÓBAL: La gente decía que no tenía pasta, pero se habló de hacer una colecta para pagarle una dentadura, y Kike, de la tienda Dientes Largos, me comentó que había un par de fans del rock de Zaragoza que iban a comprar allí que —no sé si porque tenían pasta o porque conocían a un dentista— se ofrecieron a pagarle los dientes. Pero Josetxo dijo que no.
Son esas reacciones inesperadas pero propias también de alguien que no es usual; alguien que publica un disco en el 95 y se pega veinte años sin publicar nada y sin dibujar. ¡Dejó hasta de dibujar! Y de ahí sacaba «pelillas», como decía él. En el 93 iban a inaugurar una exposición de cuadros de Josetxo en el BBV. Al final no hubo ni exposición ni nada. Seguramente tenía que acabar una serie de cuadros, estuvo allí hasta el último momento sin decir que no los tenía, o que solo tenía dos o tres, y al final se tuvo que suspender.
JUAN HERMIDA: Josetxo era un auténtico artista, y eso se podía apreciar en todo lo que hacía, fuese música o pintura. Nunca se conformaba con lo establecido, siempre quería ir más allá. En la portada de The Worst Around43, empleó aerógrafos con pintura fosforito y la imprenta no pudo reproducir los colores. Además usó el color oro, que es un color directo, para las letras. Tardamos tiempo en adaptar la portada para que finalmente se pudiese imprimir.
Los Bichos al completo en una imagen promocional. (Archivo Munster.)
GERMÁN CARRASCOSA: Los últimos diez años apenas tuve relación con él. Mis amigos me contaban que estaba bien o que se le había caído otro diente. Siempre he deseado que hiciera cosas nuevas, pero sabía que era difícil.
JAIME CRISTÓBAL: Tras un par de años sin apenas tocar la guitarra, en ese último momento ensayaba con un grupo, Woodstock Blues Band. Josetxo contactó con ellos básicamente porque ensayaban en Burlada. No creo que lo hiciera con muchas esperanzas. Es un grupo de puretas que hace blues de Chicago con muchos solos. Ensayaron durante meses canciones de Josetxo. El artífice de este grupo es Patxi Garro, de La Síntesis, el grupo de Joako Ezpeleta que grabó un single con Elefant.
GERMÁN CARRASCOSA: Tras cincuenta y tres años viviendo en Burlada, la gente lo reconocía. Aunque no hubieran oído una canción suya nunca ni hubieran visto un cuadro suyo, sabían que era artista. «¡Ese es el artista del pueblo!»
JAIME CRISTÓBAL: Lo de la edad de Josetxo… Alguien me mandó una fotocopia del DNI porque él se quitaba años. En los obituarios ponía que murió a los cincuenta años, pero tenía más. Según su DNI nació el 22 de junio de 1961.
ENCABRONADO CON EL MUNDO, PERO FELIZ
JAIME CRISTÓBAL: La última vez que estuve con Josetxo fue en un concierto de Joseba Irazoki44 en el Black Rose, el típico garito de Burlada que lleva haciendo conciertos desde los años 80. Josetxo apareció con sus mejores galas. No pasó precisamente desapercibido. Estaba en primera fila haciendo bromas y dando la nota en su más viejo estilo. Joseba le decía que subiera a tocar algo. No se atrevió, pero estaba como que si sí, que si no.
A la salida del concierto estuvimos un buen rato hablando. Fue allí mismo, en los porches. Estaba hablador, y aproveché. Como siempre, llevé la conversación hacia Los Bichos. Hablamos de sus discos, y cuando salió el tema de Bitter Pink se le iluminó la cara. Es algo que quizá no había hecho antes, pero ese día de 2012 se refería claramente a Bitter Pink como su legado, su obra cumbre. Incluso despreciando un poco Color Hits.
Ahí tenías a un tipo sin piños que, pese a no haber hecho prácticamente nada en veinte años, sabía muy bien quién era y estaba conforme con ello. La autoestima hace mucho. Te puede ayudar incluso a llevar bien una situación así. Yo creo que Josetxo estaba en paz consigo mismo.
La conversación fue más larga. Era una cálida noche de primavera y se estaba muy a gusto. Josetxo decía, «ya solo quedo yo». El rollo ese de los supervivientes del rock, de los viejos soldados… Pertenece a una generación que vio palmar a mucha gente, y el jaco era algo idealizado y temido. Fantasear con que se metía o meterse alguna vez era como formar parte del club. Era lo que habían hecho Johnny Thunders y toda esta gente. Y que Asio muriera de aquella manera a él le daba ciertos réditos para su imagen; al menos en su fantasía. Quizá es algo infantil y coyuntural de aquella generación.
ROBER!: Iba un montón a la biblioteca pública y hablábamos mogollón. Tengo un email de Josetxo de dos días antes de morir en el que dice, «Rober, esta vez, sí. He cambiado las cuerdas a todas mis guitarras. Venga, a por ello!». Pero siempre pasa lo mismo. No sé si es como el último respingo de vida, que parece que esta vez sí…
JAIME CRISTÓBAL: La noticia de su muerte saltó porque el Ayuntamiento de Burlada la colgó en Twitter. Al parecer, una amiga le llamó por teléfono, él no lo cogía, llamó a la policía, tiraron la puerta y… Los del ayuntamiento fueron los primeros que tuvieron conocimiento a través de la policía. Lo raro fue que lo dieran como noticia oficial. Y de ahí saltó a las agencias.
Muchos obituarios incidieron en el rollo de la estrella decadente que muere sola en su casa; casi como si tuviera la chuta puesta. Me consta que fue un infarto. No había llevado una vida muy sana. Los colegas le hacían la compra cada semana. Esas carencias nutricionales y el asunto de los dientes son señas de que no tendría una salud de hierro.
Una amiga íntima de Josetxo comentaba en Facebook que al final había conseguido que le dieran una pensión o una ayuda. Explicaba que ni se había suicidado ni estaba en un momento bajo. Estaba muy contento, tocando la guitarra otra vez. Tras muchos años de penurias económicas, había conseguido una ayuda del Estado o del Gobierno de Navarra.
Se sabía que Josetxo iba a Dientes Largos a vender discos. Pero se vendía cosas que no le importaban, porque en su tiempo había comprado mucho. Desde luego, los discos que le presentó a Kim Salmon en Burdeos para que se los firmara los tenía bien guardaditos. Se estaba quitando morralla para sacarse unas pelillas. Como me comentaba Kike de Dientes Largos, Josetxo estaba encabronado con el mundo, pero feliz. Estaba en un buen momento de ánimo. Simplemente le tocaba morirse, y se murió.
GERMÁN CARRASCOSA: A mí me lo contó Iñigo, un colega de Villaba. También mis amigos del colegio, esos que de niños le llamaban Prince. Tienen un grupo, Bizardunak. Se han hecho bastante famosos por allí y le dijeron a Josetxo de salir en el vídeo. Seguramente sea su última aparición45.
JAIME CRISTÓBAL: Del funeral