Dirección editorial: Didac Aparicio y Eduard Sancho
Diseño: Aina y Berta Obiols, La Japonesa
Composición digital: Pablo Barrio
Primera edición: Marzo de 2015
Segunda edición: Septiembre de 2017
Primera edición digital: Abril de 2020
© 2017, Contraediciones, S.L.
c/ Elisenda de Pinós, 22
08034 Barcelona
© 2015, Nando Cruz
Derechos reservados de todas las imágenes incluidas en este libro, excepto en los casos indicados.
ISBN: 978-84-18282-12-6
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.
ÍNDICE
1 PRÓLOGO
2 PRIMERA PARTE SANTURCE MALASAÑA BURLADA BILBAO ALBACETE GRANADA BEMBIBRE SAN SEBASTIÁN GIJÓN MADRID ZARAGOZA BARCELONA NOISE POP SEVILLA BULLAS PRADEJÓN GETXO MALLORCA PERÚ
3 SEGUNDA PARTE MARAVILLAS, EL TEMPLO DEL INDIE BARCELONA, EL ESCAPARATE DEFINITIVO LOS PLANETAS SE ALINEARON EN GRANADA LA APUESTA MULTINACIONAL CUATRO CAMINOS DE REGRESO A GIJÓN UN HEREDERO DE AVIADOR DRO UN SELLO BORROSO Y DIFUMINADO LA PRIMERA DISCOGRÁFICA BOYANTE LA OTRA MITAD DE LA TARTA LA RULETA DE LAS DISTRIBUIDORAS RADIO NACIONAL DE ESPAÑA UNA NUEVA PRENSA MUSICAL LA FIEBRE DEL DISCO ROJO FESTIVAL INTERNACIONAL DE BENICÀSSIM EL CORTE MODERNO Y EL CAMBIO DE GUARDIA BUENOS PLANES MAL DISPUESTOS
4 TERCERA PARTE VEINTE AÑOS DESPUÉS
PRÓLOGO
Pequeño circo, el primer EP de Sr. Chinarro, también la primera referencia del sello Acuarela, fue probablemente el primer toque de atención a la escena independiente que emergía en España a principios de los 90. Un pellizco burlón desde el epicentro de un movimiento que avanzaba entre el entusiasmo y el precariado, el hedonismo y el arribismo. Y, claro, ha sido demasiado tentador tomar como título de este libro aquella metáfora tan profética.
El Pequeño circo que ahora tienes en las manos es una narración oral hilada a través de los testimonios de más de un centenar de protagonistas del indie español de los 90. Hay anécdotas cómicas e historias de gánsteres, situaciones rocambolescas y desenlaces aterradores, confesiones íntimas y datos nunca antes desvelados. (Quizá se haya colado también alguna mentira.) Todas las declaraciones han sido recogidas expresamente para este libro1 y en ningún caso se han utilizado extractos de entrevistas publicadas con anterioridad, con la intención de que el conjunto compartiese una misma mirada, la que ofrece la perspectiva de los ya más de veinte años transcurridos desde entonces.
Cuando empecé a trabajar en este libro, tenía dos objetivos: explicar qué fue la escena independiente española de los 90 y también qué no hubo manera de que fuese. Si Pequeño circo corre el peligro de ser tomado como un ejercicio de nostalgia, lo matizo ya en su tercer párrafo: amarga nostalgia, si acaso. Este no quiere ser solo un viaje a los días gloriosos del indie, en caso de que existieran, sino, sobre todo, un relato en el que sopesar todo aquel entusiasmo, aquella impericia instrumental, aquella despreocupación por el dinero, aquel desinterés por la opinión del público, aquella voluntad de cambiar el mundo (o, por lo menos, cambiar la música que sonaba en la radio), aquellas ganas de probar algo nuevo… y ver en qué quedó todo.
El indie de los años 90 es, posiblemente, la escena musical que más ríos de tinta ha generado en España, sobre todo si lo comparamos con el interés que despertó en la población. Sin embargo, no se puede desdeñar el impacto que aquella generación de músicos tendría en años venideros. Para unos, el verdadero indie español apenas duró un año. Para otros, está más vivo que nunca. Aun admitiendo las discrepancias con respecto a su mutación ética (más que estética), el indie es también el género que mejor se ha aclimatado al paso del tiempo y uno de los más visibles en esta época de arrolladora retromanía. Unos perjuran que el indie se coló en el sistema para cambiarlo desde dentro, y otros denuncian que solo es la banda sonora cool del neoliberalismo. En cualquier caso, ha sobrevivido más que cualquier otro estilo.
El recorrido de Pequeño circo centra su atención en la primera década del indie, la que va más o menos desde 1988 —con los primeros pasos de grupos como Cancer Moon, Aventuras de Kirlian y Surfin’ Bichos— hasta 1998 —año de la explosión de Dover y el despegue del festival de Benicàssim—. Obviamente, esta historia empieza antes y sigue después porque el indie de los 90 tiene sus precedentes y porque algunos grupos siguieron en activo años después. Además, la mayoría de relatos arranca en aquellos momentos de la infancia y la adolescencia en los que sus protagonistas se sintieron irremisiblemente