En el artículo 5.°, se definen los procesos de evaluación de los logros correspondientes de la Cátedra de la Paz, a través de la incorporación por parte del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes) del componente de Competencias Ciudadanas.
El artículo 6.° prevé la potestad del Ministerio de Educación Nacional para expedir lineamientos y orientaciones en relación con la Cátedra de la Paz y su integración dentro del Proyecto Educativo Institucional y el Plan de Estudios.
El artículo 7.° resalta la importancia de la capacitación y formación docente para la Cátedra de la Paz y señala que El Ministerio de Educación Nacional debe promover el desarrollo de la formación específica de los docentes y directivos docentes, orientados a educar en una cultura de paz y desarrollo sostenible, conforme con lineamientos de la Cátedra de la Paz. Aquí, resulta necesario que las instituciones educativas de preescolar, básica y media, al momento de implementar y desarrollar la Cátedra de la Paz, se articulen con otras instancias que tengan competencias en asuntos similares, entre los que destacan el Programa de Competencias Ciudadanas, el Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos y el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para los Derechos Humanos, la Educación para la Sexualidad y la Prevención y Mitigación de Violencia, de acuerdo a la Ley 1620 de 2013.
El artículo 8.° determina la articulación con el Sistema Nacional de Convivencia y los Comités de Convivencia Escolar, definidos en la Ley 1620 del 2013 en nivel nacional, territorial y escolar, con el fin de realizar seguimiento a lo dispuesto en el presente decreto y asegurar que la Cátedra de la Paz cumpla los objetivos consagrados en artículo 2.° de esta norma reglamentaria.
Trayectorias investigativas en el campo de la educación hacia la paz
Al pensar en este concepto de trayectorias, se tiene como objetivo indicar que en el sector educativo el proceso ha estado marcado por la dinámica del conflicto y la violencia social, por el impacto del conflicto armado, por la legislación y las políticas educativas y por las iniciativas investigativas y pedagógicas propias del sector educativo, para abordar la complejidad de la convivencia y la construcción de la paz en y desde la institución educativa.
En este orden de ideas, se resaltan algunos campos de conocimiento, que se han abordado desde la investigación y los procesos educativos para la paz, implementados con el ánimo de resaltar las contribuciones que han aportado para allanar el mejor camino hacia una convivencia pacífica, justa y democrática.
En tal sentido, las trayectorias se ordenan en los siguientes puntos a desarrollar: 1) trayectoria en torno a la convivencia, el conflicto y la violencia escolar; 2) trayectoria en torno a la justicia escolar; 3) trayectoria de la incidencia del sistema normativo en la vida escolar, y 4) trayectoria en torno a la educación ciudadana.
Primera trayectoria: la convivencia, el conflicto y la violencia escolar
Este apartado se ha configurado mediante los estudios sobre la convivencia, el conflicto y la violencia escolar. En este marco, se ha comprendido que la convivencia configura el ámbito general en el que se analizan diversas dinámicas relacionales y de socialización, que operan en la interdependencia de la microestructura y la macroestructura social; de tal forma que el estudio y la manera de tratar sus manifestaciones requieren una visión integral, articuladora y de corresponsabilidad entre todas las instancias responsables de la educación, la infancia, la adolescencia y la familia. Así entendido, existen estudios que se detienen en la comprensión de la convivencia, desde su característica macroestructural, en la configuración de los conflictos y violencias de orden social-cultural, los conflictos y violencias que se derivan del conflicto armado generado por los grupos al margen de la ley y los conflictos y violencias que se experimentan directamente dentro del contexto escolar.
En términos generales, los estudios en este campo han permitido identificar cuatro grandes perspectivas: 1) el carácter multidimensional de los conflictos y las violencias; 2) la conexidad del estudio entre conflicto, violencia y paz; 3) la mirada integral del análisis de los factores estructurales, culturales y directos de las expresiones de la violencia y la paz, y 4) la necesidad de contextualizar histórica y territorialmente el análisis de los conflictos, la violencia y la paz.
A propósito del sistema escolar, en este se puede ver que la perspectiva de los investigadores se ha enfocado gradualmente en analizar la violencia escolar, el conflicto escolar, el análisis de la agresión y la intimidación escolar, los impactos de la guerra en la escuela y los retos que enfrentan en tiempos del posconflicto armado.
Miradas sobre la violencia escolar
En la investigación “Atlántida: aproximación al adolescente escolar en Colombia”, se resaltó el lugar de la escuela como reproductora de un tipo especial de violencia, dada la tendencia a la exclusión y el autoritarismo como formas de garantizar el orden y la seguridad. Dicho escenario no previene ni regula las diversas agresiones que se incrementan en los estudiantes, lo que genera una cultura particular de convivencia y amplía la brecha entre los poderes instituidos en la institución y las formas de evasión por parte de los grupos de pares en la misma institución educativa (Parra, 1995).
Trabajos representativos en este campo señalan que la violencia del entorno se articula con la violencia escolar. Pérez y Mejía (1996) analizan el impacto de las violencias juveniles de barriada, traspasando la escuela, indicando que es común encontrar en los sectores populares amenazas a los centros educativos y al profesorado y grupos de justicia privados que llegan buscando muchachos, para arreglar cuentas pendientes. En este punto, se evidencia una incidencia de factores de articulación entre los tipos de violencia, que fijan las relaciones de la escuela en el entorno familiar y comunitario, el papel de las culturas de violencia juveniles de barriada y el desarrollo creciente de los impactos de los delitos y la violencia armada.
En este orden de ideas, se avanza hacia una mirada donde la violencia escolar requiere un enfoque integral, para su análisis, prevención y superación. En un artículo publicado en la Revista Colombiana de Educación que se titula “Violencia escolar y violencia social”, Marina Camargo (1997) señala dos aspectos centrales para pensar estos procesos en el contexto escolar: la violencia es un fenómeno dual, expresado en la violencia social y política y en la violencia compleja, que incluye los fenómenos de los grupos armados, el narcotráfico, el secuestro, la delincuencia común; todos ellos, expresados como actos de agresión física, al margen del sistema de justicia. Se trata de la violencia que cobija el ámbito macro de la sociedad y la violencia situada en espacios concretos, como la calle, la familia y las instituciones educativas.
En la escuela y la comunidad educativa, se encuentran las semillas de la violencia y, también, las semillas de la paz, para la sociedad; de esta forma se hace fundamental analizar el fenómeno de la violencia escolar, en relación con los procesos de injusticia y exclusión, con la conflictividad propia de la convivencia y con el incremento de comportamientos delictivos (porte de armas, ‘boleteo’, tráfico de estupefacientes, etc.).
Miradas sobre el conflicto escolar
El estudio realizado por Martha Salinas y Luz Stella Isaza en el libro Para educar en el valor de la justicia: representaciones sociales en el marco de la escuela (2003), sobre la cotidianidad escolar y el conflicto, arrojó datos interesantes sobre el comportamiento detallado de este fenómeno en el contexto escolar. En primer lugar, identificó como causas que originan el conflicto: las vivencias familiares, juveniles y comunitarias, el sistema normativo autoritario, la desnutrición, la intolerancia con las nuevas estéticas juveniles, la intolerancia con las diferencias y los celos y las diferencias entre los profesores para llamar la atención y castigar (p. 57). En segundo lugar, se indicó que estos tipos de conflictos se podían clasificar en: cognitivos, asociados a las diferentes