El hecho de que en esa remota ocasión no tratara de aprovechar su poder y autoridad para inclinar la balanza en su favor me convenció de que acababa de ser el testigo de un ejemplo manifiesto de sabiduría y compasión, algo bastante inusual en nuestra sociedad. El respeto que ese día mostró hacia los pacientes era precisamente el objetivo de la práctica de la meditación que recién estábamos iniciando cuando súbitamente se abrió la puerta de la sala de conferencias, es decir, la aceptación profunda e incondicional de nosotros mismos y el cultivo y desarrollo de nuestras potencialidades más transformadoras y curativas. La amabilidad mostrada esa tarde por el doctor Wheeler constituye el exponente más claro de su respeto por los antiguos principios de la medicina hipocrática que tanto y de tantos modos –más allá de las meras palabras– necesita nuestro mundo. Su actitud y su conducta fueron ese día mucho más ilustrativas que las más hermosas palabras.
1. Más tarde me enteré de que esa reunión había sido convocada para tratar de corregir y eliminar algunas de las fricciones y resentimientos generados por el intento del relativamente nuevo centro médico de establecer un programa de actuación “integral” en la Universidad de Massachusetts que acabara con la diversidad de programas llevados a cabo en los distintos hospitales de la comunidad. Eran muchas, pues, las expectativas que el doctor Wheeler tenía depositadas en una reunión celebrada en un entorno tan agradable y acogedor.
LA MEDITACIÓN
ESTÁ EN TODAS PARTES
Imaginen a pacientes meditando y haciendo yoga por prescripción facultativa en hospitales y centros de salud de todo el país y de todo el mundo. A veces son los médicos los que imparten la enseñanza mientras que, en otras ocasiones, se integran en el programa meditando junto a sus pacientes.
Después de participar en un retiro de siete días de duración orientado a profesionales de la salud que querían entrenarse en un programa de reducción del estrés basado en la atención plena (PREBAP) [mindfullness-based stress reduction (MBSR)] que tuvo lugar en California, Andries Kroese, un destacado cirujano vascular de Oslo que llevaba treinta años practicando meditación y asistiendo periódicamente a retiros de vipassana1 en la India, tomó finalmente la decisión –que llevaba mucho tiempo acariciando– de reducir el tiempo dedicado a la práctica quirúrgica y entregarse a su pasión de enseñar meditación a sus colegas y pacientes de la península escandinava. Entonces escribió un libro sobre la reducción del estrés basada en la atención plena que acabó convirtiéndose en un best seller en Noruega y Suecia.
Un buen día, me telefoneó Howard Nudelman, cirujano de El Camino Hospital de Mountain View (California), para decirme que acababan de diagnosticarle un melanoma y que no creía que le quedase mucho tiempo de vida. También me dijo que estaba familiarizado con la meditación y que había descubierto su extraordinario poder para transformar la vida personal. Según me explicó, después de haber leído mi libro Vivir con plenitud las crisis se dio cuenta de que había descubierto el modo de llevar a cabo lo que, durante tanto tiempo, había estado soñando, aplicar la meditación, al ámbito de la medicina y que, durante el tiempo que le quedara de vida, quería trabajar en ese sentido en su hospital. Un mes más tarde vino a visitarnos con un equipo de médicos y administrativos y, poco más tarde, puso en marcha un programa de reducción del estrés basado en la atención plena dirigido por Bob Stahl, un extraordinario monitor de meditación, cuyo éxito no tardó en obligarle a recabar la colaboración de otros monitores. De eso hará ya más de diez años. Howard nunca se molestó en decirme que dirigía un grupo que estaba tratando de establecer un centro de meditación de la atención plena en el área de la bahía (que finalmente acabó convirtiéndose en el Spirit Rock Meditation Center de Woodacre, [California]). Murió al año de su visita y nuestro jefe de cirugía, Brownie Wheeler, a quien le había presentado durante su visita, pronunció, a fines de ese año en California, el discurso inaugural de la Howard Nudelman Memorial Lecture.
El Camino Hospital es actualmente uno de los treinta hospitales, centros médicos y clínicas del área de San Francisco que ofrecen a sus pacientes la posibilidad de participar en el PREBAP, entre los cuales se cuentan, en el momento de escribir este libro, diecisiete del sistema Kaiser-Permanente en el norte de California, un método que no se limita a enseñar a los pacientes, sino también a los médicos y al personal administrativo. En la actualidad, el PREBAP se aplica desde Seattle hasta Miami, desde Worcester (Massachusets), donde comenzó, hasta San Diego (California), desde Whitehorse (Territorio del Yukón) hasta Vancouver, Calgary, Toronto y Halifax, desde Hong Kong hasta Gales, y desde México hasta Buenos Aires. También se lleva a cabo en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), en Australia y en Nueva Zelanda y, desde hace mucho tiempo, en los centros médicos de Duke, Stanford, la Universidad de Wisconsin, la Universidad de Virginia, el Jefferson Medical College y otros destacados centros médicos de todo el país. Cada vez son más los científicos que realizan investigaciones clínicas sobre las aplicaciones de la atención plena en los ámbitos de la medicina y la psicología, y hasta existe una nueva terapia orientada a impedir la reincidencia de la depresión, llamada terapia cognitiva basada en la atención plena [mindfullnes-based cognitive therapy (MBCT)], cuya eficacia –puesta de relieve por varias investigaciones clínicas– está despertando un gran interés dentro el ámbito de la psicología clínica.
Hace treinta años parecía casi inconcebible que los mundos académico y clínico reconociesen la importancia de la meditación y del yoga… y no digamos ya que acabasen empleándolos. Hoy en día, sin embargo, su uso es tan habitual que ni siquiera se los considera recursos alternativos, sino que forman parte del arsenal de herramientas habitualmente empleadas por la medicina. Cada vez son más los hospitales que forman a sus alumnos y al personal administrativo en los programas de la atención plena. Hay hospitales en los que hasta se enseña meditación a los pacientes de la unidad de trasplantes de médula ósea, un método muy sofisticado y agresivo que constituye uno de los últimos recursos médicos. Este programa pionero está siendo dirigido por mi antigua colega de la Stress Reduction Clinic, Elana Rosenbaum, que sufrió un trasplante óseo de médula cuando se le diagnosticó un linfoma y cuya calidad humana –puesta de relieve durante las complicaciones que sufrió después de un tratamiento que la condujo al umbral de la muerte– sorprendió tanto al personal administrativo y médico de la unidad que muchos de ellos se aprestaron a seguir el programa y aprender la práctica de la atención plena para brindarlo después a los pacientes de sus respectivas unidades. También existen programas PREBAP para los residentes de los barrios más conflictivos y para los “sin techo”. En los Estados Unidos hay programas PREBAP que se imparten completamente en español. En la actualidad hay programas de la atención plena dirigidos hacia el tratamiento del dolor, a enfermos de cáncer, a pacientes que padecen de enfermedades cardíacas y a futuros padre y también son muchos los pacientes que no esperan a que sus médicos les sugieran la conveniencia de seguir ese tipo de programas, sino que simplemente los solicitan y los emprenden por su propia cuenta.
La meditación de la atención plena se enseña hoy en día en algunos bufetes de abogados y también se imparte a los alumnos de las facultades de derecho de Yale, Columbia, Harvard, Missouri y otras universidades. En 2002 tuvo lugar, en la facultad de derecho de la Universidad de Harvard, un congreso sobre la atención plena, el derecho y la resolución alternativa de conflictos, cuyas ponencias se vieron recogidas ese mismo año en un número monográfico de la Harvard Negotiation Law Review. Son muchos los abogados de prominentes bufetes que, hoy en día, practican yoga y meditación. Un abogado vestido con traje y corbata ocupó recientemente la portada del suplemento dominical del Boston Globe Sunday Magazine haciendo la postura del árbol, sonriendo y sin calcetines a modo de ilustración de un artículo titulado