Páginas escogidas. Antonio Machado. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Antonio Machado
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 4057664154460
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       Índice

      Las composiciones de este primer libro, publicado en Enero de 1903, fueron escritas entre 1899 y 1902. Por aquellos años, Rubén Darío, combatido hasta el escarnio por la crítica al uso, era el ídolo de una selecta minoría. Yo también admiraba al autor de Prosas profanas, el maestro incomparable de la forma y de la sensación, que más tarde nos reveló la hondura de su alma en Cantos de vida y esperanza. Pero yo pretendí—y reparad en que no me jacto de éxitos, sino de propósitos—seguir camino bien distinto. Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación del espíritu; lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo. Y aun pensaba que el hombre puede sorprender algunas palabras de un íntimo monólogo, distinguiendo la voz viva de los ecos inertes; que puede también, mirando hacia dentro, vislumbrar las ideas cordiales, los universales del sentimiento. No fué mi libro la realización sistemática de este propósito; mas tal era mi estética de entonces.

      Esta obra fué refundida en 1907, con adición de nuevas composiciones que no añadían nada substancial a las primeras, en Soledades, galerías y otros poemas. Ambos volúmenes constituyen en realidad un solo libro.

       EL VIAJERO

       Índice

      Está en la sala familiar, sombría,

      y entre nosotros, el querido hermano

      que en el sueño infantil de un claro día

      vimos partir hacia un país lejano.

      Hoy tiene ya las sienes plateadas,

      un gris mechón sobre la angosta frente,

      y la fría inquietud de sus miradas

      revela un alma casi toda ausente.

      Deshójanse las copas otoñales

      del parque mustio y viejo.

      La tarde tras los húmedos cristales

      se pinta, y en el fondo del espejo.

      El rostro del hermano se ilumina

      suavemente. ¿Floridos desengaños

      dorados por la tarde que declina?

      ¿Ansias de vida nueva en nuevos años?

      ¿Lamentará la juventud perdida?

      Lejos quedó—la pobre loba—muerta.

      ¿La blanca juventud nunca vivida

      teme que ha de cantar ante su puerta?

      ¿Sonríe al sol de oro

      de la tierra de un sueño no encontrada,

      y ve su nave hender el mar sonoro,

      de viento y luz la blanca vela hinchada?

      Él ha visto las hojas otoñales

      amarillas rodar, las olorosas

      ramas del eucaliptus, los rosales,

      que enseñan otra vez sus blancas rosas...

      Y este dolor que añora o desconfía

      el temblor de una lágrima reprime,

      y un resto de viril hipocresía

      en el semblante pálido se imprime.

      Serio retrato en la pared clarea

      todavía. Nosotros divagamos.

      En la tristeza del hogar golpea

      el tic-tac del reloj. Todos callamos.

       Índice

      La plaza y los naranjos encendidos,

      con sus frutas redondas y risueñas.

      Tumulto de pequeños colegiales

      que al salir en desorden de la escuela,

      llenan el aire de la plaza en sombra

      con la algazara de sus voces nuevas.

      ¡Alegría infantil, en los rincones

      de las ciudades muertas!...

      ¡Y algo nuestro de ayer, que todavía

      vemos vagar por estas calles viejas!

       EN EL ENTIERRO DE UN AMIGO

       Índice

      Tierra le dieron una tarde horrible

      del mes de Julio, bajo el sol de fuego.

      A un paso de la abierta sepultura,

      había rosas de podridos pétalos,

      entre geranios de áspera fragancia

      y roja flor. El cielo

      puro y azul. Corría

      un aire fuerte y seco.

      De los gruesos cordeles suspendido,

      pesadamente, descender hicieron

      el ataúd, al fondo de la fosa,

      los dos sepultureros...

      Y al reposar sonó con recio golpe,

      solemne, en el silencio.

      Un golpe de ataúd en tierra es algo

      perfectamente serio.

      Sobre la negra caja se rompían

      los pesados terrones polvorientos...

      El aire se llevaba

      de la honda fosa el blanquecino aliento.

      Y tú, sin sombra ya, duerme y reposa;

      larga paz a tus huesos...

      Definitivamente,

      duerme un sueño tranquilo y verdadero.

       RECUERDO INFANTIL

       Índice

      Una tarde parda y fría

      de invierno. Los colegiales

      estudian. Monotonía

      de la lluvia en los cristales.

      Es la clase. En un cartel

      se representa a Caín

      fugitivo, y muerto Abel,

      junto a una mancha carmín.

      Con timbre sonoro y hueco,

      truena el maestro, un anciano

      mal vestido, enjuto y seco,

      que lleva un libro en la mano.

      Y