Capítulo 1. ¿Cuál es el problema?
La seguridad alimentaria y nutricional (SAN) tiene en la actualidad una gran importancia para los gobiernos y las instituciones del orden no gubernamental. A nivel nacional, la historia ha comprendido transformaciones conceptuales y de enfoque en la forma en que se aborda la política pública de seguridad alimentaria y nutricional. En el año 2008, se aprobó la Política Nacional de SAN mediante el Conpes 113, la cual oficializó el trabajo en esta temática en los diferentes entes gubernamentales.
Esta política, al establecer como una de sus estrategias la elaboración de planes departamentales, municipales y regionales de SAN, también es clara al plantear la participación comunitaria como una estrategia fundamental: “Se requiere la apropiación de la misma por parte de los ciudadanos y los sectores sociales y su empoderamiento en los diferentes ámbitos con el fin de hacer realidad el derecho a la alimentación” (Departamento Nacional de Planeación, 2007).
Así, en el marco de los lineamientos de política establecidos por el Conpes 113 en el país, varios departamentos, municipios e instituciones han construido sus planes, e incluso muchos han iniciado su implementación. Por lo tanto, es relevante establecer de qué forma se ha enfocado la participación, y si esta ha implicado el desarrollo de procesos de tipo comunitario, pues más allá de ser una orientación nacional, la inclusión de la participación en los procesos de construcción, implementación y evaluación de políticas públicas es fundamental para el reconocimiento de la comunidad y sus organizaciones como actores protagónicos, y no solo para la legitimación del accionar del Estado.
En ese sentido, y en el intento de comprender la relación que se dio y que se podría construir entre la participación y la SAN, la revisión de los avances en la construcción de los planes departamentales permitió identificar el plan del departamento de Nariño como uno de los pocos que hace explícito un enfoque de soberanía alimentaria. Este enfoque fue fundamental para su selección como caso de estudio, pues se considera que un proceso de soberanía alimentaria necesariamente implica la participación de las comunidades.
Así las cosas, el proceso de formulación del Plan Decenal de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional - Nariño 2010-2019 se considera un caso relevante y emblemático para identificar las condiciones e implicaciones de intentar incluir un proceso participativo alrededor de las políticas públicas de soberanía y SAN; para definir los actores, discursos y roles que este ámbito generalmente establece, pero también para evidenciar las barreras que se pueden encontrar al intentar construir política pública desde las bases sociales.
La participación en la política pública es un tema que ha generado gran cantidad de investigaciones y acercamientos conceptuales y prácticos, no solo en diferentes áreas de trabajo, sino también en el análisis de diferentes categorías de participación: comunitaria, ciudadana, institucional, entre otras.
No obstante, considerando la relativa juventud del concepto de seguridad alimentaria y nutricional en el mundo, y más aún en nuestro país, son pocos los acercamientos al análisis de la participación comunitaria en las políticas de SAN que se han realizado y socializado. Por esta razón, a continuación se presenta la revisión de algunos documentos relacionados con la temática, agrupados en dos apartados: uno referente a las revisiones que se han hecho frente al tema, y otro asociado a las experiencias nacionales e internacionales de participación en SAN que se consideran relevantes.
1.1.1. Revisiones del tema de la participación en políticas públicas de SAN
• Cartilla “La participación social y la seguridad alimentaria y nutricional” (Carmona Hoyos, 2008)
Posterior a la expedición del Conpes 113, y considerando que dentro de sus estrategias este documento de política ”invita a los actores en todos los sectores a realizar un proceso de planificación conjunto”, la Presidencia de la Republica (durante el primer periodo del presidente Álvaro Uribe), Acción Social y el Proyecto de Fortalecimiento a la Seguridad Alimentaria y Nutricional en Colombia (Prosean), elaboraron y publicaron la cartilla que, según el mismo texto refiere, tiene como finalidad “fortalecer los conceptos claves de participación para la seguridad alimentaria y nutricional, para generar resultados concretos, pero sobre todo para posicionar el abordaje intersectorial, político, técnico y metodológico orientado al mejoramiento de las condiciones de seguridad alimentaria y nutricional de las familias” (Carmona Hoyos, 2008, p. 6).
Desarrollando este objetivo, en primera instancia, y muy de cerca a los aportes conceptuales del Conpes 113 de 2008, el documento amplía los diferentes conceptos relacionados con la temática: desarrollo, seguridad alimentaria y nutricional, participación, organización y articulación intersectorial. En cuanto a la participación, tomando como marco la estrategia de participación comunitaria y ciudadana del Conpes, se contempla este concepto como el “proceso por medio del cual los individuos, familias, grupos y comunidades inician procesos de transformación respondiendo a sus necesidades y sobre todo adquiriendo un sentido de compromiso y responsabilidad con relación al bienestar individual y colectivo, de manera consciente, deliberada y constructiva”.
En este sentido, la cartilla plantea que para hacer efectiva esta participación, la Constitución de 1991 establece diferentes mecanismos de participación a nivel del ejercicio de los derechos y a nivel democrático, tanto de forma individual como colectiva. Además, esta participación se presentaría a diferentes niveles:
• Información (mantener a la comunidad informada frente a todos los aspectos que le conciernen)
• Consulta (analizar una temática para conocer la opinión de los actores)
• Decisión (pensar y planear una acción antes de llegar a la decisión conjunta y concertada)
• Control social (acciones que del seguimiento y vigilancia transciendan a la corresponsabilidad), y
• Gestión (acciones que con eficiencia y sostenibilidad tienden a resolver las necesidades de la comunidad)
Desde este planteamiento del texto, todos los niveles implican participación; sin embargo, estos no responden necesariamente a una relación de causa-efecto, y por tanto pueden darse de forma separada o complementaria.
En esta dinámica, los procesos de participación deben partir de espacios de interés, motivación, respeto, democracia, tolerancia, valoración y solidaridad, por lo cual comprender la cultura y dinámica de la comunidad, respetarla, brindarle información, comprometerla y generar un diálogo de saberes son condiciones necesarias para iniciar procesos participativos. No obstante, el documento no permite identificar con claridad la forma en que estas condiciones se alcanzarían de modo tal que no sea forzada o impuesta su aparición.
De igual forma, se hace un importante énfasis al desarrollo adecuado de procesos de articulación intersectorial, que al parecer se contemplan como pilar fundamental para el trabajo participativo alrededor de la SAN La intersectorialidad “se manifiesta a través de intervenciones coordinadas de instituciones de más de un sector social, en acciones destinadas a comprender y abordar situaciones relacionadas con el bienestar y la calidad de vida”. En este concepto se vuelve fundamental el reconocimiento de las potencialidades de cada institución, la división de responsabilidades para evitar la duplicación de acciones y el establecimiento de mecanismos de comunicación. A nivel de la SAN, la cartilla expone que el trabajo intersectorial debe tener enfoque territorial, proyectado hacia la prevención de la inseguridad alimentaria y nutricional (Insan) y la promoción de soluciones, contemplando la necesidad de mejorar los procesos de focalización para aumentar la efectividad de las acciones en SAN, así como el trabajo en red y el establecimiento de alianzas estratégicas.
Posterior a estos desarrollos conceptuales, el documento aborda descriptivamente un conjunto de herramientas y técnicas que los