CRIADA. No hay quien me saque.
NOVIO (alegre). Eso se llama no entender. Las viejas frescas como tú bailan mejor que las jóvenes.
CRIADA. Pero ¿vas a echarme requiebros, niño? ¡Qué familia la tuya! ¡Machos entre los machos! Siendo niña vi la boda de tu abuelo. ¡Qué figura! Parecía como si se casara un monte.
NOVIO. Yo tengo menos estatura.
CRIADA. Pero el mismo brillo en los ojos. ¿Y la niña?
NOVIO. Quitándose la toca.
CRIADA. ¡Ah! Mira. Para la media noche, como no dormiréis, os he preparado jamón, y unas copas grandes de vino antiguo. En la parte baja de la alacena. Por si lo necesitáis.
NOVIO (sonriente). No como a media noche.
CRIADA (con malicia). Si tú no, la novia. (Se va.)
MOZO 1º (entrando). ¡Tienes que beber con nosotros!
NOVIO. Estoy esperando a la novia.
MOZO 2º. Ya la tendrás en la madrugada!
MOZO 1º. ¡Que es cuando más gusta!
MOZO 2º. Un momento.
NOVIO. Vamos.
MUCHACHA 1ª. ¿A quién diste el primer alfiler, a mí, o a ésta?
NOVIA. No me acuerdo.
MUCHACHA 1ª. A mí me lo diste aquí.
MUCHACHA 2ª. A mí delante del altar.
NOVIA (inquieta y con una gran lucha interior). No sé nada.
MUCHACHA 1ª. Es que yo quisiera que tú…
NOVIA (interrumpiendo). Ni me importa. Tengo mucho que pensar.
MUCHACHA 2ª. Perdona.
NOVIA (ve a LEONARDO). Y estos momentos son agitados.
MUCHACHA 1ª. ¡Nosotras no sabemos nada!
NOVIA. Ya lo sabréis cuando os llegue la hora. Estos pasos son pasos que cuestan mucho.
MUCHACHA 1ª. ¿Te ha disgustado?
NOVIA. No. Perdonad vosotras.
MUCHACHA 2ª. ¿De qué? Pero los dos alfileres sirven para casarse, ¿verdad?
NOVIA. Los dos.
MUCHACHA 1ª. Ahora que una se casa antes que otra.
NOVIA. ¿Tantas ganas tenéis?
MUCHACHA 2ª (vergonzosa). Sí.
NOVIA. ¿Para qué?
MUCHACHA 1ª. Pues… (Abrazando a la segunda.)
NOVIA (con gran sobresalto). ¡Quita!
NOVIO. ¿Te asustas de mí?
NOVIA. ¡Ay! ¿Eras tú?
NOVIO. ¿Quién iba a ser? (Pausa.) Tu padre o yo.
NOVIA. ¡Es verdad!
NOVIO. Ahora que tu padre te hubiera abrazado más blando.
NOVIA (sombría). ¡Claro!
NOVIO. Porque es viejo. (La abraza fuertemente de modo un poco brusco.)
NOVIA (seca). ¡Déjame!
NOVIO. ¿Por qué? (La deja.)
NOVIA. Pues… la gente. Pueden vernos.
NOVIO. ¿Y qué? Ya es sagrado.
NOVIA. Sí, pero déjame… Luego.
NOVIO. ¿Qué tienes? ¡Estás como asustada!
NOVIA. No tengo nada. No te vayas.
MUJER. No quiero interrumpir.
NOVIO. Dime.
MUJER. ¿Pasó por aquí mi marido?
NOVIO. No.
MUJER. Es que no lo encuentro, y el caballo no está tampoco en el establo.
NOVIO (alegre). Debe estar dándole una carrera.
CRIADA. ¿No andáis satisfechos de tanto saludo?
NOVIO. Ya estoy deseando que esto acabe. La novia está un poco cansada.
CRIADA. ¿Qué es eso, niña?
NOVIA. ¡Tengo como un golpe en las sienes!
CRIADA. Una novia de estos montes debe ser fuerte. (Al NOVIO.) Tú eres el único que la puedes curar, porque tuya es. (Sale corriendo.)
NOVIO (abrazándola). Vamos un rato al baile. (La besa.)
NOVIA (angustiada). No. Quisiera echarme en la cama un poco.
NOVIO. Yo te haré compañía.
NOVIA. ¡Nunca! ¿Con toda la gente aquí? ¿Qué dirían? Déjame sosegar un momento.
NOVIO. ¡Lo que quieras! ¡Pero no estés así por la noche!
NOVIA (en la puerta). A la noche estaré mejor.
NOVIO. ¡Que es lo que yo quiero!
MADRE. Hijo.
NOVIO. ¿Dónde anda usted?
MADRE. En todo ese ruido. ¿Estás contento?
NOVIO. Sí.
MADRE. ¿Y tu MUJER?
NOVIO. Descansa un poco. ¡Mal día para las novias!
MADRE. ¿Mal día? El único bueno. Para mí fue como una herencia.
Es la roturación de las tierras, la plantación de árboles nuevos.
NOVIO. ¿Usted se va a ir?
MADRE. Sí. Yo tengo que estar en mi casa.
NOVIO. Sola.
MADRE. Sola no. Que tengo la cabeza llena de cosas y de hombres y de luchas.
NOVIO. Pero luchas que ya no son luchas.
MADRE. Mientras una vive,