Cuando se lavaron, Don Mario la despidió con las siguientes palabras: --Te propongo un juego. Niña, vas a seguir siendo obediente y mañana al volver del cole vas a buscar la minifalda más corta que tengas...y las deportivas con plataforma que llevas a veces. Y te vas a ir sin bragas, desnuda debajo de la mini, y recién depilada, al centro comercial a comprarte un tanga negro. Los venden baratos, no temas por tus ahorros. Bien pequeño, de hilo dental. Ya me contarás si te atreves a ponértelo delante del mostrador, en cuanto hayas pagado. Sé obediente y ven a contarme tu experiencia más tarde, niña, te estaré esperando...
Valentina supo que a partir de entonces las clases de historia iba a ser la polla.
Valentina y su novio estaban en una playa de rocas negras. Ella llevaba un lindo tanga tan pequeño que se te metía entre los labios mayores, de color eléctrico; esto de los tangas así era una fijación que le había dejado Don Mario, su educador...Luis, su novio, estaba desnudo, y rasurado: ella misma le había afeitado los huevos, el pubis, la base del pene...Luis era muy velludo y a Valentina le gustaba recortarle gradualmente el vello del vientre, para que la piel desnuda del pubis no resultase chocante. Con el calor del sol se le estaba poniendo morcillona.
Decidieron dar un paseo a lo largo de la playa, arena negra de volcán. Era una playa nudista...todos estaban desnudos, salvo Valentina, con su tanguita, amarillo eléctrico sobre su piel muy morena. Iban viendo a la gente tumbada en la arena...fijándose los dos bien comentaban el tamaño de los miembros de los chicos, muchos lo llevaban también afeitado para que luciese más largo. Valentina notaba las miradas atentas... su tanga llamaba la atención. En un par de ocasiones se paró abriendo los muslos delante de algún grupo de chicos medio empalmados para sacarse el tanga del coño como distraída; Luis acabó diciéndole que no fuera calientapollas.
Llegaron al extremo de la playa y tras unas rocas se encontraron con dos parejas que se estaban excitando mutuamente, y se quedaron a mirar desde la orilla. Por detrás, en las rocas, estaba el habitual coro de hombres acariciándose el miembro. En la orilla, los chicos acariciaban el chochito de las chicas, y ellas están masturbando los falos erectos de sus parejas...Valentina se recostó junto a una de las chicas y Luis empezó a lamerla, te metió un dedo de la mano derecha por el coño y otro el culo, y estirando el tanga con la izquierda empezó a mordisquearle y a lamer, tirando de los labios menors húmedos, rosados...La pareja que estaba junto a ellos era una pareja de alemanes u holandeses, un poco flacuchos, de piel blanca; él tenía un falo colorado largo y delgado, muy recto...De repente, la chica alemana empieza a chuparle la polla a Luis. El miembro de luis no era muy grande, pero era grueso y curvado haca arriba; a Valentina le gustó verlo dentro de la boca rosada de la alemana, que le estaba aplicando un trabajo manual a su novio. El alemán se puso a lamerle el coño a su novia, mientras manipulaba con sus largos brazos todo lo que había a sua alcance: sus testículos, los de Luis, los pezones de Valentina...la alemana gemía con la boca llena de polla. La otra pareja estaban ya copulando como locos, ella, una chica gordita con piercings en los pezones y en la nariz, montaba a su macho de cara a nosotros, de modo sus tetas bailaban casi delante de la cara de Valentina; podía ver como el pene más bien pequeño del mocetón tatuado que se la estaba follando entraba y salía en su vagina húmeda al ritmo lento de las olas. Valentina empezó a gemir suavemente con la lengua de Luis vibrando en su clítoris, y sentía la arena en las nalgas, y el viento y el sol en los pezones...No le importó que algunos mirones se acercasen más; algunos tenían una pollas bien grandes y ver ese coro de penes meneados le excitaba más. Luis se levantó y se puso a frotar suavemente su glande rojo e hincado con su pezón derecho, erecto, hipersensible...llevó tu mano a los huevos de Luis y masajeó su rabo mientras los dedos de Luis seguían entrando y saliendo de su cueva húmeda. Una ola rompió contra las rocas cercanas y la espuma salpicó a las tres parejas...
Valentina y la alemana se tumbaron boca abajo donde rompían las olas. Luis y el alemán cambiaromn de pareja, y empezaron a masajear la espalda de las chicas...el alemán era bueno en eso, la masajaba en círculos suaves, mientras frotaba su larga verga húmeda entre sus nalgas...los círculos de sus manos recorrían toda tu espalda, de los hombros y la nuca hasta los costados y los riñones, y su falo recorría toda la raja de su culo, desde el ano hasta asomar entre las nalgas. El agua del mar subía entre sus muslos, y con cada ola le masajeaba la concha abierta, palpitante...Se giró y miró a la alemana, que sonreía con placidez a su lado mientras Luis le estaba pasando la polla entre las piernas. Él alemán preguntó algo y Valentina respondió sin pensar "ass, please, only ass" Así que el largo pene la penetró por el culo, hondo, lento y bien hondo, y sintió cómo llegana hasta el fondo de su vientre; los testículos del alemán se arrastraban por la arena y chapotean en el agua y en sus jugos. La alemana gritaba ahora, a Valentina no le importaba por dónde se la había metido Luis. La chica gordita estaba a cuatro patas, recibiendo por atrás a su chico, un mocetón musculoso y sin un pelo en todo el cuerpo, que brillaba de sudor; ella bajó la cara hasta ponerla entre la de Valentina y la alemana y empezó a besuquearlas y a lamerles las orejas y las mejillas. Susurró con acento andaluz "eh, niña, a mi también me la está metiendo por el culo ... Valentina arqueó la espalda y una ola al romper llegó hasta sus pezones que rozaban la arena dejando surcos. La alemana gritaba de gusto. El alemán saco la polla, y disparó un largo tiro de semen por encima de la espalda de Valentina que fue a parar al hombro de la gordita. Al menos tres de los mirones estaban corriéndose sobre la arena. Luis se derribó sobre la alemana, y por su cara Valentina supo que él no se habìa corrido todavía; habián follado esa misma mañana y ella le había exprimido hasta la última gota, así que ahora Luis podía aguantar empalmado un buen rato más. Salió él de entre los muslos de la chica con el pene recurvado brillante de jugos y se acercó de rodillas, entre la espuma de las olas, hasta su cara. Pero Valentina solo le hizo un anillo en la base del pene y le miró con una sonrisa torcida...La ración que quedaba sería para más tarde. A solas. La andaluza se estaba corriendo, resollando fuerte, y Valentina probó el semen del alemán que resbalaba por su hombro. "Eres rato..rato.. guarra, tía", le dijo la andaluza mientras se corría. "No sabes cuánto", le respondió sonriendo. "Y a lo mejor, este, todavía tampoco", dijo refiriéndose a Luis. Y se lo llevó de allí hacia el hotel, cogido por la polla, como si lo llevase de una correa.
Allí le aguardaba a Valentina una sorpesa. Dos deliciosas muchachas orientales estaban en su habitación, que siguiendo las instrucciones de Don Mario la habían convertido en un lugar relajante y tibio. Las persianas tamizan suavemente la luz del atardecer y manchas rosadas, violetas y doradas se proyectaban sobre la sábana de la cama más grande que Valentina hubiera visto nunca. Ardían varitas con aroma a sándalo y la cama estaba rodeada de velas... --Lo más difícil de organizar -- dijo Don Mario, semioculto en la penumbra--- ha sido que la administración del hotel haya permitido cambiar la cama de la habitación. Convencer a Luis fue mucho más fácil...Pero con dinero...Por favor, pasa a la ducha para quitarte la arena de la playa; Bhajji, que es hindú, está aquí solo para ayudarte y relajarte. Preparaos para la cena; Satori, la japonesa, atenderá a Luis en