Las águilas vigilan mi desidia,
con ellas podría volar casi sin muerte a cuestas
y eres tú, madre viscosa,
quien hurga con sus largos dedos en mi corazón
cuando las fétidas y silentes me levantan en vilo.
Tu presencia me asalta y el estallido de mis fuerzas
son estas águilas que perturban mi sueño.
Soñé que mi mano entraba a saco en el secreto
y al despertar mi cabeza y mis manos eran rojas y vivas.
Soñé que hablaba entre los hombres
y desperté dando graznidos y cloqueando.
Soñé que me hallaba tan lejos de mi cuerpo
que no poder acercarme hizo explotar mi corazón.
Al despertar ocupaba mi lugar entre las otras,
junto a ti madre cruel y misteriosa.
En la muerte de Pablo de Rokha
Este tirón en el tendón de Aquiles.
Esta punción en el nudo gordiano.
Esta miserable compasión de mí mismo.
Esta tristeza de mujer golpeada.
Este aullido de perro muerto a bastonazos.
Este raigón arrancado de raíz.
Este discurso fúnebre para los periódicos.
Esta nota necrológica de mi puño y letra.
Este viejo bandoneón arrinconado.
Este tango de la vieja guardia que no voy a bailar.
Esta maroma chaplinesca.
Esta frase para el bronce que debiera decir.
Esta frase que no me atrevo a decir.
Esta frase que tal vez nadie se atreva a decir nunca.
Esta palabra de la que ya siento el desgajo.
Esta sílaba cada vez más cortante.
Esta simple vocal que me rebana la lengua.
Este zurdazo de sordomudo
no lo debo decir, no lo merezco.
A él le tocó ser sentenciado, no a mí.
Y cogió el banquillo entre sus grandes manos
y lo arrojó a la cabeza de los jueces venales.
¿Murió? Es lo que todos dicen.
Vaya uno a saber.
Como un profeta hebreo se internó en el desierto.
(Diario Última hora, 1968)
Manu militari (1969)2
2 Con Manu militari el autor participó en el Taller de Escritores de la Universidad Católica en 1969, bajo la dirección de Efraín Barquero y Enrique Lihn. «Bajo dictadura», como resulta obvio, es posterior a esa participación.
El presidente en terno azul oscuro de paisano
Los comandantes de las Fuerzas Armadas
se declaran leales al Primer Mandatario
y al Primer Mandatario se le nota muy pálido
cortando pensativo la cinta inaugural.
Centauro
Tengo callos, verrugas,
tengo veinte caballos
que cepillar,
tengo pie equino,
tengo una triste mirada
caballar.
El desertor
Los perros me huelen los bototos
porque soy desertor.
Mi General huele una rosa
en el seno de la esposa del Embajador.
Recinto militar
Tu alcoba es ahora
Recinto Militar.
Los ejercicios de tiro
acribillaron la luna puta
de tu espejo
y la noche entera tu casa
se estremece
al paso de la tropa marchando.
Mercenaria,
si venciera mi amor,
si mi amor pudiera más
y fuera a verte,
tu lengua no vacilaría
en delatarme.
Bajo dictadura
1
Un ángel caído,
erizado de ásperos cañones,
anuncia la Edad de la Rapiña.
2
Se siente el latido afiebrado del país,
forúnculo sin boca.
3
La canalla ensablada
danza su danza macabra.
4
Levanta el albañil una casa en llagas.
La madre gotea leche amarga
sobre la frente rota de los hijos.
5
Ya se llevan a esa muchacha,
ya la quitan de circulación.
6
Qué vergüenza el ciudadano medio,
su chaleco de mono lleno de remiendos,
sus zapatos como bestias capadas.
Con semejante atuendo
erguirse en los cuartos traseros
y hacer una venia.
Dejarse pisar según la música que le toquen,
de buen semblante con todos sus botones.
7
Tan corrupta la inmovilidad.
Tan fría la burla que rebana.
Tan escalofriante el desparpajo.
Tan repugnante la siutiquería.
Tú que miras el televisor,
¿qué haces ahí embobado
ante la vitrina de la fiambrería?
Lobos y ovejas3 / Wölfe und Schafe4 Lobos y ovejas / Wolves and sheep5
3 Galería Paulina Waugh, 1976; Eloísa Cartonera, Buenos Aires, Argentina, 2004; UDP, 2009.
4 München, Alemania, 1989.
5 Melón Editora, Buenos Aires, Argentina, 2015.