La estructura tensiva. Claude Zilberberg. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Claude Zilberberg
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789972453366
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(…)14.

      De la imperfección vuelve sobre esta orientación intelectualista introduciendo el concepto de estesis, definida como «fusión total del sujeto y del objeto». Sin embargo, si ampliamos el marco, la dirección adoptada por De la imperfección puede ser interpretada como una catálisis de gran amplitud, la cual propone el orden de la significación como presuponiente, y la afectividad, particularmente la que emerge bajo las especies del sobrevenir, como presupuesta. Nosotros retomamos por nuestra cuenta los bellos análisis de Cassirer relativos a lo que él llama en la Filosofía de las formas simbólicas el «fenómeno de expresión». Este «fenómeno de expresión» significa para el sujeto cierto estilo modal marcado por la pasividad, si no por la pasibilidad (A. Hénault):

      Pues toda experiencia vivida de expresión no es ante todo más que una prueba padecida: es un «ser-captado» más que un «captar», (…)15.

      Para el objeto, la intensidad vivida del «fenómeno de expresión» impone la secundariedad modal de la percepción:

      [La percepción] no se resuelve jamás en un simple complejo de cualidades sensibles —como claro u oscuro, frío o caliente—, sino que se acomoda en cada caso a una tonalidad de expresión determinada y específica; jamás está regulada exclusivamente por el «qué» del objeto, sino que más bien capta el modo de su aparición global, el carácter de lo seductor o de lo amenazante, de lo familiar o de lo inquietante, de lo tranquilizador o de lo amedrentador que reside en ese fenómeno tomado puramente como tal, independiente de su interpretación objetiva16.

      Cassirer excluye formalmente que la afectividad pueda ser insertada en una objetividad que la precedería:

      [Esta interpretación] debe previamente anular la vida de la percepción, convertirla en un complejo de simples contenidos de la impresión sensible para reanimar enseguida ese «material» muerto de la sensación gracias al acto de penetración afectiva. Pero la vida que así le toca en suerte por partijas sigue siendo en último análisis una simple apariencia, obra de la ilusión psicológica17.

      Bajo esta premisa, las estructuras profundas son más bien «tímicosemánticas» que no «lógico-semánticas». Esa anterioridad tanto funcional como existencial del «fenómeno de expresión», es decir, del afecto, permite comprender por qué su manifestación preferencial recibe la forma de la subitaneidad y del evento. Volveremos sobre esto a propósito del modo semiótico de la eficiencia.

      En último lugar, Greimas considera el tránsito de un nivel llamado «profundo» a un nivel denominado «superficial» como una «conversión». Ese tránsito se efectúa según dos modalidades: (i) un principio de conservación, o de persistencia, en virtud del cual la esquicia entre la semántica y la sintaxis está presente en todos los niveles; (ii) un principio de «enriquecimiento», de aumento del sentido, ya mencionado, que va de lo simple hacia lo complejo:

      (…) es preciso reconocer que la generación de la significación, al introducir nuevas articulaciones en cada etapa de su recorrido, aporta al mismo tiempo un “enriquecimiento” o un “aumento” del sentido, dado que la significación no es otra cosa sino “articulación”18.

      El paso del nivel fundamental, donde no intervienen más que la interdefinición semántica y la interacción sintáctica, hacia el nivel superficial no deja de ser problemático: no todo parece ocurrir como si el recorrido generativo fuese el mal y el remedio: ¿el desarrollo del recorrido generativo no reintegra las magnitudes que había suspendido para constituir justamente el nivel fundamental, especialmente el tiempo y el espacio, esos guardianes del sentido?

      La amplitud de las divergencias entre los procederes respectivos de Hjelmslev y de Greimas suscita la perplejidad. ¿Son superables? El proceder greimasiano supone, bajo beneficio de inventario: (i) la tripartición de los niveles; (ii) la dirección ascendente de lo simple hacia lo complejo; (iii) la reciprocidad de la semántica y de la sintaxis a la altura de cada nivel. Para que esta aproximación entre en concordancia con la primacía y la continuidad del análisis, preconizados por Hjelmslev, basta, según creemos, con postular, siguiendo a Hjelmslev, una dirección descendente de lo complejo hacia lo simple que es, desde el punto de vista metalingüístico, el plano de la expresión de la preeminencia del análisis. Nuestra posición es susceptible de dos interpretacionesevaluaciones divergentes: o una interpretación peyorativa, generalmente identificada con el eclecticismo, o una interpretación positiva, la de la metáfora, la del bricolaje según la lectura que de él propone Lévi-Strauss en las primeras páginas de El pensamiento salvaje.

      Uno espera que los conceptos sean interdefinidos, pero esta demanda supone una condición que resulta fácil de catalizar: es necesario que esos conceptos «comuniquen» los unos con los otros, es decir que ocupen el mismo espacio.

      El primer requisito concierne a nuestro recurso a la noción de «espacio tensivo». Esta noción de espacio es polisémica y requiere una decisión: la noción de espacio es, según creemos, esencialmente «conjuntiva»; el espacio es el horizonte de toda pluralidad captada. Enunciar simplemente: «un triángulo y un cuadrado» es decir que esos dos objetos habitan el mismo espacio:

      Que A y B no formen cada uno por separado un mundo en sí, sino que pertenezcan a un conjunto, es lo que quiere decir la observación en el espacio. Tal es el sentido del “lado a lado”. Si cada objeto fuese un ser en sí, no existiría el “lado al lado”. No podríamos absolutamente establecer una relación entre ellos1.

      El epíteto «tensivo» precisa el contenido de las magnitudes en contacto o en vecindad: la tensividad es el lugar, o el frente de contacto donde se juntan, se reúnen la intensidad, como suma de los estados de alma, y la extensidad, como suma de los estados de cosas. Esa proyección de las magnitudes en un mismo espacio presenta la doble ventaja de virtualizar la linealidad del plano de la expresión [en lenguaje oral y escrito] y de visualizar las magnitudes de contenido en convergencia unas con otras. Por convención, colocamos la intensidad en la «ordenada» y la extensidad, en la «abscisa»:

      La semiótica greimasiana jamás ha sido indiferente a las cuestiones epistemológicas, y al titular su texto fundador Semántica estructural, Greimas marcaba su vinculación con el estructuralismo, a pesar de que el doble patronazgo de Hjelmslev y de Lévi-Strauss oculta un malentendido sin duda poco discernible en la época. En efecto, el estructuralismo de Lévi-Strauss es ajeno al de Hjelmslev. Para este último, la palabra-maestra es la de dependencia:

      Se entiende por lingüística estructural un conjunto de investigaciones que se apoyan en una hipótesis según la cual es científicamente legítimo describir el lenguaje como si fuera esencialmente una entidad autónoma de dependencias internas2.

      Para Hjelmslev, el análisis-descripción de un objeto se reduce, pues, a descubrir las dependencias por las cuales el objeto, en cuanto «punto de intersección», se convierte en significante:

      Las relaciones o las dependencias que el realismo ingenuo tiene por secundarias y que presuponen los objetos, son para nosotros esenciales: ellas son la condición necesaria para que existan puntos de intersección3.

      De inspiración jakobsoniana, el estructuralismo de Lévi-Strauss pone por delante el concepto de oposición, el cual no figura en el índice de definiciones de los Prolegómenos.

      Dicho esto, la lectura de Semiótica 1. Diccionario no deja ninguna duda al respecto: el estructuralismo de Greimas está más próximo de Hjelmslev que de Jakobson, a pesar de lo que se dice en las primeras