Las investigaciones llevadas a cabo a partir de los libros de cuentas han sacado a la luz otros nombres de artistas participantes en los arcos y espectáculos de Amberes, tales como Jan Crans, Jan van Woluwe, Jan Mandyn, Hendrik van Schelle, Antonio de Palermo o Jerónimo Cock (Marlier, 1966: 389). A esta relación debe añadirse el de Lambert Van Noort, que al parecer realiza el arco que levanta el Senado de la ciudad en la calle Alta, el arco de los ingleses y la decoración efímera del Ayuntamiento, así como los trabajos de menor entidad relacionados con aquella entrada triunfal (Corbet, 1975: 309). Ninguno de estos aparece citado en la crónica de Schryver, pero sí en cambio el de Stefano Ambrosio Schiappalari, pues a él se debió el erudito programa del arco de los Genoveses, inspirado en la antigüedad clásica, y que incluyó en una de sus obras dedicadas a la vida de Julio César (Schiappalari, 1600:454).
Se han barajado también otros nombres importantes como posibles participantes en la importante entrada de Amberes, aunque no existen testimonios documentales que puedan confirmarlo. Es el caso del destacado escultor y arquitecto Cornelis Floris, coautor, junto con artistas como Pierre Coeck o Cornelis Bos, de un tipo de grutescos que tendrá una importante difusión por los Países Bajos, como es el protagonizado por los motivos enrollados (Fig. 2). Precisamente, la proliferación de estos motivos en la arquitectura efímera de la entrada de Felipe II en Amberes es el argumento que se emplea para plantear la presencia de Cornelis Floris. Sin embargo, este planteamiento deriva posiblemente de la tradicional atribución que se hace en la persona de Floris como inventor de este tipo de decoración, cuando la realidad parece apuntar hacia Pierre Coeck, lo cual invalidaría el argumento antes citado desde el momento en el que la participación de este en la entrada resulta más segura. No obstante, la similitud de algunos detalles decorativos y figurativos de los aparatos efímeros de la entrada de Felipe II en Amberes en 1549 y los diseños de grutescos de Cornelis Floris anima a pensar en la importante presencia de Cornelis Floris en el programa general de la entrada triunfal y en la crónica de Schryver, pues el último grabado de la crónica es precisamente la fachada del ayuntamiento de Amberes, la principal obra arquitectónica de Cornelius.
Fig. 2.1. Página final de la crónica de C. Schryver. Grabado de Pierre Coeck van Aelst.
Fig. 2.2. Pieter Coecke van Aelst, Les moeurs et fachons de faire de Turcs..., 1553.
Menos dudas existen sobre la participación del pintor Franz Floris. El destacado pintor de la escuela flamenca y seguidor del manierismo italianizante de hombres como Martín de Vos o Golzius, realizará algunas de las pinturas que decoraban los arcos y espectáculos. Según Van Mander, Franz Floris será contratado por los organizadores de la entrada triunfal de Amberes para la realización de diferentes paneles decorativos, por cada uno de los cuales cobraría una libra (Van Mander, I, 1884:344). Algunos de estos trabajos de Floris se conservan gracias a su conversión en grabado, como es el que publica Jerónimo Cock en 1552 (Fig. 3). Al parecer, la intervención de Floris en la entrada de Amberes se limitó a la realización de dos tablas para el arco de los genoveses. Otro de los nombres destacados que se mencionan en relación con los acontecimientos de Amberes de 1549 es el del pintor y arquitecto Vredeman de Vries. Esta supuesta relación se fundamenta exclusivamente en la que mantiene de Vries con Pierre Cock en Amberes aquel mismo año (Marlier, 1966: 383). No obstante, algunos detalles arquitectónicos de los aparatos efímeros de Amberes de 1549 parecen extraídos de los diseños arquitectónicos de Vredeman de Vries, aunque las publicaciones de este sobre adornos y perspectivas daten de fechas posteriores (1565 y 1604) a las de la entrada felipina de Amberes. (Fig. 4).
Fig. 3. Franz Floris. La Victoria. Arco de los Genoveses, Amberes, 1550.
Dejando ya la entrada de Amberes y pasando a la de Gante, además del papel que tuvo el cronista Jean Oste en la orientación iconográfica y literaria, hay que citar la conocida participación del arquitecto F. Van de Velde. Contratado por la comisión municipal encargada de la entrada del príncipe, Van de Velde tendría a su cargo la dirección de los trabajos de arquitectura y escultura, además de la realización de los dibujos que habrían de ser la base para los grabados que se conservan sobre los arcos.
Aunque desconocemos que tipo de participación tuvieron en los elementos artísticos del viaje a Alemania, lo cierto es que el pintor Diego de Arroyo y el escultor Juan de Serojas formaban parte de la delegación española que acompañó al príncipe durante el viaje (Calvete, I, 1552: 15).
Fig. 4.1. Hans Vredeman de Vries, Caryatidum sive Athlantidum Multiformium (...), ca. 1565
Fig. 4.2. Arco público. Entrada triunfal, Amberes, 1549. Schryver, C., Spectaculorum in susceptione Philippi Hisp. Prin..., Amberes, 1550.
Otro recibimiento destacado en cuanto a la participación de los artistas fue el que prepara Madrid a Felipe II y, sobre todo, a Ana de Austria en 1570. Destacados pintores y escultores convertirán la entrada de los nuevos esposos en un espectáculo de notable calidad artística. Entre los escultores hay que destacar la presencia de Pompeyo Leoni, que realizaría la escultura de Carlos V y el emperador Fernando en el primer arco, así como la de Felipe II y las figuras alegóricas del tercero. López de Hoyos escribe en su crónica lo siguiente: «[...]refiere al natural el rostro del Emperador, porque assi esta como todas las demás estatuas que diremos, que son de las manos de Pompeyo Leoni Italiano esculptor de su Magestad, con gran espíritu y braveza» (López de Hoyos, 1572: 34v.); «[...]los colossos de bulto, que fueron la Religión, Clemencia, Temperancia, Prudencia, y el de la magestad del rey Don Phelippe nuestro señor, fueron singularmente acabados, y de la mano y compostura de Pompeyo Italiano sculptor de su magestad[...]» (López de Hoyos, 1572: 215v..). La participación del escultor italiano en la entrada de Madrid hay que verla desde la condición de este como artista al servicio de la corona (Checa, 1992:107). De acuerdo con las descripciones que se hacen en la crónica de López de Hoyos, las esculturas efímeras del artista italiano tendrían importantes puntos de conexión con las obras permanentes que realiza con los mismos temas.
El segundo de los nombres de escultores que, relacionados con aquella entrada triunfal se nos proporciona en las fuentes, es el de Lucas Mitata, escultor de conocida andadura por tierras castellanas y extremeñas, que, además de la posible colaboración con Pompeyo Leoni en algunos de los arcos (Azcárate, 1958:223), realiza las esculturas monumentales de Baco y Neptuno y el grupo escultórico que se levantó en la Plaza de El Salvador con el tema del Juicio de Paris. «Su artífice fue Lucas de Mitata Español y tuvo muy buen término esta obra con las de Bacho y Neptuno» dice López de Hoyos en su crónica (López de Hoyos, 1572: 241 v.; Velázquez, Gómez, Espigares y Jiménez, 2007: 118). De la colaboración con Pompeyo Leoni en los arcos no tenemos noticia documental que lo confirme; de su mano fueron también, según López de Hoyos, las figuras realizadas en yeso para el segundo arco, en el cual hasta este momento se desconoce la participación de Pompeyo Leoni; «[...]son todas las figuras de color de mármol blanco Ginovisco, fue su artífice Lucas de Mitata Español, raro hombre en su profectión y facultad[...]» (López de Hoyos, 1572: 118 v.).
Al referirse a las pinturas que en el interior del primer arco fingían ser esculturas en relieve, López de Hoyos dice que «los artífices que lo pintaron son los más raros que en nuestros tiempos conoscemos de nuestra nación española, Alonso Sánchez artífice de su magestad y Urbina natural de Madrid» (López de Hoyos, 1572: 63). Se refiere el cronista a Alonso Sánchez Coello y a Diego de Urbina, los cuales pintaron además dos emblemas del tercer arco.
Con estos datos podemos deducir la participación conjunta de los artistas de Felipe II, Pompeyo Leoni, Sánchez Coello y Diego de Urbina, en los arcos más espectaculares de la entrada, como fueron el primero y el tercero. Otra conclusión