Wittgenstein y la estética
Wittgenstein y la estética
Col·lecció estètica & crítica
Director de la col·lecció: Romà de la Calle de la Calle
Els textos que reproduïm en la present edició corresponen als capítols “La voix universelle et le discours critique” i “Les causes, les raisons et les mythes” de l’obra original de Jacques Bouveresse, Wittgenstein: la rime et la raison, Les éditions de Minuit, París, 1973 (pp. 153-234).
L’edició d’aquest volum ha comptat amb la col·laboració de Galeria Lluís Adelantado i de Galeria Rita García, de València.
© De la traducció: José Javier Marzal Felici i Salvador Rubio Marco
© D’aquesta edició: Universitat de València
Disseny original de la coberta: Manuel Lecuona
Disseny de l’interior, fotocomposició i maquetació: Servei de Publicacions de la Universitat de València
I.S.B.N.: 978-84-370-9374-1
Edició digital
Í N D I C E
WITTGENSTEIN Y LA ESTÉTICA
I. LA VOZ UNIVERSAL Y EL DISCURSO CRÍTICO
II. LAS CAUSAS, LAS RAZONES Y LOS MITOS
Abreviaturas
Abreviaturas utilizadas para citar las ediciones castellanas de las obras de Wittgenstein:
DF: | Diario filosófico 1914-1916, Barcelona, Ariel, 1982. |
TLP: | Tractatus logico-philosophicus, Madrid, Alianza Editorial, 1973. |
PU: | Investigaciones filosóficas, Barcelona, Crítica, 1988. |
LC: | Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología y creencia religiosa, Barcelona, Paidós, 1992. |
F: | Observaciones a La Rama Dorada de Frazer, Madrid, Tecnos, 1992. |
Z: | Zettel, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1979. |
El presente libro tiene por objeto dar a conocer al lector en castellano una pequeña parte de la obra de Jacques Bouveresse y, al mismo tiempo, un aspecto poco conocido del pensamiento de Ludwig Wittgenstein. El texto que da origen a éste corresponde a los dos últimos capítulos de Wittgenstein: la rime et la raison (Paris, Les Éditions du Minuit, 1973) de J. Bouveresse. Los editores son los responsables de la traducción y de la edición crítica del original francés, así como de esta introducción.
Jacques Bouveresse es tenido justamente por el principal introductor y estudioso de la obra y el pensamiento de Wittgenstein en Francia. De su labor ensayística e investigadora, compartida con su labor didáctica como profesor de la Universidad de París I (Panthéon- Sorbonne), son fruto La parole malheureuse (1971), Le mythe de l´intériorité (1976), Le philosophe chez les autophages (1984) Rationalité et cynisme (1984), La force de la règle (1987), “L´animal cérémoniel” (1982) (precediendo la edición francesa de las Observaciones a La Rama Dorada ), Le pays des possibles (1988), y más recientemente Philosophie, mithologie et pseudo-science. Wittgenstein lecteur de Freud (1991) y Herméneutique et lingüistique (seguido de “Wittgenstein et la philosophie du langage”) (1991), además de otros muchos artículos, conferencias y textos menores. En España, su obra no ha pasado desapercibida a aquellos círculos filosóficos más afines a lo que se ha venido en llamar “filosofía analítica”, pero no hay duda de que, a excepción de este ámbito tan selectivo, no ha tenido entre nosotros la atención y el aprecio que merece. El profesor Bouveresse es, muy probablememente, el filósofo que ha llevado a cabo un trabajo más exhaustivo y completo de interpretación del pensamiento del filósofo vienés y de sus consecuencias en distintos ámbitos del conocimiento (ética, estética, psicología, antropología, fundamentos de las matemáticas, filosofía). Pero el mérito de su obra no es meramente cuantitativo: su panorama del pensamiento de Wittgenstein (incluyendo tanto al llamado primer Wittgenstein como al segundo) tiene, sin duda, una coherencia y una profundidad de la que carecen buena parte de las exégesis más canónicas. Con todo, su mayor virtud no radica en ninguno de los méritos mencionados: la obra del profesor Bouveresse ha sabido mantenerse al margen de las reivindicaciones del filósofo vienés para determinadas escuelas filosóficas, de las disputas por el “verdadero” Wittgenstein, de las imitaciones de su “estilo” literario y de la explotación más “sensacionalista” de su vida y obra, para hacer la única filosofía que, en puridad, puede hacerse siguiendo su estela: una filosofía desde Wittgenstein, que no se agota en mera explicación de lo que Wittgenstein dijo y no dijo, sino que se proyecta activamente, tomando la cuota parte de coraje, de adentramiento en las regiones donde la reflexión filosófica toma forma, para decir lo que Wittgenstein no dijo, ni seguramente pretendió jamás decir, pero que participa profundamente del “estilo de pensar” los problemas legado por Wittgenstein, y no de determinados axiomas filosóficos o marcas de escuela destilados de sus textos.
Es muy posible que el lector se pregunte por qué este libro que habla también sobre psicoanálisis y etnología lleva por título Wittgenstein y la estética. La respuesta a esa pregunta es más compleja de lo que a primera vista puede parecer. No se trata de un error de omisión por parte de los editores, ni de una añagaza para atraer a lectores no avisados, seguidores de temas “estéticos” en general. El propio Jacques Bouveresse acude en apoyo de nuestra idea cuando dice: “Las Observaciones a La Rama Dorada (especialmente la segunda parte) no constituyen, evidentemente, en un cierto sentido, más que simples notas de lectura. Si las hemos citado tan extensamente no es con la intención de añadir algo a la crítica de las ideas de Frazer, que ya fue realizada a su debido tiempo, ni porque sea de buen tono hoy adoptar un punto de vista diametralmente opuesto al de los etnólogos transformistas sobre la “mentalidad primitiva”, sino porque constituyen el complemento indispensable de las Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología y creencia religiosa, y uno de los textos más esclarecedores de Wittgenstein, uno de ellos donde se expresan más vigorosamente ciertas tendencias profundas de su filosofía. Aunque ésta sea una filosofía ‘a migajas’, sin embargo debe ser interpretada en función de ciertas constantes fundamentales que en ningún lugar aparecen tan claramente como en los textos inéditos.” (ver pp. 104-105). De igual modo, las observaciones sobre el psicoanálisis mantienen estrechos vínculos con las observaciones sobre estética: “Hemos visto que, para Wittgenstein, la interpretación tiene, en cierto modo, la finalidad de hacernos soñar de nuevo nuestro sueño en un contexto particular; nos hace ver un aspecto o aspectos nuevos y podemos aplicarle, como en la interpretación estética, una buena parte de las observaciones de Wittgenstein concernientes a esta operación.” (ver p. 84). Así pues, este libro podría haberse llamado también Wittgenstein y la filosofía, o también Wittgenstein y el psicoanálisis o Wittgenstein y la etnología, en lugar de Wittgenstein y la estética, sin cambiar ni una sola palabra. Nuestra intención al titularlo así es, sin más, sugerir, proponer, subrayar una lectura estética, esto es, con ojos estéticos, del pensamiento de Wittgenstein que Bouveresse proyecta de nuevo con admirable habilidad sobre los nudos conceptuales.
De otro lado, no es fácil encontrar una obra y un pensamiento que rechacen el “despiece” filosófico (la división de la filosofía en parcelas cognoscitivas: ética, estética, antropología, filosofía de la religión, etc.) como lo hacen los de Wittgenstein. Nadie más escéptico que él ante la posibilidad de edificar una ética (o una estética), si por ello se entiende una teoría fundamentalista, sistemática, demostrativa, metódica: si pudiese escribirse ese libro, todos los demás estarían de sobra; por otra parte, el problema