[16]Jean-Jacques Rousseau, Ensayo sobre el origen de las lenguas, 1817, pp. 21-23.
[17]Humboldt, Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad, 1836, pp. 89-91.
[18]Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general, 1915, pp. 191-193. También dice ahí: «La sustancia fónica [...] no es un molde a cuya forma el pensamiento deba acomodarse necesariamente. [...] El pensamiento, caótico por naturaleza, se ve obligado a precisarse al descomponerse»; «No hay ni materialización de los pensamientos ni espiritualización de los sonidos. [...] El “pensamiento-sonido” implica divisiones y la lengua elabora sus unidades al constituirse entre dos masas amorfas».
[19]A. G. Spirkin, «Origen...», en Gorski, et. al., op. cit., pp. 47-54.
[20]Ludwig Wittgenstein, Tractatus logico-philosophicus, 1921.
[21]W. M. Urban, op. cit., p. 605. Cursivas de F.Z.
[22] Ernst Cassirer, Filosofía de las formas simbólicas, t. III, 1929, p. 243.
[23] Cassirer analiza extensamente diversas patologías conectadas con deficiencias en el lenguaje: la afasia, consistente en la dificultad o imposibilidad de articular palabras; la apraxia, que es la dificultad de realizar acciones cotidianas; la agnosia, que es la dificultad de reconocer objetos. En suma, estas patologías son para él alteraciones en la capacidad de simbolizar, de imaginar fuera de una situación concreta, de categorizar. E. Cassirer, Ibíd., pp. 245-330.
[24] W. M. Urban, op. cit., pp. 65-67.
[25] Humboldt, op. cit., pp. 82-84. Cursivas de F.Z.
[26] Citado por A. Schaff en Lenguaje y conocimiento, 1964, p. 101.
[27] E. Sapir, op. cit., p. 25.
[28] Benjamin Lee Whorf, Lenguaje, pensamiento y realidad, 1956, p. 294. Cursivas de F.Z.
[29] Cfr. Mauricio Swadesh, El lenguaje y la vida humana, 1966, p. 184.
[30] E. Cassirer, op. cit., t. I, pp. 273-279.
[31]B. L. Whorf, op. cit., p. 243.
[32]A. Schaff, Lenguaje y conocimiento, 1967, pp. 130-135.
[33] Immanuel Kant, Crítica de la razón pura, 1781, 1787, B 92-94.
[34] «Sprache als Thema und Medium der transzendentalen Reflexion» [«El lenguaje como tema y medio de la reflexión trascendental»], en Apel, Karl Otto, Transformation der Philosophie [Transformación de la filosofía], t. 2, Das Apriori der Kommunikations-gemeinschaft [Lo a priori de la comunidad de comunicación], 1973. En el presente libro, siempre que se refiera una fuente en su lengua original, la traducción de las citas es de F.Z.
[35] Los «juegos de lenguaje» son algo así como los distintos usos del lenguaje, con sus propias reglas y ámbitos de aplicación. Cada persona aprende a utilizar diversos juegos de lenguaje, que pone en práctica en las distintas situaciones en que se desenvuelve.
[36] «Der traszendentalhermeneutische Begriff der Sprache» [«La concepción trascendental-hermenéutica del lenguaje»], en ibíd.
[37] Véase § 61 y sobre todo § 64.
[38] Pido al lector su atención a la idea de que en Heidegger hay también un modo en que dichas vertientes son superadas o abandonadas. Esta superación del logocentrismo por parte de Heidegger se examinará sobre todo en el Capítulo 12, «Los límites de la representación».
[39] En cambio, el Heidegger I y el Wittgenstein II no entronizan al lenguaje verbal. Esto lo vio muy bien Richard Rorty. Cfr. su «Wittgenstein, Heidegger y la reificación del lenguaje», en Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporáneos, 1991. En el ámbito alemán se ha llamado Kehre (giro, viraje) a este cambio en Heidegger que lo llevó a ubicar al lenguaje como el patrón o el eje del pensar, del actuar y del proyectarse humanos, abandonando lo propuesto en Ser y tiempo, donde el lenguaje no ocupaba ese lugar central. Por ello se habla de un Heidegger II a partir de ese movimiento.
[40] «Das Werk als Werk ist in seinem Wesen herstellend». M. Heidegger, «Der Ursprung des Kunstwerkes» [«El origen de la obra de arte»], 1952, en Holzwege [Sendas perdidas], pp. 29-31.
[41] Martin Heidegger, «Carta sobre el humanismo», 1948, en Jean-Paul Sartre, M. Heidegger, Sobre el humanismo, p. 65.
[42] M. Heidegger, «Die Sprache» [«El lenguaje»], 1950, en Unterwegs zur Sprache [En camino hacia el lenguaje], p. 11.
[43] No puedo examinar aquí la profunda significación del silencio. Para llegar a esto será necesario hacer un largo recorrido, que desembocará en el Capítulo 12.
[44] M. Heidegger, «Das Wesen der Sprache» [«La esencia del lenguaje»], 1957-1958, en Ibíd., p. 160.
[45] M. Heidegger, «Der Weg zur Sprache» [«El camino hacia el lenguaje»], 1959, en Ibíd., pp. 254, 257 y 262.
[46] En § 79.
[47] Hans-Georg Gadamer, «Hombre y lenguaje», 1965, en Verdad y método II, p. 145.
[48] H-G. Gadamer, Wahrheit und Methode [Verdad y método], 1960, p. 97.
[49] Entiéndase que aquí “medio” no significa “vehículo”, sino “ambiente” o “ámbito”, como señala Cristina Lafont, quien encuentra en Heidegger la diferencia entre medio1 (Medium) en el sentido de “entorno” o “ámbito”, y medio2 (Mittel)