9 Bloque I. Capítulo I. Recorrido de la terapia familiar sistémica. Autor: Eduardo Torres.
10 Prólogo de La danza de las emociones familiares.
11 Rogers, Carl (1981). Psicoterapia centrada en el cliente. Paidós.
12 Gimeno-Bayón Cobos, A. (2013). Un modelo de integración de la dimensión corporal en psicoterapia. Editorial Milenio.
13 Es importante tener un buen vínculo con la familia para poder realizar este tipo de técnicas, así como tener un buen manejo de las técnicas psicodramatistas.
14 Barudy, J. y Dantagnan, M. (2007). Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia. Gedisa.
15 Davidson, Richard J. (2012). El perfil emocional de tu cerebro: claves para modificar nuestras actitudes y reacciones. Editorial Destino.
16 Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Kairós.
17 Ávila Espada, A. «¿Hacia dónde va la psicoterapia? Reflexiones sobre las tendencias de evolución y los retos profesionales de la psicoterapia». Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 87, jul./sep. 2003.
18 Procedimiento de trabajo con niños, niñas y adolescentes: Modelo SER. Modelo de Intervención SER (Sistémica-Emocional-Relacional) desde la psicoterapia emocional sistémica infantojuvenil.
CAPÍTULO 3. Ciclo vital de la familia desde la psicoterapia emocional sistémica
Cristina Botella
ÍNDICE
3.1 Individuación del joven adulto
3.3 Nacimiento de los hijos y primera infancia
3.6 Individuación y abandono del hogar de los hijos
3.7 Familia en la tercera edad
4. Nuevas realidades familiares desde la psicoterapia emocional sistémica
1. Introducción
Según el enfoque sistémico, el ser humano desarrolla su personalidad en función de sus relaciones con las personas de su círculo más cercano, a lo largo de su ciclo vital, individual y familiar.
La idea básica que subyace a la noción del ciclo vital familiar es que todas las familias, entendidas estas en su sentido más amplio, experimentan cambios a lo largo del tiempo y que estos cambios observan unas determinadas regularidades, en otras palabras, que se ajustan a un patrón previsible que se puede describir en términos de etapas (Carter y McGoldrick, 1989)1, de transiciones (Barnhill y Longo, 1978)2 o de crisis (Pittman, 1990)3. (Beyebach y Rodríguez Morejón, 1995, p. 2)4.
Al igual que las personas experimentan cambios psicológicos durante su vida, la «institución familia», también.
Para que un sistema familiar pueda pasar de una etapa del ciclo vital a otra, ha de existir necesariamente una crisis, lo que inevitablemente implica un proceso de adaptación a la nueva realidad.
2. Tipos de crisis
«Una crisis es la situación en un periodo de cambio inminente»5 (Pittman, 1991). Hay dos tipos de crisis principales: las crisis de desarrollo y las crisis estructurales.
Las crisis de desarrollo son aquellas que «ocurren en respuesta a las etapas normales de desarrollo. Estos tipos de estrés son universales»6 (Pittman, 1991).
En cada fase del ciclo vital se presentan crisis evolutivas, a las que la familia debe dar respuesta y ajustarse, para poder pasar a la fase siguiente de una manera sana y adaptada.
Son una serie de crisis evolutivas esperables y hay una serie de tareas evolutivas que, de no conseguirlas, obstaculizan o dificultan el adecuado desarrollo de los miembros de la familia. Cuando una familia va atascándose en ciertas tareas, estas influyen y dificultan las etapas posteriores7 (Carter y McGoldrick, 1989).
Además, como explica Lyman C. Wynne, «a menudo las salidas y entradas en el ciclo vital no acontecen hallándose los participantes relacional o psicológicamente preparados»8 (Wynne, 1984). Es en estas circunstancias cuando los psicoterapeutas familiares podemos ayudar a las familias a resolver las crisis de una forma sana.