El Rapto de la Iglesia Fiel
Pero los que persistan en la fe serán rescatados: “Porque has guardado la consigna de Mi constancia, también Yo te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la Tierra. Vengo enseguida. Conserva lo que tienes, para que nadie te quite tu corona” (Ap.3:10). El Rapto del pueblo de Dios de la Tierra y la simultánea remoción del Espíritu Santo que habita en él, antes del Período de la Gran Tribulación, ocasionarán gran consternación y confusión en el mundo. Por una parte, millones de fieles a Cristo de todas las edades, sexo y condición social serán arrebatados de la Tierra simultáneamente y en todo el mundo. Los infieles que queden en el mundo reaccionarán de diversas maneras, en medio del estupor y el miedo. Pero es de esperar que cada uno reaccione acorde a su espíritu, educación e instintos, lo que significa que habrá empatía en muchos por los demás, así como que otros demostrarán lo peor que hay en ellos: crímenes, robos y violencia. El Espíritu Santo, que habrá sido removido, tampoco estará en el mundo para constreñir las fuerzas del mal: “Ahora ya sabéis lo que le retiene, hasta que aparezca en su momento (el Anticristo, o “el hijo de la perdición”). Porque el misterio de la impiedad está ya en acción. Apenas desaparezca el que hasta ahora lo está reteniendo (el Espíritu Santo) aparecerá el impío, a quién el Señor (Jesús) destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parusía” (2Tes.2:6-8).
Por ello, reafirmamos que el foco de este libro será concentrarnos en la oportunidad actual de consolidar la decisión de los que creen, y de esforzarse en mantenerlos fieles a la Palabra para ameritar ser escogidos por Dios para el Rapto de este mundo, previo a la Tribulación. En otras palabras: Cristo nos reitera hoy, a los que estamos vivos, la posibilidad de no conocer muerte; y a los que habrán de morir en el Señor antes del Rapto de la Iglesia, el ser resucitados primero; todos liberados en cuerpos de incorrupción, para conjuntamente unirnos por siempre a Él (1Tes.4:15-18). Es por eso que consideramos de extrema importancia que se conozca y comprenda esta promesa del Señor, así como los horrores de la Tribulación para no ser tentados y caer en ella, lo que se analizará bíblicamente en este libro, si bien de manera breve y resumida. La decisión que se tome ahora tendrá consecuencias eternas, y lo eterno es para siempre! Dice el Espíritu a través del Apóstol Pablo:
“Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: para los que cayeron, severidad; para contigo, en cambio, bondad divina, si es que te mantienes dentro de esta bondad. De otro modo, también tú serás cortado” (Rom.11:22). Por cuanto que es difícil para el hombre comprender lo infinito del amor de Dios, quién no dudó en enviar a su Hijo unigénito a morir vicariamente por nosotros en la cruz, para que el que crea en Él no se pierda sino gane la vida eterna en su reino; así también le es difícil al hombre entender la magnitud del odio y maldad de Satanás y sus adeptos contra Jesucristo y los que creen en Él. Por ello, deberemos comprender que la justicia perfecta demanda que el castigo sea proporcional a la ofensa infligida contra Dios y su Cristo, ergo el porqué de la severidad de la Tribulación.
Período de la Gran Tribulación
(7 años), previo al regreso glorioso del Señor Jesucristo se producirá el advenimiento de la Falsa Trinidad y de sus ángeles caídos: “Aquél (el Anticristo) tendrá también su parusía, por la acción poderosa de Satanás, bajo la forma de toda clase de poder, de signos y de prodigios falsos y de toda especie de maldades, que seducirán a los que están en vías de perdición, por no haber acogido el amor de la verdad que los habría salvado. Y por eso Dios les manda una poderosa fuerza seductora que los llevará a creer en la mentira, de suerte que acaben condenados todos los que no creyeron la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad” (2Tes.2:9-12).
Durante este período, a muchos les costará comprender y se confundirán con el despliegue de poder de las fuerzas del mal, específicamente autorizadas por Dios para dictatorialmente dominar al mundo durante ese período. Pero el designio de Dios es que ésta sea una prueba final para el remanente de cristianos, judíos y creyentes que no ameritaron ser rescatados en el Rapto de los fieles. A pesar de esto, una buena parte de ellos regresarán a Dios durante la Tribulación, pero a costas de enormes sufrimientos o de morir mártires (los Santos de la Tribulación).
Durante los 3.5 primeros años de este Período, el Anticristo gobernará con extraordinaria sagacidad y con el despliegue de falsas señales y milagros, dominará y consolidará su poder sobre un mundo desquiciado, confuso y dividido durante los años que lo precedieron, y auspiciará el Nuevo Orden y la Nueva Religión Universal que se promovió durante ese tiempo. Como un gran logro, el Anticristo firmará un acuerdo de Paz con Israel, y el pueblo Judío lo confundirá con el “Mesías” que han estado esperando por siglos (por cuanto que no reconocieron a Cristo cuando vino), pero antes del fin de este período los traicionará, e Israel será invadido por una coalición de naciones dirigidas por él. Asimismo, el Anticristo sobrevivirá en forma aparente una falsa herida de muerte en su cabeza, que impactará a muchos. Formará también una coalición de Diez Reinos en Europa (a semejanza del viejo Imperio Romano), consolidando su hegemonía territorial y causando persecución y muertes masivas sin piedad alguna. “Porque entonces será la angustia tan grande como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y si no se abreviaran aquéllos días nadie se salvaría; pero en atención a los elegidos, se abreviarán los días aquéllos” (Mt.24:21-22). Su reino durará otros 3.5 años (la segunda mitad del Período de la Tribulación), durante el cual el Anticristo reconstruirá el ala del Templo de Jerusalén y entrará en el lugar sagrado y se declarará Dios, acto que las Escrituras llaman “la Abominación de Desolación” (Dn.11:31). Esto desatará el juicio final de Dios sobre el Satanás, el Anticristo, el Falso Profeta y la población mundial que ha aceptado la marca de la Bestia, un sistema satánico de control reconocido por el nombre de la Bestia o el número “666” (en el lenguaje de hoy, seguramente un sistema computarizado de extraordinaria velocidad y memoria, con reconocimiento de imágenes y estructuras robotizadas), siendo la “marca” seguramente un chip insertado en la mano derecha o en la frente de la población, “sin el cual nadie podrá comprar ni vender”, y que permitirá a la Bestia matar a quienes se nieguen a recibir dicha marca (Ap.13:15-18). Esta es una profecía extraordinaria por dos razones fundamentales:
Nos conmina a aceptar en fe que Dios ha otorgado a la Falsa Trinidad el poder de dominar a los Santos de la Tribulación y al mundo durante los últimos 3.5 años del período de la Tribulación, para probar su arrepentimiento y fidelidad (su Iglesia Fiel ya habrá sido previamente rescatada del mundo sin conocer muerte, como se comenta más arriba: El Rapto de la Iglesia). Esta será una dura prueba, en cierta manera semejante a la obediencia de Jesucristo al pedido del Padre, quién estando en igualdad con Dios, no vaciló en aceptar su sacrificio y muerte vicaria para salvar a los pecadores que creyesen en Él (Flp.2:5-9).
La anticipación profética (2.000 años) de un sistema de computación de avanzada tecnología para los tiempos finales, que solo los que vivimos hoy pudiésemos entender (algo imposible para los que nos antecedieron), representa una extraordinaria profecía.
Los Juicios de Dios
Éstos serán anunciados al inicio de la etapa final del Período de la Tribulación, acorde a lo descripto en el libro de Apocalipsis, Capítulo 5, Los Siete Sellos, y que representan el preanuncio de los flagelos que se ejecutarán posteriormente a través de Las Siete Trompetas (Ap. Cap. 8 y 9) y Las Siete Copas