Camino de Xàtiva, vuelve a bajar la intensidad industrial para subir significativamente en las «comarcas centrales» del interior, donde el textil, el juguete y la industria basada en el know-how de la matricería están muy presentes. El mapa industrial del País Valenciano finaliza con el eje del Vinalopó, donde el calzado continúa dominando el paisaje industrial a pesar de la notable diversificación generada por la crisis, en un proceso parecido al experimentado por el textil y el juguete. La actividad industrial se ve complementada por una relevante industria agroalimentaria presente en diferentes lugares y por una actividad comercial y terciaria que se explica tanto por el intenso grado de urbanización como por el efecto arrastre del turismo, un turismo fundamentalmente de sol y playa.
De este modo, población y actividad económica se localizan en el territorio obteniendo tanto recursos naturales como economías de aglomeración, localización y red. Y, en un proceso siempre interactivo, someten al territorio a la presión que supone la utilización (no siempre prudente y comedida) de recursos agotables o degradables y el vertido de residuos de todo tipo. Esta presión supone elevados costes sociales insuficientemente internalizados vía costes por las familias y los agentes económicos, como se verá en el siguiente epígrafe.
4.4 Actividad económica y efectos ambientales
Tanto España como la Comunidad Valenciana sufren los efectos ambientales de carácter planetario, entre los que destacan los relacionados con el cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono. Uno de los problemas ambientales de carácter global es el aumento de la temperatura del planeta debido al efecto invernadero, provocado por las emisiones de algunos gases contaminantes. El principal causante del cambio climático en cuanto a magnitud es el dióxido de carbono, ya que en los países desarrollados supone alrededor del 80% de las emisiones totales. Las emisiones de CO2 proceden principalmente del uso de combustibles fósiles en la generación de electricidad, el transporte y las instalaciones de calefacción. En la Comunidad Valenciana, la comarca de Els Ports es la peor situada en cuanto a niveles de ozono. Con relación a las partículas de polvo de mayor tamaño (PM10), destaca negativamente Castellón, que paga este tributo por la concentración de la actividad cerámica en su entorno urbano.
4.4.1 El deterioro y la erosión del suelo, la degradación del medio físico y la desertización
La actividad humana y los propios factores ambientales pueden causar el deterioro del suelo de manera irreversible y dar lugar a problemas de desertización. Se estima que un 12% del territorio europeo, es decir, más de 115 millones de hectáreas, sufre los efectos de la erosión. Esta problemática se manifiesta con mayor intensidad en España, ya que casi la mitad de su superficie (44%) está afectada por la erosión, y es especialmente grave la situación de las comunidades de Andalucía y Murcia. Se trata de un problema de difícil solución y que se ve agravado por los propios condicionantes físicos (zonas con fuerte pendiente, suelos arcillosos, períodos de sequía, lluvias torrenciales), la acción humana (roturaciones y talas excesivas, éxodo rural) y, especialmente, los incendios forestales.
En la Comunidad Valenciana, los incendios se han sucedido ininterrumpidamente en distintas zonas, tal como lo atestiguan los datos que figuran en la tabla 4.5. Durante el período 2000-2007, de promedio, se han producido 474 incendios anuales, que han provocado daños en un total de 31.961 hectáreas. Las pérdidas ocasionadas por los incendios abarcan distintos aspectos. En primer lugar, el rendimiento económico derivado de la explotación maderera del bosque disminuye, ya que la madera que puede extraerse de un bosque quemado es de peor calidad y se vende a un precio más bajo. En segundo lugar, se produce una merma en las funciones ambientales realizadas por esa masa forestal (reducción de la capacidad de absorción de dióxido de carbono, aumento de la erosión, etc.) y, por último, los incendios afectan también a las funciones recreativas de estos espacios verdes, porque un bosque quemado pierde su atractivo.
El conjunto de las actividades agrarias afecta aproximadamente al 90% del territorio de la Comunidad Valenciana, con lo que su incidencia ambiental es claramente relevante. Aparte de los efectos ambientales nocivos de diversos productos propios de la agricultura intensiva (pesticidas, plaguicidas, herbicidas, abonos químicos, etc.), en las áreas de secano el principal problema es la práctica desaparición de la vegetación natural y el empobrecimiento del suelo con los consiguientes problemas de erosión.
TABLA 4.5
Número de incendios y hectáreas quemadas en la Comunidad Valenciana (2000-2007)
Años | Número de incendios | Hectáreas quemadas |
2000 | 605 | 6.548 |
2001 | 442 | 4.793 |
2002 | 321 | 1.202 |
2003 | 408 | 3.331 |
2004 | 487 | 1.102 |
2005 | 686 | 3.285 |
2006 | 471 | 3.475 |
2007 | 375 | 8.225 |
Total | 3.795 | 31.961 |
Media | 474 | 3.995 |
Fuente: Elaboratión propia basada en los Anuarios del IVE, varios años.
4.4.2 El tratamiento de los residuos sólidos urbanos y de las aguas residuales
Los residuos admiten varias clasificaciones según su peligrosidad y procedencia. Son residuos peligrosos todos aquellos objetos y sustancias que presentan toxicidad o ciertos riesgos para las personas y el entorno (como los productos inflamables), independientemente de cuál sea su origen.1 Según su procedencia, se clasifican en residuos sólidos urbanos (RSU), sanitarios, industriales, agropecuarios, etc. Aunque en España estos últimos son los mayoritarios, desde un punto de vista ambiental, resulta más problemática la gestión de los residuos urbanos e industriales.
La generación de residuos se halla directamente vinculada con la evolución de los niveles de renta y consumo. En toda Europa se ha producido un aumento de los residuos sólidos urbanos a medida que crecía la renta. Actualmente, en España se producen en torno a 500 kilogramos por habitante y año, y se superan con creces los objetivos establecidos en las directivas comunitarias (300 kg/hab./año), pero todavía por debajo de los valores alcanzados por otros países como Francia o Italia.
Para abordar el problema de los residuos, la Unión Europea trata de difundir la política de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar, en ese mismo orden de prioridad, con el objetivo de disminuir el volumen de residuos generados y de estimular los procesos de reutilización y reciclaje. En España, según la Encuesta sobre recogida y tratamiento de residuos urbanos correspondiente al año 2006, se recicla un 13,5% de los residuos urbanos generados, un 16,4% se destina a la producción de compost y el resto se elimina a través de vertederos y, en menor medida, de la incineración. En la Comunidad Valenciana, la mayoría de los residuos urbanos generados (en torno