Causalidad y contingencia en la filosofía de Juan Duns Escoto. Enrique Santiago Mayocchi. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Enrique Santiago Mayocchi
Издательство: Bookwire
Серия: Historia de las ideas religiosas
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788418095894
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      QQ. DA Quaestiones super De Anima Aristotelis

      In Porph. Quaestiones in librum Porphyrii Isagoge

      In Periherm. Quaestiones in libros Perihermeneias Aristotelis

      Coll. [Ox.] Collationes Oxoniensis

      INTRODUCCIÓN

      En un estudio reciente, M. Bastit1 ha sostenido que en el pensamiento de Juan Duns Escoto hay un desarrollo de la metafísica paralelo a la teología pero sin una scientia physica antecedente. Si bien el autor se ocupa allí específicamente sobre el objeto de la metafísica y su relación con la teología, propone que el interés general del Doctor Sutil es asegurar la independencia de la primera respecto de cualquier otra ciencia, y especialmente de la physica, por la que sólo se puede alcanzar la existencia de un primer motor y no un primer ser. Más aún, afirma que “el conocimiento aportado por la metafísica es más exacto y más inmediato que el que proporciona la física.”2 En este sentido, la metafísica se apoya en proposiciones sobre los entes que son conocidas propter quid, pero a partir de ellos solo se puede llegar a poseer un conocimiento quia acerca de Dios.

      A nuestro juicio, esta interpretación es verdadera en parte. Por un lado, reconocemos que Duns Escoto tiene un interés especial en elaborar una metafísica en paralelo a la teología. Esto es así, porque cualquier especulación teológica requiere de ciertos principios y conclusiones descubiertos por la metafísica, de lo contrario no se podría hacer verdadera ciencia sobre lo divino. Por otro lado, sin embargo, no pasan desapercibidas las cuestiones referidas a la scientia physica a lo largo de la obra del Doctor Sutil, no solamente en textos filosóficos sino también en aquellos de índole teológica, como pueden ser sus diferentes comentarios a las Sentencias. En estos escritos, además de cuestiones dedicadas específicamente a discutir temas de filosofía natural, como por ejemplo sobre la materia primera en Sentencias II.12, también encontramos excursus más o menos amplios en medio de debates teológicos, como el tema de la traslación en el contexto angélico de Sentencias II.2. Es evidente, también, que Escoto no ha sido un gran ‘físico’ ni ese fue su interés primordial, a pesar de haber estado en relación con el ambiente oxoniense, en el que la physica tuvo un gran despliegue, durante muchos años de su vida académica.

      Según nuestra mirada, se puede encontrar en la doctrina del Doctor Sutil la elaboración de una scientia physica en la que confluyen tres elementos: el conocimiento que nos proporcionan los sentidos ayudados por la inteligencia, el poder especulativo de ella para conocer las causas, y el marco de la revelación cristiana, a la que adhiere por la fe. Este último punto nos parece de suma importancia, porque así como su metafísica va en paralelo con la teología, nuestra sugerencia es que lo mismo sucede con la physica, pero en su propio campo de estudio. En efecto, Duns Escoto busca entender el modo de ser y de funcionar que pertenece al mundo físico, teniendo en cuenta el conocimiento que aporta la revelación, como sucede con los milagros. Esas ‘excepciones’ que pueden parecer casos aislados en los que las reglas universales no se aplican, pueden ser, en realidad, un indicio para conocer la configuración esencial propia de lo creado, tanto en su ser como en su actuar. En esta línea, nos parece que Escoto se esfuerza en mostrar una filosofía de la naturaleza en conexión con la metafísica y la teología. Todo esto lo realiza sin dejar de prestar atención a las evidencias que podamos encontrar a partir de nuestro conocimiento experiencial y el razonamiento que aplicamos a esos datos. Podemos resumir estas ideas diciendo que el Doctor Sutil, teniendo como marco de referencia las verdades de fe, se esfuerza en proponer una explicación filosófica a los fenómenos físicos (también a los propiamente humanos) de tal manera que haya una integración completa entre los conocimientos que aporta la filosofía con la revelación. Además, el mundo físico (y lo mismo se puede decir del ser humano) es producto de la creación divina, y allí radica la piedra de toque donde la experiencia, el razonamiento y la fe encuentran la unidad necesaria para entrar en diálogo.

      Los estudios sobre la scientia physica en Duns Escoto no son abundantes. Quizás el estudio más importante hasta el momento sea la monografía preparada por R. Cross, The physics of Duns Scotus, en la cual sigue el esquema de las categorías aristotélicas: los primeros capítulos abordan los principios de la substancia, materia primera y forma substancial, y los restantes tratan sobre los principales accidentes, cantidad, cualidad, relación, espacio, tiempo. Además, estudia allí las diferentes especies de unidad, particularmente la unidad substancial y accidental. Es interesante hacer notar que el problema del movimiento se estudia desde dos perspectivas muy parciales, en relación con la continuidad y el tiempo, y como medio para justificar la existencia de la materia primera respecto de los cambios substanciales.

      Recientemente, T. Ward ha publicado el trabajo John Duns Scotus on parts, wholes, and hylomorphism, en el que profundiza sobre la teoría hilemórfica, el pluralismo de formas substanciales y la unidad del mundo físico, desde la perspectiva de las relaciones entre partes que tienen los diferentes elementos de un todo. De esta manera, el autor analiza de cerca los argumentos de Escoto sobre de la causalidad intrínseca de la materia primera y la forma substancial para componer una substancia corpórea. Por otro lado, aplica la idea de orden esencial a las relaciones entre partes y entre ellas y el todo que componen, con especial interés respecto a la formación de los seres físicos. Nuevamente, no encontramos en este estudio una evaluación del ser material en perspectiva dinámica sino solamente de los componentes que podemos llamar ‘estáticos’ de la substancia.

      En efecto, estos importantes trabajos no consideran el aspecto dinámico del mundo y las entidades corpóreas con el detenimiento que el tema merece. Otros autores han avanzado en el estudio del dinamismo pero de manera fragmentada, a partir de investigaciones parciales sobre cuestiones puntuales y problemáticas del pensamiento de Escoto. En relación a esto, la doctrina que ha suscitado más interés a la historiografía es la propuesta para comprender qué coordinación hay entre la causalidad divina y la humana, para resolver problemas como, por ejemplo, la precisa causa del mal en los actos humanos. Lo que se encuentra en juego allí es la misma libertad humana y la voluntad como su causa, la cual de algún modo depende, a su vez, de la voluntad divina. Ahora bien, la relación entre ambas pasa a ser un tema fundamental, no solo para el análisis