Por qué se suicida un adolescente. Héctor Gallo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Héctor Gallo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789878372693
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Límpido [un blanquedor], otros pastillas, veneno, y ellos mismos a veces buscaban el servicio de urgencias. Entre los intentos de suicidio de señores de la tercera edad, hubo uno que hace mucho tiempo había tenido un accidente, y no movía mucha parte del cuerpo, pero si se valía por sí solito, y vivía en una finca, y se tomó un tarro de veneno que porque él ya era un estorbo para la familia. (39)

      La joven piensa del suicidio

      El suicida decidido, como sucede con el drogadicto o el adicto al juego, difícilmente toma la decisión ética de oponerse seriamente a su empuje autodestructivo. Para ilustrar lo decidido que es un suicida, la joven se refiere, por ejemplo, a los que se ahorcan:

      La razón por la que se buscan ciertas formas de suicidio, aunque duelan, podemos explicarla hipotéticamente del siguiente modo: que la satisfacción ligada a la pulsión de muerte ha llegado a ser tan intensa, que obnubila, en el sujeto, la posibilidad de representarse, en la vida, de un modo distinto a como se siente en el momento en que está pensando en que no vale la pena seguir aquí en el mudo de los vivos. Si no seguir aquí llegara a convertirse en una certeza imposible de matizar con alguna duda o con algo simbólico –un hijo, una mujer, una madre, un amigo– que sirva de límite, el pasaje al acto es seguro que se precipitará.

      Por otro lado, la joven entrevistada considera que

      O sea que nadie se suicida por sentirse solo, pero la soledad es mucho más fuerte cuando no se cuenta con apoyo.

      El apoyo simbólico más protector de la vida y más preventivo del daño de sí es el cultivo de una pasión deseante, pues, de lo contrario, el sentimiento de frustración será más o menos constante, no solo por no ser lo que uno quiere, porque las cosas no salen como uno quiere, o porque por más que quiera salir adelante, no le funciona.

      De todas maneras, dice la joven entrevistada,

      De nuevo aparece el sentimiento de sin salida.

      De la depresión se sale

      No hay enamoramiento de un objeto o de la vida, sin apego; así que considerar que hay que vivir desapegado como una opción para no sufrir o no suicidarse, es algo tan absurdo como afirmar que mejor no nacer porque, si uno nace, se puede apegar a la vida y esto hace que sea más dura la muerte natural o que pueda llegar a suicidarse antes de que dicha muerte llegue. El llamado “apego” no es más que un efecto de la concentración de la libido en un objeto que se ha vuelto significativo y con respecto al cual se han construido fantasías, ilusiones y esperanzas.

      Hacer que el sujeto se desapegue del objeto mediante una decisión racional en el momento en el que él mismo se pierde no es el objetivo buscado en la clínica psicoanalítica cuando hay duelo por pérdida, sino orientar, bajo transferencia, a la realización de un trabajo de duelo que permita la elaboración de la pérdida, es decir, la integración de la misma como parte de la historia, cuestión que se logra por la invención de un nuevo modo de vivir y de relacionarse con el otro.

      A manera de conclusión de este capítulo, extraemos como enseñanza de las palabras espontáneas de la joven entrevistada lo siguiente: angustia, tristeza, desesperación, impotencia y sentimiento de caída ocupan lugar central en el pasaje al acto suicida. La angustia, que en el campo psiquiátrico no aparece como un aspecto esencial del problema del suicidio ni del pasaje al acto, ocupa lugar central en el psicoanálisis para explicar clínicamente las causas psíquicas del pasaje al acto.

      La cuestión es que ese significante con el cual el sujeto se presenta a su destinatario no entiende qué sentido tiene, pero supone que algo debe significar, algo debe querer decir y, por ende, quisiera que alguien descifrara su contenido, así lo juzgue, por ejemplo, absurdo. El destinatario de ese enigma es variado: puede llevarlo a su pareja, al amigo, al novio, al pastor (si se trata de alguien que es cristiano), al consejero espiritual, al psicólogo del colegio, de la dependencia de Bienestar Universitario de una entidad de educación superior o de la institución prestadora del servicio de salud,

      En el capítulo siguiente examinamos la cuestión del pasaje al acto en relación con lo llamado por Lacan “deseo perverso”. En esta estructura, el pasaje al acto se diferencia del pasaje al acto en la neurosis, ilustrado a partir de escenas muy bien descritas por Freud en dos de sus casos clínicos –el caso Dora y la joven homosexual–, escenas que Lacan privilegia porque son bastante representativas para dar cuenta de en qué consiste la estructura del pasaje al acto, cuáles son los rasgos que lo caracterizan,