THOMAS BROOKS [1608-1680]
“London’s lamentations: or, A serious discourse concerning that late fiery dispensation that turned our once renown City into a ruinous Heap”, 1670
Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron contra mí. ¡Que profecía tan maravillosa sobre la Cruz, tan solo aventajada, si es que lo es, por el Salmo 22! Más cercana todavía a la realidad histórica cuando la leemos en la Vulgata: “Los azotes se juntaron y cayeron todos sobre mí”. Oh, sí, Señor Jesús, los que araron tu espalda hicieron en ella surcos profundos;143 surcos preciosos y benditos para nosotros; surcos donde hay sembrada paciencia para la vida presente y gloria en la venidera; donde hay sembrada esperanza que no avergüenza144 y amor que las muchas aguas no pueden apagar. 145
Se juntaron contra mí gentes despreciables. Sí, los más despreciados entre los despreciables, aquellos que se jactaban orando: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres”;146 y que arrojaron a la pobre pecadora a los pies del Señor diciendo: “En la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?”.147
Haciéndome muecas.148 ¿Y no resulta sorprendente que conociendo como conocían bien la profecía, a pesar de ello, los principales sacerdotes y los escribas cumplieran esa profecía con tamaña exactitud, pues está escrito de ellos: “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza”.149
FRAY LUIS DE GRANADA [1504-1588]
Pero ellos se alegraron en mi adversidad. El hecho de que los hombres sientan a menudo compasión al contemplar las desventuras y desgracias de sus enemigos, y al verles destrozados y en estado deplorable se aplacan, dejando de odiarles y perseguirles; evidencia el espíritu cruel y feroz de aquellos que un día fueran amigos de David, ahora convertidos en enemigos y vueltos contra él; pues aún viéndole derribado y afligido, no sintieron la menor compasión, antes por el contrario, esto les incitó para atacarle con más furia y vituperarle con mayor insolencia.
JUAN CALVINO [1509-1564]
Gentes despreciables. La palabra hebrea נֵ֭כִים nêḵîm de נֵ֫כִים nekeh procede del verbo נָכָה nakah, que significa: golpear, herir. Razón por la cual la versión griega Septuaginta la traduce como: μάστιξ, es decir flagelos o azotes. Pero también puede traducirse, como hace Jerónimo, golpeadores, heridores o agresores, y puede significar herir con la lengua, como vemos en el caso de Jeremías: “Venid e hirámoslo con la lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras”.150 Otro significado posible, según Buxtorf,151 es: corto de patas, es decir lisiado o cojo, y en este sentido es que se utiliza en el segundo libro de Samuel: “Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies”;152 de ahí el epíteto de Necao que se dio a uno de los faraones,153 porque al parecer era algo cojo. Nuestros traductores parecen haber entendido la palabra en este último sentido, como un término de desprecio.
DANIEL CRESSWELL [1776-1844]
“The Psalms of David according to the Book of Common Prayer: with Critical and Explanatory Notes”, 1843
Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo sabía; me despedazaban sin descanso. Tras haber dejado constancia de su actitud compasiva hacia sus enemigos cuando ellos estaban en aflicción (35:15); muestra el salmista en el versículo siguiente (35:15), lo insensibles y extremadamente crueles que se mostraron en su trato con él, llegando a la conclusión de que eran gente abyecta, viles y despreciables. La palabra hebrea transmite el sentido de gente de baja ralea, se aplicaba a menudo a los esclavos o sirvientes apaleados o azotados por su mal comportamiento. Por tal motivo un erudito traductor lo traduce de la siguiente forma: “Los golpeados se juntaron contra mí”; es decir, hombres viles y despreciables que merecían ser azotados y molidos a palos.
JOSEPH CARYL [1602-1673]
Vers. 16. Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes. [Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes. RVR] [Como bufones impíos en una fiesta, rechinaban sus dientes contra mí. LBLA] [Se mofan de mí con las burlas más profanas, y sobre mí hacen rechinar sus dientes. BTX] [Me atormentaban, se burlaban de mí, y contra mí rechinaban los dientes. NVI] [Como hipócritas burlones contra mí rechinan sus dientes. BLP] [Se burlan de mí y me insultan; me gruñen. NTV]
Como bufones impíos en una fiesta, rechinaban sus dientes154 contra mí. Como expertos payasos haciendo muecas alrededor de las mesas del banquete para diversión de los comensales, hicieron del mofarse del justo una labor profesional; pero no con jolgorio y regocijo propio de los bufones, sino con violencia, fruto de un odio insaciable. Al igual que los payasos burlones,155 dispuestos a mofarse de quién se les diga a cambio de unas monedas o un pedazo de pan, estos malhechores asalariados perseguían a David con el propósito de poder llenar su propio vientre en la mesa de Saúl: a lo que sumaban un resentimiento personal interno contra el hijo de Isaí, porque era una persona mucho mejor que ellos. ¡Bien podría nuestro Señor haber usado las palabras de estos versículos! No olvidemos pues de ver aquí al despreciado y rechazado entre los hombres156 en un retrato de tamaño natural. Es como si Calvario y la turba inicua y burlona bramando alrededor de la cruz estuvieran delante de nuestros ojos.
C. H. SPURGEON
Como bufones impíos en una fiesta. A veces da la sensación de que algunos no saben divertirse como no sea a costa de las Escrituras y burlándose de las cosas santas. ¡Si quieren jolgorio, el tema de su discurso ha de ser los creyentes! Su pasatiempo favorito mientras se hinchan de cerveza en la taberna es ridiculizar la Palabra de Dios. ¡Qué bien estudiados tienen sus cuestionamientos rebeldes! Aprendieron este proceder de sus padres y se han hecho a si mismos verdaderos maestros en acusar injustamente a los hermanos. Cada una de sus palabras da evidencia que son unos redomados hijos del infierno.157 Como es sabido, no es difícil identificar el país de origen o procedencia de una persona en base a su lenguaje; cada nación suele tener un idioma, o cuanto menos un estilo de hablarlo que identifica a sus habitantes; y así es también en este caso, estos bufones que se burlan de las cosas sagradas y de la fe, hablan el idioma de los demonios, por lo que no resulta difícil saber de donde son. Gozan, no hay duda, de una limitada dosis de ingenio